LOS ADOLESCENTES TIENEN SEXO SIN PRESERVATIVOS ADECUADOS PARA SU EDAD

Piden que en los prostíbulos vuelvan las matinés para menores de 18 años

Naná es una mujer con un conocimiento profundo de la prostitución y de su estado actual en Uruguay.

El «oficio más antiguo del mundo» está distribuido en las calles, pero también en bares de camareras y casas de masajes. En opinión de Naná, las personas que concurren a esos lugares corren peligro, porque quienes ejercen allí no están controlados desde el punto de vista sanitario y no exigen el uso del preservativo para prevenir, entre otras enfermedades, el sida.

 

Un tema de tamaño

Naná entiende que hay otro problema: la falta de variedad en el tamaño de los preservativos, sobre todo entre los que entrega el MSP, que son de origen asiático y tienen una única medida. «Como el hombre no puede ponérselo opta por tirarlo. Si el preservativo es chico se rompe; nosotros no usamos el preservativo del MSP porque es malo», explicó Naná a LA REPUBLICA.

La especialista en la materia no cree que comprando preservativos baratos se combata el sida, porque no se usan. Delante de los diputados de la Comisión de Salud, el pasado miércoles Nana dijo que «sus chicas hacían globitos con ellos». Consideró que los condones de Salud Pública son demasiado chicos para el hombre mediano y tienen mala calidad.

«Es muy lindo escuchar que hay que usar preservativo, estoy de acuerdo, pero ¿con qué contamos, qué preservativos hay?», se preguntó Naná. «Ojalá que se pueda armar la fábrica de preservativos nacionales de buena calidad y de varios tamaños», agregó.

 

Educación sexual y práctica para menores

También explicó que falta un preservativo para los adolescentes de entre 14 y 15 años, que no cuentan con ninguno adecuado para su edad. «Como no pueden usarlo se terminan masturbando o acostándose con una prostituta de la calle», determinó.

Por eso considera que la minoridad tiene que ser atendida, desde el punto de vista sexual, en un horario adecuado y un lugar donde haya vigilancia y no puedan expenderse bebidas alcohólicas. «Hoy en día el adolescente tiene todo el sexo en la calle», afirmó la entrevistada.

Otro problema es la droga. Según ella, cuando un adolescente «no puede tener sexo en un prostíbulo y sienten la urgencia de una relación sexual suple la falta de sexo con pasta base o un porro». «Lo sé porque lo conozco», aseguró Naná.

Antiguamente en los prostíbulos había matinés entre las 14.00 y las 18.00 horas. En ese horario se permitía el ingreso a los menores de edad, y mientras tanto los mayores no podían entrar al local. «Era educación sexual: se les enseñaba a higienizarse y había un trabajo interesante de parte de nosotras», afirmó.

Para Naná, las autoridades de la salud no han hecho una petición de condones pequeños porque nadie les pregunta a los adolescentes si usan preservativos o si hay un tamaño adecuado para ellos. «No les interesa, no se habla de esas cosas. Hay que hablar de la medida del pene», indicó.

 

Fray Bentos sin control

Consultada por la situación de Fray Bentos y el «boom» poblacional que sufrió esa ciudad debido a la instalación de Botnia, con el consiguiente aumento de trabajadores sexuales, Naná consideró que allí no existe una revisión similar a la de Maldonado.

Según la información de que dispone, en Fray Bentos no hay prostíbulos, sino bares de camareras y casas de masajes, que no están bajo el control de nadie. Las mismas prostitutas de esa ciudad aseguran que «no les exigen nada para trabajar».

En Montevideo también abundan estos lugares. «Las casas de masajes o los bares de camareras no tienen una habitación para cada chica, como se exige en los prostíbulos.

Hay una habitación o dos para 30 chicas. Los dueños no le dan mucha prioridad a la higiene sexual porque no les interesa», aseveró Naná.

 

La Policía está ciega

«En los bares de camareras dicen que se toman copas y que no hacen nada adentro, sino que la chica sale. Eso es mentira. La Policía no lo ve, pero lo vemos todos. No lo ven quienes no lo quieren ver», indicó.

Todos los días, a cualquier hora, en el centro de Montevideo se entregan a los hombres, cuando van solos, pequeños volantes con las direcciones y teléfonos de apartamentos donde se brindan servicios sexuales, sin control alguno. Esa información también se encuentra todas las semanas en un clasificado capitalino.

«En los edificios más o menos importantes siempre hay uno o dos apartamentos dedicados a la prostitución. Lo peor de todo es que las chicas no están controladas y la legalidad es una tranquilidad para ellas y para los clientes», aseguró.

En Maldonado también existe la prostitución callejera. Naná afirmó que recibieron chicas «que están mal» y, al no poder ejercer en la legalidad, prefieren prostituirse en las calles de Punta del Este. «Se esconden cuando viene la Policía, corren para un lado y para el otro, se escabullen y hasta tienen campanas para eso», afirmó.

«Sólo pido salud. Trabajamos en esa área y estamos en el filo de la navaja, corriendo riesgos innecesarios», dijo la dueña del prostíbulo más famoso de Punta del Este. *

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