CIEN AÑOS DE LA MASONERIA EN EL DEPARTAMENTO NORTEÑO

Con dura crítica del comunismo, los masones instalan monolito frente a catedral de Rivera

Desde que el intendente de Rivera propusiera la instalación de un monolito en homenaje a los cien años de la masonería en ese departamento, las controversias aún dan que hablar.

Es que la decisión del intendente Tabaré Viera (Foro Batllista) de rendir homenaje a los cien años de la Logia Masónica Unión y Fraternidad Riverense, cumplidos el pasado 23 del corriente, generó controversias desde el envío del proyecto a la Junta Departamental. Los ediles oficialistas apoyaron la moción del comuno, en el entendido de que se rinde homenaje a personalidades descollantes de la historia riverense. Por su parte los ediles del Partido Nacional coincidieron con el oficialismo. Sin embargo la oposición fue cerrada en las filas frenteamplistas, que se negaron de plano a prestar su voto. Sorpresa causó inclusive la afirmación del edil comunista Enrique Da Rosa (suplente de un edil nuevoespacista), cuando al sustentar su voto afirmó: «No voto a una organización secreta» de la que no se conocían ni los integrantes ni los fines.

La aprobación legislativa departamental fue finalmente obtenida. La masonería agradeció el gesto y reconoció en un comunicado que deseaba homenajear ante todo a «hombres libres y de buenas costumbres, que reunificaron esta sufrida sociedad tras la peor guerra civil de nuestra historia». Al concluir la guerra de 1904, efectivamente las tierras riverenses estaban devastadas por odios y rencores, que costó tiempo y esfuerzo reconciliar.

Cabe agregar que el sábado pasado, una gran fiesta cumplida en el Club Uruguay, el principal de la capital departamental, contó con la participación de masones de todo el país hasta donde fue dable saber, y la primera línea del gobierno departamental encabezado por Tabaré Viera.

 

¿Dónde va la piedra?

Definida la instalación del monolito, dos aspectos han concitado la atención general. El primero ha sido el diseño en cuestión. Todo indica que se tratará de una piedra, ubicada sobre un pedestal. La piedra tendrá una mitad en bruto y una mitad lapidada, en representación de «lo que es un masón». Es decir la transmutación del hombre tal cual es antes de convertirse a la masonería, y la evolución que se entiende alcanza el individuo con esta adhesión.

Finalmente cabe consignar el cuestionamiento generado por la instalación en la principal plaza riverense del monumento. Es que, al igual que en la mayoría de las capitales del interior uruguayo, la catedral se encuentra junto a dicha plaza. A la Iglesia Católica, la idea de que el monumento masón quedará frente a las puertas del templo en absoluto le agradaba. Nadie sabe si existieron contactos del obispo, o si la decisión nació por sí sola: lo concreto es que el monolito irá muy probablemente bajo un jacarandá, en la Plaza Artigas, pero en absoluto de frente a la iglesia. *

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