TIEMPOS MODERNOS |

¿Tendremos campeón mañana?

El Tata y el Pocho se encontraron en Las Flores sobre el mediodía del martes con la intención de comer ñoquis, porque era el día 29. Cosa que lograron, a pesar de que no fue nada claro si eran caseros o comprados en alguna fábrica de pastas.

Eduardo, el mozo de esas horas, se adjudicó la autoría a los gritos. A pesar de ese espectáculo un poco oportunista, los dos compinches masticaron ñoquis, que en italiano se escribe gnocchi y acompañaron la pasta con un modesto vaso de vino.

– No sé si estas pastas son un simple plagio de las verdaderas o son auténticas, pero no me están cayendo mal, aseguró el Tata.

– Usted lo ha dicho, porque como dicen que se viene el temporal podemos, si el tiempo nos da, tomar otro vaso de vino de postre y nos vamos «para las casas», nos dormimos la siesta y en la nochecita nos vemos los noticieros y después otra vez a la cucha, fue la respuesta del Pocho.

Luego de una larga conversación sobre las pastas, los tucos y toda la gastronomía italiana, de la que ninguno de ellos sabía nada por su origen gallego, los dos amigos intentaron construir una conversación de otro tipo.

– ¿Qué me dice de que Cavani vale, con la crisis de euro y todo, 50 millones? preguntó el Tata.

-Me parece una locura, pero me agrada por él: es que no soy de los que siempre están en contra de los que les va bien, comentó el Tata sin sacar los ojos del plato, al que le agregaba una buena salsa picante nacional. Casi sin mirarse, porque son una pareja que juega de taquito, casi al unísono comenzaron a intercambiar opiniones sobre la noticia de que Cavani provocó temblores en Nápoles, con uno de sus goles.

Las leves oscilaciones sísmicas fueron captadas por el Departamento de Ciencias Físicas de la Universidad Federico II, que no es el uno. Según dicen las agencias, a las que no nos queda otra que creerles, los temblores fueron fruto de los gritos y los movimientos de 60 mil fanáticos que colmaron el estadio San Paolo, sino también por el ruido ensordecedor con que la población de Nápoles y sus alrededores expresó su alegría por el triunfo ante el Manchester City.

– Me gustaría saber si acá somos capaces de tan tamaña apreciación científica durante un partido de fútbol, se preguntó el Tata, con cara de «yo no fui».

– Es una pregunta interesante, pero debo reconocer que mi formación científica no es de las más altas, respondió el Pocho con un aire de desconfiado que no supo ocultar.

– Pienso que tendríamos que recurrir a la Facultad de Ingeniería o a la de Agronomía o a alguien que sepa un carajo, para salir de esta duda, agregó el Tata.

-Lo veo mal intencionado…, se limitó a señalar el Pocho.

– No, solo es una curiosidad: quiero saber si va a temblar Montevideo cuando este domingo Nacional salga campeón, le lanzó el Tata en la cara, mientras pagaba lo consumido.

El Pocho enmudeció y solo se limitó a hacer un gesto con el dedo mayor de su mano derecha.

El Tata se fue haciéndole la «V» de la victoria, con los dedos de su mano izquierda.

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