Sordos. Hay 30.000 uruguayos que pueden ver limitadas sus posibilidades de avanzar en la vida debido a su discapacidad

Un diccionario para aprender las señas del lenguaje del silencio

«Es un gran orgullo; es uno de los pocos diccionarios que hay en el mundo con estas características. Hay uno parecido en Argentina, pero no tan bueno como éste», indicó a LA REPUBLICA la presidenta de la Asociación de Padres de Sordos del Uruguay (Apasu).

 

Dedos parlantes

El costo del libro en el mercado oscilará en los 900 pesos, aunque para los integrantes de la comunidad de sordos será menor. Se publicaron 1.000 ejemplares en un diseño ilustrado con dibujos explicativos, y en la tapa aparece el monumento a los dedos, típico de Punta del Este. Lo recaudado de su venta se invertirá en la publicación de más ejemplares.

La Asociación de Sordos cumplió ayer 80 años de existencia en la asistencia a sus afiliados, pero también en formación de intérpretes y otras actividades sociales y formativas. Uruguay tiene 30.000 sordos. Los dirigentes de la institución manifiestan su preocupación ante los pocos avances en varios temas que los afectan.

 

Sin intérpretes

Uno de ellos es la difícil situación de los sordos en el interior del país, donde no cuentan con intérpretes y por lo tanto no se pueden incorporar fácilmente a la educación formal. Los sordos encuentran sumamente limitado su acceso a la universidad.

La asociación espera seguir trabajando en la producción de más libros para los niños, jóvenes y adultos de su comunidad. Un diccionario de esta categoría es importante también para la sociabilización de las personas con sordera. Y no solamente ellos están involucrados en este tema, sino también todo su entorno, incluyendo sus padres, familiares y amigos.

La lengua de señas no se escribe, no tiene escritura, ni libros. En resumen, no hay una comunicación escrita. Para los sordos no es una tragedia pero es un hecho. Con el diccionario se busca llegar a otros libros, para que, sobre todo los más jóvenes, puedan descubrir un libro, abrirlo y crear un hábito.

El diccionario contiene información sobre la propia lengua de señas y, según la institución, debe ser el primer libro que esté en las manos de los niños todos los días. También permitirá a los chicos debatir sobre la propia lengua, descubrir qué señas se encuentran en el libro y cuáles deberían estar.

 

Estatus de lengua

El libro contiene 2.000 señas, pero se calcula que en la calle se utilizan alrededor de 10.000. La obra también servirá para que la comunidad de sordos conserve el lenguaje y éste no se pierda con el tiempo, como les sucede a todas las lenguas. Además, es un mecanismo para darle al lenguaje de señas estatus de lengua.

La asociación pretende que el diccionario sea el primer paso de muchos hacia la producción de más proyectos para el desarrollo de la comunidad sorda.

«Con este material los chicos se darán cuenta de que lo suyo es realmente una lengua, y que no hablan como monos, como se decía en otro momento», afirmó Riotorto. «Cada país tiene su lenguaje de señas, no es como el español», aclaró.

Por su parte, el presidente del Banco de Previsión Social (BPS), Ernesto Murro, recordó el apoyo que su organismo le otorgó a la primera maestra sorda, Fernanda Bonilla, quien pudo acudir a clases porque la institución le financió una intérprete para terminar su carrera.

Los primeros libros van a distribuirse en varias instituciones especializadas de educación primaria y secundaria de la capital y del interior del país. Llegarán al liceo 32, al IAVA y a la escuela 197, que es donde concurren los niños sordos. También partirán hacia tres escuelas del Interior y, según las autoridades, están «abriendo caminos».

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