Gangnam Style, del coreano Psy, atrapa el interés de las grandes estrellas del espectáculo en el mundo

El llamado «Gangnam Style», destinado a convertirse en uno de los éxitos musicales más rutilantes de la historia, es una canción en ritmo de rap y, al mismo tiempo, una coreografía que rememora el clásico trote de caballo.

Pero ni esta ni ninguna otra definición puede explicar un milagro: la vertiginosa ascensión de su autor, el joven coreano Psy, cuyo verdadero nombre es Park Jae-Sang.

El «Gangnam Style», bailado o trotado por su propio autor bate récords todos los días de visualizaciones en youtube, al punto que ya se instaló en el listado Guiness, sin competencia imaginable.

El estilo Gangnam aún no hallegado a todos los rincones del planeta, pero es solo cuestión de tiempo y no de mucho tiempo.

Numerosas estrellas de la galaxía hiperfamosos se han recostado al boom de Psy, ya sea imitando su estilo de baile como asociándose a su imagen con declaraciones que van desde la simpatía a la admiración.

Gangnam no es solo un efímera moda musical, desde que hinca sus raíces profundamente en la sociedad coreana, representativa, a su vez, en innumerables aspectos, de la vida en muchos otros países «occidentales», cultural y económicamente hablando.

Las letras de Psy hablan de la modernidad que irrumpe avasalladora en la vida de las personas, generando contradicciones bizarras entre el modelo anterior, apegado a la satisfacción de las necesidades y el cultivo de los afectos, y este nuevo mundo de marketing y consumo donde una taza de café en un Starbucks rinde más que jugar a la pelota en una plaza o disfrutar un almuerzo en familia.