LA PEQUEÑA POBLACION RURAL DE TACUAREMBO BUSCA CREAR FUENTES DE TRABAJO

Cardozo Grande lanzó su programa comunitario de autogestión

La población de Cardozo Grande, pequeña comunidad rural ubicada unos 70 kilómetros al norte de Paso de los Toros, puso en marcha un programa de autogestión para crear sus propias fuentes de trabajo.

Los emprendimientos de base agraria constituyen el núcleo central del programa, que contará con apoyo de técnicos altamente calificados del grupo multidisciplinario no gubernamental Comisión para el Desarrollo Integral del Valle del Río Negro.

El proyecto incluye la generación de fuentes energéticas propias, desarrollo de la pesca artesanal y la apicultura, aprovechamiento de la madera que abunda en la región y promoción del turismo ecológico.

Una comisión vecinal encauzará el proceso autogestionario cuya primera instancia formal de elaboración comenzará el próximo 17 de noviembre, según resolvió el pueblo en una asamblea que se realizó el pasado viernes 19.

La comisión, que integran Margot González, Jorge Furtado, Marcelino Torres, Roberto Camarano, Artigas González, Juan Carlos Sansón, Beltrán Aguerre, Yanet González y Mirta Sansón, contará con asesoramiento permanente del grupo multidisciplinario que apoya el proyecto.

Cuatro integrantes de ese grupo, el profesor Jorge Hernández, Nelson Salle (ingeniero civil), Gerardo Dotti (agrónomo) y Pedro Armúa (agrimensor) viajaron la semana pasada a Cardozo Grande, donde, acompañados por LA REPUBLICA, relevaron durante seis días el potencial productivo de la zona y mantuvieron numerosas entrevistas con trabajadores, productores rurales y comerciantes.

De acuerdo con lo previsto, regresarán a Cardozo Grande el sábado 17 de noviembre, día en que se reunirá por primera vez la comisión vecinal que impulsa el proyecto de autogestión.

De ayer a hoy

Casi aislado entre enormes estancias, Cardozo Grande, fundado hacia 1889 junto al arroyo que le da nombre, carece de fuentes de empleos, como muchas otras comunidades rurales del país.

Como consecuencia, no ha logrado retener a sus habitantes, que de dos mil 500 pasaron a ser hoy apenas 90 tras un dramático proceso de vaciamiento incesante.

Hacia finales de los años 30, la construcción de la gigantesca represa de Rincón del Bonete creó un enorme lago que se devoró la mayor parte del territorio de Cardozo Grande, sepultó para siempre sus más importantes áreas de sembradíos y arruinó su industria lechera, que en esa época era una de las más pujantes del país.

Olvidado por las autoridades, Cardozo Grande jamás se repuso de ese golpe demoledor y desde entonces sobrevive con muy escasos ingresos provenientes del trabajo asalariado en las estancias y de las modestas quintas de subsistencia que aún conserva.

El resultado ha sido un constante deterioro de la calidad de vida que el programa de autogestión intentará revertir con el desarrollo de emprendimientos agrarios familiares y comunitarios que sólo requieren infraestructura sencilla y accesibles inversiones.

A juicio de Juan Carlos Sansón, integrante de la comisión que pilotea el programa, es mucho lo que se puede hacer:

«Una de las buenas posibilidades que tenemos es desarrollar la horticultura, para la cual ya tenemos una base muy buena porque contamos con tierras fértiles. También podemos impulsar una buena industria de artesanía de lanas, criar caballos con fines de comercialización y aprovechar los eucaliptos blancos que abundan en la región para fabricar pequeños muebles, cajas para los apiarios y otras cosas que se pueden vender muy bien. La apicultura también puede dar muy buenos resultados», afirma.

Otra fuente de ingresos puede ser el profundo lago de seis kilómetros de ancho que frente al pueblo creó la represa, en el que abundan especies muy codiciadas por el mercado brasileño y al que ya acuden pescadores artesanales de otros puntos del país.

La siembra de peces, iniciativa que ya contempla el grupo de técnicos, incrementará las posibilidades que ofrece el lago como generador de recursos, coincide en afirmar la gente del pueblo.

Pese a que en línea recta sólo 30 kilómetros lo separan de Rincón del Bonete, Cardozo Grande jamás tuvo energía eléctrica y hasta el momento no hay indicios visibles de que UTE se la proporcione en el corto plazo.

Sin embargo, esta carencia no es un obstáculo insalvable para el proyecto de autogestión, porque el grupo multidisciplinario considera perfectamente posible que Cardozo Grande genere su propia energía con sistemas hidráulicos locales, el biogás y paneles solares.

El plan global que promete catapultar el resurgimiento de Cardozo Grande abarca también canales de riego, emprendimientos habitacionales, mejora sustancial de la caminería y forestación adecuada al medio ambiente local.

Otro punto alto del proyecto es la utilización del lago como vía de transporte y salida de la producción, para lo cual el grupo de técnicos ya realizó los estudios pertinentes.

El lago conecta directamente a Cardozo Grande con Paso de los Toros y otras localidades de la región y eso también brinda muy buenas oportunidades de futuro a este pueblo ubicado en una zona que por tierra es virtualmente inaccesible en épocas de lluvias intensas.

La incorporación de nueva tecnología, que gestionará el grupo técnico, resultará fundamental para este programa que según el ingeniero Salle alcanzará gran influencia en todo el valle del Río Negro y cuya concreción supone trabajos comunes con otras poblaciones y varias entidades.

«Lo que haga la población de Cardozo Grande puede dinamizar a toda la región central del país cercana al Río Negro, donde también hay mucho para hacer y excelentes condiciones para experiencias similares», asegura Salle.

Lo pequeño

Mientras el proyecto madre se consolida, Yanet González, también integrante de la comisión, devana lana en una rueca casera que fabricó con una vieja máquina de coser marca Singer.

Con la lana, Yanet teje pacientemente a mano espléndidos jergones que vende a 200 pesos cada uno, precio bajísimo porque ni siquiera compensa el mucho tiempo que les dedica.

Lo que ella necesita es una simple máquina de tejer que le facilite el trabajo. Con eso y muy poco más hasta puede montar un tallercito que, estima, proporcionará ingresos a otras tres vecinas desocupadas.

Siul Monesiglio está empeñado en formar una biblioteca. No hay ninguna en Cardozo Grande y Siul subraya que los niños y las niñas del pueblo son quienes más sufren esa carencia.

El ofrece su casa como local de la biblioteca, para la cual todavía no tiene ni un libro. Cuando reciba alguno, se sentirá feliz porque verá más cercano su pequeño gran objetivo.

Así están las cosas en Cardozo Grande, el pueblo que quiere resurgir de sus cenizas.*

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