Aluvión de críticas

Dos años de prisión para las Pussy Riot

Integrantes de Pussy Riot / AFP

Esta severa sentencia parece confirmar que el presidente ruso Vladimir Putin no quiere hacer concesiones ni a la oposición ni a los países occidentales.

La condena desencadenó inmediatamente críticas oficiales en Europa. El Patriarcado ruso pidió «clemencia» para Nadejda Tolokonnikova, de 22 años, Yekaterina Samutsevich, de 30 años, y Maria Alejina, de 24 años–, que cantaron una «oración punk» el 21 de febrero en la catedral del Cristo Salvador de Moscú pidiendo a la Santa Virgen que «expulsara a Putin» del poder.

«Teniendo en cuenta la naturaleza y el grado de peligrosidad planteado por lo que hicieron, la corrección de las acusadas sólo es posible mediante un castigo real», afirmó la jueza Marina Syrova, que destacó el carácter «sacrílego» de la intervención de Pussy Riot y su «odio a la religión».

La lectura del veredicto duró casi tres horas. La magistrada retomó en gran parte los argumentos presentados el 7 de agosto pasado por el fiscal.

Luego condenó a cada una de las tres mujeres a dos años de trabajos disciplinarios en una colonia penal general, las condiciones más duras posibles para mujeres que comparecen ante la justicia por primera vez.

Inmediatamente surgieron críticas oficiales en Europa y Estados Unidos ante esta decisión.

«Estoy muy decepcionada con la decisión de la justicia rusa», señaló la jefa de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton. «La sentencia es desproporcionada», consideró.

El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, dijo por su parte que estaba «preocupado por las consecuencias de esta pena para el futuro y la libertad de la sociedad civil rusa».

Francia y Estados Unidos consideraron que la sentencia era «desproporcionada».

La Iglesia ortodoxa rusa pidió «clemencia» para las tres jóvenes integrantes del grupo Pussy Riot.

«Sin poner en duda la legitimidad de la decisión de la justicia, pedimos a las autoridades del Estado que muestren clemencia hacia las condenadas con la esperanza de que ellas renunciarán a reiterar este tipo de sacrilegio», indicó un comunicado publicado por el Alto Consejo de la Iglesia ortodoxa.

La actitud intransigente de la jerarquía ortodoxa rusa en el caso Pussy Riot afectó a la imagen de la Iglesia en la sociedad y perturbó a algunos fieles, incluyendo a sacerdotes, para los cuales perdonar a las jóvenes hubiera sido más compatible con los valores cristianos.

Nikolai Polozov, uno de los abogados de las Pussy Riot, confirmó que las tres mujeres apelarían. Con este veredicto, «las autoridades rusas se condenaron a sí mismas», afirmó en Twitter.

El padre de Ekaterina Samutsevich declaró a la AFP que no esperaba un «veredicto tan severo».

El bloguero anticorrupción Alexei Navalny, uno de los líderes de la oposición, denunció «un aniquilamiento de la justicia» y «un proceso digno de la inquisición», según Interfax.

«Esto es simplemente una idiotez» consideró por su parte el escritor Boris Akunin, otra figura de la oposición, al canal de televisión Dojd.

En las cercanías del tribunal, unos 400 manifestantes gritaron «vergüenza» y «fascistas». La policía, que había desplegado un importante dispositivo alrededor del edificio, detuvo a más de 60 partidarios de las Pussy Riot, incluyendo al jefe del Frente de Izquierda, Serguei Udaltsov, y al ex campeón mundial de ajedrez Garry Kasparov, que fueron llevados por vehículos policiales.

Ante los simpatizantes de las jóvenes, también hubo manifestaciones de ortodoxos y ultranacionalistas.

En Rusia se organizaron varios mitines en apoyo a las Pussy Riot, sobre todo en San Petersburgo (noroeste), Ekaterinburgo (Urales) y Samara (Volga).

El caso adquirió una dimensión internacional y en las últimas semanas las tres mujeres recibieron numerosas expresiones de apoyo del mundo entero. Varios artistas como Paul McCartney, Madonna, Sting y Yoko Ono, la viuda de John Lennon, manifestaron su solidaridad.

El Departamento de Estado norteamericano y los diputados alemanes manifestaron su preocupación por la suerte de las Pussy Riot.

Este fallo tuvo lugar en la misma semana en que Vladimir Putin, un ex agente del KGB (servicio de inteligencia de la Unión Soviética), cumplió cien días desde su regreso al Kremlin para un tercer mandato presidencial. Durante este período fortaleció el control sobre la sociedad civil para enfrentar un movimiento de protesta sin precedentes en su contra. AFP

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