¿Qué es la esquizofrenia?
Con el nombre de «esquizofrenia» se designa a un grupo de enfermos mentales con determinados síntomas comunes que motivan una incapacitación, la que depende de su gravedad y de la personalidad del afectado.
Los síntomas de la esquizofrenia son muy variables, y pueden cambiar en una misma persona de día en día, de hora en hora y de una situación a otra. Esta diversidad dificulta a menudo el diagnóstico y el poder apreciar la necesidad de tratamiento, ya que la conducta del paciente puede cambiar drásticamente en presencia del médico que lo reconoce.
Síntomas característicos
1 – Miedo o angustia.
El miedo de los esquizofrénicos es elemento central, sobre todo en las fases agudas. Las disposiciones de defensas mentales de la persona, que hacen valorar con normalidad las constantes amenazas de la vida, son anuladas por el esquizofrénico. Este está dominado por el miedo atroz, que puede llegar al pánico y le hace ver, oír o sospechar peligros y enemigos por todas partes.
Se siente acosado y trata de dominar este miedo insoportable para él con rechazo, con alucinaciones y con ideas delirantes. Es aconsejable tranquilizarlo sin forzar su tendencia de rechazo a la realidad. Expresión de este miedo son su mirada y sus ojos muy abiertos.
2 – Trastorno del razonamiento.
El pensar se vuelve poco claro hasta llegar a ser descabellado. Esto puede llegar poco a poco. Faltan las conexiones lógicas. Siempre es posible probar que, escondido tras el pensamiento trastornado, existe una relación sana del pensamiento que puede desarrollarse.
3 – Delirios.
El enfermo cree que los acontecimientos que ocurren a su alrededor tiene relación con él. No tiene sentido quererlo disuadir de sus delirios; se aferra a ellos.
4 – Alucinaciones.
El paciente oye y ve (rara vez huele o toca) cosas que no existen. Voces ordenan al paciente hacer cosas, incluso en contra de su voluntad. Es inútil querer demostrarle lo contrario; para él estas alucinaciones son reales.
5 – Trastornos de la afectividad.
Las expresiones de sus sentimientos no concuerdan con la situación. El paciente parece apagado o sin sentimientos y se ríe en situaciones tristes. También puede estar anormalmente irritable o indiferente.
6 – Inestabilidad emocional.
El paciente puede estar tan pronto depresivo y hablar de suicidio como superactivo, sin realizar gran cosa. Exteriormente puede parecer petrificado.
7 – Falta de sensación de enfermedad.
El paciente pretende estar bien y no necesitar ningún tratamiento. Rechaza toda ayuda, por ejemplo la hospitalización necesaria, lo que puede provocar situaciones difíciles.
8 – Aislamiento o ensimismamiento.
El paciente evita el contacto con otras personas y se encierra, por ejemplo, en su habitación, o no quiere hablar con nadie.
9 – Pérdida de la iniciativa y de la voluntad.
Lo que anteriormente realizaba el paciente con facilidad comienza a costarle mucho trabajo, o no llega a hacerlo. No es ya capaz de tomar decisiones. Se despreocupa de los cuidados personales de aseo y vestimenta, o de los horarios de las comidas.
Esquizofrenia no es:
Una inferioridad mental o una personalidad débil o mala; tampoco es una división de la personalidad. El paciente afectado por esta enfermedad no se desdobla en dos personalidades. Conserva su individualidad.
La enfermedad separa a estos enfermos de la realidad.
Frecuencia de la enfermedad
Se admite que alrededor de un 1% de la población mundial enferma de esquizofrenia a lo largo de su vida, independientemente de su raza, ambiente, clase social o inteligencia.
En tres de cada cuatro enfermos esquizofrénicos el mal comienza entre los 16 y los 25 años. En los hombres, suele aparecer entre los 15 y los 33 años. En las mujeres, entre los 17 y los 25 años. Los hombres esquizofrénicos son generalmente solteros y sin hijos.
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