Carmelo. Intervenciones se financian con fondos del hospital; requieren compromiso del paciente y se logran resultados

Operan a obesos mórbidos con by pass gástrico por primera vez en el Interior

Los cirujanos Hugo Maglione, Ramiro Cerruti y Daniel Pignanesi; el internista Fernando Gavilán; la psiquiatra Adriana Vera, y la licenciada en Nutrición Cecilia Vico explicaron que desde hace muchos años se ha considerado que la única solución para el obeso mórbido es la cirugía.

«La obesidad mórbida es una enfermedad quirúrgica y se la considera así desde mucho tiempo. Sobre todo porque el 98% de los obesos mórbidos que adelgazan con dieta reinciden. Sólo un porcentaje muy bajo de ellos pueden bajar con dieta y otros tratamientos. Por tanto, a la obesidad mórbida se la debe curar quirúrgicamente. Y a tal efecto se han propuesto varios tipos de tratamiento», señalaron.

Uno de los primeros tratamientos que surgieron fue «la banda gástrica ajustable, que se colocaba alrededor del estómago, achicaba su porción inicial y permitía el ingreso de poco alimento». Sin embargo, hoy está casi en desuso, «porque es un procedimiento al que el obeso mórbido puede hacerle trampas tomando, por ejemplo, grandes cantidades de líquidos o de dulces licuados que no son controlados», señalaron los especialistas. Además, «la banda gástrica ulcera, lastima, no se puede inflar ni desinflar, tiene varios inconvenientes en su uso. Hay veces en que marchaba muy bien y en otras, mal».

Entonces fue que aparecieron otros tipos de procedimientos. «Uno de ellos es el restrictivo y otro el malabsortivo. Entre éstos, el que más éxito ha tenido en el mundo es el by pass gástrico, consistente en dejar un pequeño estómago, de aproximadamente 40 centímetros cúbicos de capacidad, y además ‘bypasear’ la zona del intestino delgado, en la que se absorben, más que nada, los alimentos. De las dos cirugías que hemos hecho en Carmelo, un by pass fue la primera», indicaron.

Respecto a los procedimientos solamente restrictivos, «el que está ahora en boga es el de la manga gástrica, que consiste en sustituir un sector muy importante del estómago, dejando solamente un tubo gástrico muy fino, para que pase el alimento». «Se saca el resto del estómago, incluyendo el sector donde se segrega una hormona, un péptido, que es el que da el apetito. Entonces, los pacientes comienzan a no tener apetito y además, su estómago se convierte en un tubo gástrico. Es una técnica mucho más sencilla, con menos suturas, que se puede hacer fácilmente por vía laparoscópica y que, en los primeros 18 a 24 meses da el mismo resultado que el by pass, que es la técnica asimilada en todo el mundo y que tiene un grado de recomendación altísimo», aseguraron.

 

Trabajo multidisciplinario

Este tipo de operaciones no se realizan de un día para el otro; llevan todo un proceso previo y posterior en manos de diferentes profesionales. «A los pacientes primero los tiene que ver la psiquiatra, el médico internista y la dietista. Ellos son los que seleccionan los pacientes con base en la evaluación realizada. Hay pacientes que psíquicamente no están en condiciones de ser intervenidos quirúrgicamente. Por ejemplo, algunos no toleran no poder comer. Hay que tener en cuenta que si a un paciente se le hace un by pass, no solamente va a tener que hacer dieta, sino que va a tener que consumir un suplemento de vitaminas y minerales de por vida, y tiene que estar informado de cuáles son los pros y los contras de los diferentes procedimientos», explicaron.

La idea es que estos pacientes disminuyan entre el 40 y 60% de su peso inicial. También procuran que los obesos mórbidos adelgacen con dietas especiales antes de la operación, para que sea más factible y sencilla. «El paciente que operamos en segundo lugar pasó de 222 kilos a 142 kilos antes de la operación. El otro paciente ya lleva como tres semanas de operado y adelgazó doce kilos tras la operación», ejemplificaron.

En cuanto al tiempo de operación, explicaron que «la gastrectomía en manga demora aproximadamente una hora, y el by pass es una cirugía de dos horas aproximadamente. «Los obesos son pacientes de riesgo aunque estén en la casa.. Si se operan de una apendicitis, son pacientes de riesgo. Esta cirugía no entraña muchos secretos. Pero a tal efecto hemos adquirido una mesa de operaciones especial para personas de tantos kilos. Tenemos el instrumental necesario y el equipamiento adecuado, porque este tipo de cirugías necesitan de una infraestructura que en este momento la podemos darle al paciente; quizá en otro momento no podíamos hacerlo», señalaron.

Previo a la operación, «los pacientes son evaluados psiquiátricamente, poniendo énfasis en que, principalmente, no tengan patologías psiquiátricas crónicas que puedan llevar a complicar o a hacer inviable un seguimiento de dieta estricta como el que tienen que cumplir. Es que estos pacientes tienen que aprender nuevamente a comer. Y a la vez también se les hace un seguimiento terapéutico, donde se va viendo su estado de ánimo, si se van adecuando o no a los cambios que se requieren».

También se los evalúa del punto de vista nutricional. «Lo principal es educar a los pacientes sobre la nueva forma en que van a tener que alimentarse de por vida, con una dieta gástrica amplia, sobre todo apuntando a los volúmenes y a la calidad de la alimentación». Por tal razón es que nutricionista y psiquiatra trabajan en conjunto, inclusive en el mismo consultorio. «Y trabajamos también con la familia, ya que se trata, en muy buena parte, de un trabajo educativo, dirigido no sólo al paciente sino a todo el núcleo».

El tratamiento previo a la operación puede llevar más de seis meses de atención en los consultorios multidisciplinarios. «En este momento se está iniciando el trabajo con otros pacientes, pero la decisión de operarlos o no se tomará después, en la medida que estén en condiciones», señalaron.

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