Visitas guiadas. En aproximadamente una hora se puede visitar gran parte de la edificación

Castillo Pittamiglio: recorrida por un lugar muy energizante

Un público muy homogéneo se acerca cada jueves y sábado al castillo Pittamiglio para participar de las visitas guiadas. Algunos llegan por el atractivo que les despiertan las obras de su constructor, Humberto Pittamiglio, así como las de Francisco Piria, otro personaje reconocido de la misma época, responsable de la construcción de importantes edificios del periodo y creador de Piriápolis.

Hay quienes hicieron la recorrida para indagar en las ciencias esotéricas y la alquimia, puesto que Pittamiglio estaba muy vinculado con los misterios que éstas disciplinas escondían, lo que se refleja en la llamativa construcción.

Otros llegan hasta ahí por un simple motivo, tal como exclamó una señora al comienzo de la visita guiada: «¡Siempre quise entrar a la punta de barco que veía desde la rambla y no sabía que se podía visitar!».

 

Un pasado no muy lejano

La Asociación de Promotores Privados de la Construcción del Uruguay (Appcu) es quien está a cargo del Castillo Pittamiglio, aunque éste es propiedad de la Intendencia Municipal de Montevideo. Y los responsables del espacio cultural, que funciona desde hace casi un año en el castillo, llevan adelante las visitas guiadas.

Cuando uno ingresa a la edificación se encuentra con puertas que no abren, ventadas que no permiten mirar a ningún lugar y escaleras y pasajes que no conducen a ninguna parte.

Retomando los misterios y la transformación que propone la alquimia, en una forma bastante caprichosa, Humberto Pittamiglio construyó una gran casa que siempre estuvo en obra.

«Hasta su muerte, Pittamiglio siempre le agregó y le modificó cosas a la casa», explicó Liezet Barbosa, gestora cultural del espacio cultural del castillo.

«Al tiempo que hacía realidad una gran fantasía, canalizaba su espíritu creador y artístico», añadió Barbosa.

Las tierras fueron adquiridas hace exactamente 100 años, en 1910; en 1912 comenzaron las obras y hasta 1966, año en que murió Pittamiglio, el edificio estuvo en constante mutación.

El castillo cuenta con patios interiores, donde se divisan detalles arquitectónicos del medio evo, de la cultura italiana, imágenes de la naturaleza y figuras masónicas. Dentro de las habitaciones predomina la madera, en pisos, paredes y techos.

El material es original, ha resistido el paso del tiempo, aunque en más de un lugar se ve la labor de las termitas.

Asimismo se divisan vitrales originales procedentes de Italia y espejos en los techos, lo que le permitía a los visitantes de Pittamiglio, verse desde distintos puntos de vista y apreciar su ser de distintas formas, tal como lo proponían las ciencias esotéricas.

Actualmente el edificio esta dividido y cuenta con un establecimiento gastronómico al que se ingresa por la calle Francisco Vidal. De ese lado de la edificación se encuentra uno de los ambientes con más energía de toda la casa, el salón octogonal. También está el laboratorio de Pittamiglio, aunque no se sabe con precisión su ubicación.

 

En restauración

Desde la rambla se desataca la escultura de la Victoria de la Samotracia. Está en la proa de un barco y orientada hacia el mar. La imagen de la Victoria, que representa el triunfo naval, fue restaurada el año pasado.

La próxima pieza que refaccionarán será el dormitorio de Humberto Pittamiglio, al cual actualmente no se puede acceder.

Las vistas guiadas se llevan a cabo todos los jueves a las 16.00 horas y los sábados a las 19.30 horas. El bono colaboración es de 50 pesos. Asimismo se realizan recorridas nocturnas los sábados, a las 21.30 horas, donde se representa un fragmento del Fantasma de Canterville. El valor de entrada nocturna es de 150 pesos.

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