Investigación. Los dueños no mostraron reacciones iguales

La mirada expresiva de los perros es apenas imaginación del dueño

Los dueños de perros suelen decir que pueden entender las expresiones de sus mascotas, en especial los ojitos de culpa que tienen cuando han hecho algo malo. Pero investigadores del Barnard College de Nueva York convencieron a algunos dueños de que sus perros habían hecho alguna travesura cuando no era cierto, mientras ellos seguían afirmando que podían ver la expresión de culpabilidad.

El estudio reveló que la expresión no tiene relación con el comportamiento de los animales. Y sus responsables descubrieron que la creencia de los dueños de que pueden interpretar el lenguaje corporal de los perros a menudo es totalmente infundada.

El estudio de Alexandra Horowitz, profesora del Barnard College, mostró que los amos estaban proyectando valores humanos en sus mascotas. La investigación «Conocimiento y Comportamiento Canino» indagó en cómo los dueños de perros interpretaban las expresiones de los animales cuando creían que habían robado o comido algo atractivo y prohibido para ellos.

En una serie de pruebas se les dio a los dueños unas veces información correcta y otras falsa sobre si los perros habían robado o no el objeto de deseo canino. Pero el estudio, publicado en la revista Behavioural Processes, encontró que las apreciaciones de si sus perros parecían culpables ­o no­ no guardaban relación con el hecho de que el perro hubiera robado o no el objeto.

Cuando dijeron a los amos que el perro había cometido la travesura, ellos afirmaron que veían la expresión de culpa, incluso cuando el perro no había hecho nada malo. Además se observó que cuando había algún cambio en el semblante de los perros era reflejo de las emociones de los humanos. Si un dueño creía que su perro se había comportado mal y lo reprendía, algunos perros mostraban una expresión de «amonestado», que los humanos interpretaban como una admisión de culpa.

Las mascotas que parecían más «culpables», según sus dueños, eran aquellas que habían sido reprendidas por algo que no habían hecho. Los investigadores llegaron a la conclusión de que esa mirada o expresión de culpa es una respuesta al comportamiento humano y no tiene relación con las acciones del perro, o con la conciencia de haber roto alguna regla.

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