Equipos interdisciplinarios trabajarán en escuelas con población vulnerable

Cinco centros Inter-in se crearon este año, en forma piloto. Cada uno de ellos está conformado por un equipo de técnicos (un psicomotricista, un fonoaudiólogo, un asistente social, dos psicólogos, dos maestros con formación en psicopedagogía y un administrativo) que trabajan junto a 25 escuelas del Centro, Ciudad Vieja, Casavalle, Cerro, Colonia Nicolich y Barros Blancos.

Estas fueron escogidas porque a ellas asiste población vulnerable y con altos índices de repetición en primer año (22% en promedio). En total, 5.000 niños de educación inicial, primer y segundo año participarán de un plan piloto que procurará extenderse.

Entre otras cosas, cada centro incluirá una sala de psicomotricidad que está siendo equipada por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides). De cualquier modo, «el trabajo no se realizará exclusivamente en los centros, porque los equipos no realizan intervenciones clásicas, sino que responden a un nuevo paradigma de interdisciplinariedad ­por eso Centros Inter-in- y de trabajo adecuado al potencial y las necesidades de cada institución», dijo la maestra y fonoaudióloga Rosario Gutiérrez, integrante del Comité Ejecutivo Intersectorial (CEI) que impulsa el proyecto. La especialista insistió en que la atención a estos niños y sus familias «no puede pensarse dividida en compartimientos estancos».

«En estas escuelas hay un 22% de repetición en primer año. A estos niños, sus familias y sus instituciones les está pasando algo; este es un fenómeno multifactorial que nos involucra a todos», sostuvo Gutiérrez. Por ello, los Centros Inter-in apelarán a diversas modalidades de trabajo.

 

Estrategias

Aunque ya se han acercado a las escuelas y los locales están en proceso de equipamiento, los equipos aún discuten sus diversas acciones. Por un lado, será posible trabajar en talleres junto a padres, maestros y niños, a través de herramientas lúdicas que «redundarán en su aprendizaje».

Por otra parte, una meta es conocer a fondo la realidad de estas escuelas durante todo el proceso de intervención, así como a final de año, para poder extraer conclusiones que permitan multiplicar el proyecto en próximos años. «Se dice que nuestra sociedad está sobrediagnosticada, pero no lo creemos así. Hay que analizar este fenómeno complejo en toda su dimensión. Sobre todo, nos interesa tener indicadores claros sobre la realidad de los niños de primer año, que son la punta de un iceberg», afirmó Gutiérrez. Finalmente, para aquellos alumnos que lo necesiten, habrá atención especializada, interdisciplinaria e individual en los locales de los centros Inter-in.

Según aclaró Gutiérrez, la intervención no estará aislada de la escuela.

Por el contrario, se trabajará junto a la maestra de aula para que elija las estrategias más adecuadas para estos niños.