Lanzan film sobre los desaparecidos en Chile

“La figura de la desaparición es una de las mayores torturas a las que uno puede someter a una persona”, explica el director Guzmán (Santiago de Chile, 1941), quien enfatiza que “los pueblos sin memoria no tienen futuro”.

Premiado como el mejor documental europeo en 2010, y con el premio del público durante el festival de Toronto en Canadá, la película ha tenido gran respaldo en Cannes, pese a todas las dificultades que ha enfrentado para hacerse conocer.

Guzmán, que anteriormente dirigiera “La batalla de Chile” y “Salvador Allende”, remarca que “Chile ha logrado una transición democrática, una estabilidad económica aceptable, hay instituciones que se empiezan a restablecer, pero sigue dando la espalda a la memoria”.

De Chile me fui “porque no me dieron bola”

Guzmán que se exiló en Cuba, luego en España y actualmente reside en Francia, está empeñado en que sus compatriotas no pierdan el valor de que se puede haber aprendido del sufrimiento dictatorial, pero reconoce que debió irse “porque no me dieron bola”.

Añora profundamente los años vividos en Santiago durante el gobierno de Allende, “cuando los pobres invadieron el centro de la ciudad y los celebraron con música y canciones un éxito nunca soñado por nadie”.

En  cuanto a su documental que va de los astrónomos que observan el cielo en la límpida noche del desierto de Atacama, a las mujeres que de rodillas buscan fragmentos de hueso entre la arena, rastros de sus seres queridos, Guzmán apunta que “el desierto es el territorio del pasado, es un cofre enterrado en la arena, donde todo se encuentra. Es como un museo de la tierra. Es en ese desierto de Atacama al norte de Chile, donde las mujeres siguen buscando a sus seres queridos y donde están establecidos los más importantes observatorios astronómicos: de ese cruce de dos columnas nace la película”.