LOS LOGROS SOCIALES DEL GOBIERNO DEL FRENTE AMPLIO

Transcurridos cuatro años y medio del primer gobierno de izquierda en Uruguay los logros sociales son muy relevantes en materia de distribución del ingreso, empleo, salarios, pobreza e indigencia. El elevado ritmo de crecimiento económico fue un elemento central para el conjunto de logros sociales alcanzados por el gobierno del FA. Se obtiene una de las metas más ambiciosas para un gobierno de izquierda: crecimiento con justicia social.

Para un gobierno de izquierda los logros sociales son propios de su identidad. En julio de 2009 surgieron nuevos datos provenientes del Instituto Nacional de Estadística sobre la evolución de la pobreza, la indigencia y las desigualdades. Uno de los indicadores más relevantes muestra una mejora de la distribución del ingreso en el año 2008 que no se había logrado en los primeros años del gobierno del FA. El índice de Gini ­que varía entre 0, la mayor igualdad, y 1 la mayor desigualdad­ muestra un importante descenso en 2008, que marca un punto de inflexión en los últimos 20 años. En 2004 dicho indicador marcaba para Uruguay 0,46 bajando a 0,424 en 2008, la más baja de América Latina. El descenso en el desempleo abierto, los aumentos de los salarios reales y el ingreso ciudadano no habían sido suficientes para un descenso del coeficiente de Gini. Probablemente el descenso de la pobreza y la indigencia fue fruto de las políticas sociales ­especialmente la mayor cobertura y el incremento de las asignaciones familiares que surge del Plan de Equidad y la incorporación de alrededor de 270.000 niños al Sistema Nacional de Salud­, lo cual influyó en esta mejora importante de la distribución del ingreso.

El fuerte crecimiento económico y el dinamismo de la inversión tuvieron impactos muy positivos sobre el empleo, una variable esencial para atender los grandes problemas sociales que afectan al país. La tasa de empleo, que en 2004 era de 50,8 ­una cifra muy baja y que reflejaba aún los efectos de la crisis de 2002­ pasa en 2008 a 58,4, la cifra más alta desde que se conocen estadísticas laborales. El desempleo abierto ­que mide las personas que no trabajaron o lo hicieron por menos de una hora en la última semana­ era en 2004 de 13,1%, cifra muy elevada como consecuencia de la crisis de 2002. En junio de 2008 había descendido a 7,5%, una de las cifras más bajas de las últimas décadas, e inclusive inferior a las expectativas del gobierno. También mejoró la formalización de los trabajadores: en el primer semestre de 2004 los trabajadores informales alcanzaban al 41,9% de las personas ocupadas, descendiendo en el primer semestre de 2008 a 33,3%. Estas mejoras significativas en los problemas del empleo son una parte muy relevante de las mejoras sociales porque son condición necesaria para resolver la pobreza, la indigencia, las desigualdades y los problemas de salud y educación.

La política laboral es uno de los puntos altos de la política económica y social del gobierno del FA. Se buscó una mayor equidad entre capital y trabajo, que había tenido un sesgo favorable hacia los empresarios en la década de 1990 desde el gobierno del Dr. Lacalle. Para ello se restablecieron las negociaciones colectivas y los Consejos de Salarios. Se realizaron tres rondas de Consejos de Salarios, alcanzando acuerdos en el 80% de los casos. Inclusive se fijaron cláusulas de salvaguardia por los impactos que la crisis internacional pueda tener sobre las empresas sin que hayan sido utilizadas hasta la fecha. La política laboral facilitó la creación de 630 nuevos sindicatos y sobre todo un mayor grado de sindicalización. Los trabajadores sindicalizados alcanzaban a 130.000 en 2004, aumentándose a 320.000 en 2008, lo que sin duda contribuye a una mayor equidad. Se buscó una política de acuerdos y no de confrontación, como ocurrió en la década de 1990 a partir del gobierno del Dr. Lacalle, donde al influjo de la flexibilidad laboral se dejó de convocar a los Consejos de Salarios y se tuvo una permanente política de confrontación en materia salarial. En este contexto los salarios reales aumentaron 24,9% entre diciembre de 2004 y mayo de 2009, resaltando el aumento de los salarios reales en el gobierno central, que alcanzó al 32%, aumento similar al del PBI. Hay un aumento impactante del Salario Mínimo Nacional, que entre marzo de 2005 y marzo de 2009 crece por encima de la inflación en 63%. También por primera vez en la historia se regulan y se fijan salarios mínimos para el servicio doméstico y los trabajadores rurales. Las pasividades crecieron en este período 24% en términos reales, pero se otorgaron aumentos adicionales para las de menores recursos que le permitieron crecer el 32%, cifra similar al aumento del PBI.

En el aspecto social el gobierno del FA alcanzó logros significativos en materia de descenso de la pobreza y la indigencia. La crisis de 2002 había llevado el nivel de pobreza a 31,9% de las personas residentes en Uruguay en el año 2004. En situaciones de crisis profundas los índices de pobreza aumentan con velocidad pero son más lentos los procesos de recuperación. En 2008 la pobreza descendió a 20,5%, una baja importante pero un índice aún alto para la historia del país. Importa señalar un descenso relevante de la infantilización de la pobreza, que en 2004 era de 55,3%. Para el año 2008 los niños en situación de pobreza menores de 12 años bajaron al 38%. También hubo un aumento de los ingresos de estos sectores y se redujo la brecha con respecto a la línea de pobreza. Importa señalar una baja de la desocupación abierta de los sectores pobres que, en 2008, alcanzaba el 16,7% aunque aún duplicando la tasa global. Fruto de las políticas sociales hay un importante descenso de la indigencia, que pasa de 3,9% en 2004 a 1,5% en 2008.

Empleo, pobreza, indigencia y desigualdades forman un paquete que debe atacarse simultáneamente, por lo que pensamos en estrategias globales para enfrentar estos problemas que generan fragmentación social. Si en la actualidad los sectores pobres obtuvieran un trabajo de 40 horas semanales, dado su nivel de capacitación y calificación, dos tercios recibirían ingresos por debajo de la línea de pobreza, se mantendrían en la misma situación. Se requieren acciones simultáneas en políticas de empleo y en políticas sociales, donde el gasto social cumple un rol central.

|*| Senador por la 609-FA,  economista

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