violencia en el uruguay

Para el fiscal de Homicidios, Carlos Negro, es “escandalosa” la cantidad de armas de fuego que circulan en Uruguay

“Vivimos en una sociedad violenta y donde además se accede con facilidad a las armas de fuego”, subraya el fiscal de Homicidios de Uruguay, Carlos Negro. El 70% de los homicidios se cometen con armas de fuego.

 

Carlos Negro es abogado, hasta 2017 se desempeñó en la Fiscalía del Crimen Organizado y en la Fiscalía de Flagrancia hasta 2021. Es docente en cursos de Litigación en la Universidad de la Empresa (UDE). Actualmente se desempeña como Fiscal de Homicidios.  


 

Desde que comenzó 2022 la violencia ha ido en aumento en nuestro país, en particular los homicidios ¿Cómo ha sido para ustedes el trabajo? 

Fue complicado, un comienzo de año bastante violento, aunque no se verifica un cambio demasiado grande de lo que viene siendo un ciclo, lo podemos llamar así, de varios años, donde sostenidamente se mantiene el crecimiento o al menos cifras estables y altas en materia de homicidios, por ello la fiscalía ha tenido que adaptar sus recursos humanos.  Cuando comenzó el sistema procesal penal acusatorio, en Montevideo había una sola fiscalía de homicidios a cargo de Juan Gómez (actual Fiscal de Corte). Las necesidades del servicio hicieron que se instrumentara un segundo turno, primero a cargo de la Dra. Mirtha Morales y luego un tercer turno a cargo de la Dra. Adriana Edelman. Luego, cuando el Dr. Juan Gómez pasa a Fiscal adjunto, paso a cumplir tareas en esa fiscalía. Tres fiscalías fueron necesarias en estos años para adaptarse al volumen de trabajo, eso habla de por sí de lo que significó la carga de trabajo.  

La incidencia del Narcotráfico y las bandas criminales, es directamente proporcional al incremento de la violencia. Es un fenómeno que se arrastra hace más de una década.

¿Se puede decir que hay un antes y un después de la intervención del Narcotráfico? 

 Sí, la incidencia del Narcotráfico y las bandas criminales es directamente proporcional al incremento de la violencia.  Es un fenómeno que se arrastra hace más de una década. En el año 2000, con la masificación del consumo de pasta base de cocaína, el narcotráfico adquirió una diseminación territorial que hasta ese momento no se conocía. Se conocía el narcotráfico, pero no con la expansión territorial que tiene hoy en Montevideo y en todo el país. El incremento del tráfico de drogas, tanto a nivel de consumo como a nivel de salida de la droga hacia el exterior, ha determinado que los homicidios y la violencia vaya asociada al fenómeno. Es natural que las bandas criminales solucionen sus problemas y sus cuentas mediante mecanismos violentos, que pueden ser homicidios o mutilaciones, también estigmas en el cuerpo de los rivales de las bandas competidoras.  

Uruguay tiene algunas particularidades en cuanto a la criminalidad, derivadas de su propia estructura demográfica, país pequeño, escasa población y concentrada en las ciudades.

Según ustedes que trabajan en el territorio, ¿cuáles son las características, o que parecido tienen estas bandas criminales con las que existen en México, Colombia o El Salvador? 

Uruguay tiene algunas particularidades en cuanto a la criminalidad, derivadas de su propia estructura demográfica, país pequeño, escasa población y concentrada en las ciudades. Eso determina que las bandas criminales sean distintas u originales, no tenemos las estructuras criminales que tienen los países que mencionaste (México, Colombia y El Salvador). Son estructuras grandes, complejas con mecanismos de dirección y de recursos humanos muy grandes, con individuos que de pronto no se conocen entre sí por la estructura o por la cantidad de gente que tiene la propia banda. En Uruguay tenemos bandas más territoriales y familiares, hay estudios que señalan que son familias desestructuradas, una familia que se junta con otra familia que está cercana y así se empieza a dar una nueva configuración familiar, que determina la creación de una banda que lleva el nombre de la familia original. Esos no son una gran cantidad de integrantes, incluso tampoco tienen gran complejidad, pero se adueñan del mercado del microtráfico de una determinada zona, creando una rivalidad con alguna otra que se forme cercanamente, y compiten por los clientes. Estamos hablando de varias bandas de estas características, que hay dos o tres por barrio. Hay barrios donde se concentra el expendio del microtráfico. Eso también da una particularidad a los grupos criminales uruguayos que no se ven en otra parte de América.  

Las mutilaciones sin causar la muerte están muy extendidas, hoy por hoy, como mecanismo de generar temor, advertencias y amenazas. Estamos ante un fenómeno bastante novedoso que no existía en Uruguay.

Sin embargo, la metodología utilizada, en la que aparecen los cuerpos desmembrados, lo ha instalado el narcotráfico en México ¿acá es igual? 

No es igual, en estos casos los desmembramientos fueron para ocultar los cuerpos, no como mecanismo de tortura. Acá se intenta ocultar el crimen mediante el desmembramiento, no es lo mismo que ocurre en México, donde lo que se busca es generar temor o como mecanismo de tortura. Los casos que han ocurrido en Uruguay no son de esas características, sino como decía, para ocultar el cuerpo luego de cometido el crimen, lo cual no significa que sea menos importante o menos violento. La metodología no se ha dado como en otros países, lo que no quiere decir que no vaya a suceder en el día de mañana. Esto es dinámico y cambiante.  Las mutilaciones sin causar la muerte están muy extendidas, hoy por hoy, como mecanismo de generar temor, advertencias y amenazas. Estamos ante un fenómeno bastante novedoso que no existía en Uruguay.  

Cuando decías familias desestructuradas pensaba ¿cuánto pesa en todo esto la desigualdad social que atraviesa al Uruguay, que atraviesa también a nuestro continente, el más desigual del mundo?  

El fenómeno de la selectividad del sistema penal es bastante conocido, pasa algo similar en las estructuras del narcotráfico porque también este tipo de grupos se nutre de los sectores más vulnerables de la sociedad. Una de las “ventajas” que tiene el narcotráfico, son recursos humanos inagotables. Los últimos eslabones de esta cadena criminal terminan siendo los individuos más vulnerables, muchas veces se trata de mujeres con niños a cargo, que terminan haciendo de “mulas” que llevan droga a la cárcel y terminan siendo ellas las que pagan. El fenómeno de la vulnerabilidad social está presente lógicamente en las estructuras criminales, porque son la mano de obra, incluso en Uruguay lo que se da es que como las bandas son pequeñas, en general en estas familias los recursos humanos surgen de ahí, de barrios periféricos, de familias con niños a cargo, de mujeres jefas de hogar, de jóvenes que no encuentran una salida al acceso a los bienes de consumo, bienes de consumo a los que quieren acceder de manera rápida. En las bandas criminales, la sobrecarga de las tareas peor remuneradas y de mayor riesgo, recae en las personas más vulnerables de la organización. Este “ejército” de personas, es el mercado del trabajo al que apuntan las bandas criminales para conseguir sus integrantes. Cuando “caen” estas personas que están en los estratos más bajos, rápidamente se sustituyen por otras, y así la cadena sigue andando incluso se sigue incrementando. Seguramente el microtráfico colabora con esta estructura, porque también el narcomenudeo se disemina en el territorio, muchos vendedores pequeños de droga, que son lógicamente los que están mayormente expuestos a la represión. Estos son los que terminan en prisión o incluso perdiendo la vida.  Los que concentran el poder tienen un nivel de protección mayor, sin embargo, en Uruguay no verificamos ese tipo de grandes estructuras, incluso con profesionales como ocurre en países como México o Colombia. La selectividad está presente también en las bandas criminales y también en su estructura y los más vulnerables seguramente terminan más rápidamente su vida. 

El género es otra variable imposible de ignorar, los más vulnerables son las niñas y las mujeres, dentro de los pobres, los jóvenes, las niñas y las mujeres.  Las mujeres son el 30% de la población carcelaria.

¿También se refleja en el narcotráfico la desigualdad de género? 

Sí, el género es otra variable imposible de ignorar, los más vulnerables son las niñas y las mujeres, dentro de los pobres, los jóvenes, las niñas y las mujeres.  Las mujeres son el 30% de la población carcelaria, terminan ingresando droga a la cárcel, son las “mulas” o el alijo de droga que se quiera llevar hacia algún lugar. Obviamente termina siendo el objetivo de la represión, ahí vemos como se incrementa la población carcelaria femenina, y de mujeres con niños incluso. 

El 70% de los homicidios se cometen con armas de fuego.

Coincidís que la población está armada como pasa en otras sociedades, y esto se vuelve un fenómeno muy peligroso 

 

Hay una cantidad muy grande de armas en el país, con cifras escandalosas, según cifras “negras u ocultas, por tanto, hay que tomarlas con cuidado. Se estima que hay 1.200.000 armas de las cuales unas 600.000 serían armas sin registrar. Esa cantidad de armas, lleva a la disponibilidad de las armas, no es lo mismo una sociedad violenta si además está armada, tenemos lamentablemente las dos condiciones, vivimos en una sociedad violenta y donde además se accede con facilidad a las armas de fuego, el 70% de los homicidios se cometen con armas de fuego.  

Respecto a la respuesta del sistema de Justicia ¿cuánto de todo lo que ocurre se aclara? 

 

 El narcotráfico y la existencia de las bandas criminales, disparó las cifras en cuanto a la falta de imputaciones. Del total de homicidios que se cometen, solo la mitad son los que se aclaran, se judicializan y se logra una imputación. Es una cifra muy baja, pero que no es extraña o ajena a lo que sucede en los demás países de la región. Las muertes que ocurren en el contexto, y en la dinámica de las bandas criminales, no son como las muertes a la que estábamos acostumbrados, que eran por cuestiones familiares, por problemas vecinales. Ahora tenemos los mal llamados “ajuste de cuentas”, lo que tenemos es un crimen que se comete con otro tipo de cálculo, y que de forma más profesional los grupos evitan la captura de los miembros que le dieron muerte a otro y eso determina los bajos porcentajes de aclaración de los crímenes 

¿Porque los mal llamados “ajustes de cuentas”

 

No sé si es mal llamado, depende del ajuste que le demos a la cuenta, muchas veces el “ajuste de cuentas” va hacia el cobro de una deuda por droga, no paga la droga, lo matan. Pero no todos son para cobrar una cuenta, y muchas veces se dan también como manifestaciones de poder y se dan por una revancha, se dan por generar temor en una determinada zona, se dan por falta de fidelidad en la compra, se dan incluso por una construcción de la masculinidad que se dan en esos entornos de violencia, donde la manifestación violenta hace a la construcción de ese estereotipo al que se pretende llegar en la banda criminal. El “ajuste de cuentas” puede ser fácil de entender así dicho, pero no responde o no abarca lo que es el fenómeno de la criminalidad en toda su complejidad. 

(Las barras bravas) son estructuras criminales que llegan a superar a las bandas constituidas alrededor del expendio de drogas, a veces tienen una estructura más compleja y con mayor cantidad de individuos, podemos catalogarlas seguramente como bandas criminales.

Como te sigo en redes me consta que sos futbolero ¿cómo has vivido tener que precisamente investigar casos vinculados con la criminalidad de las barras del fútbol?  

 

Es muy doloroso. Los que tenemos algún año más, nos acordamos de aquel fútbol, de aquellas idas al estadio y de aquellas tribunas compartidas entre Peñarol y Nacional. Vemos esto ahora y no caemos que está sucediendo y las barras bravas, que en definitiva lo bravo que tienen es el patoterismo, la cobardía, el ataque artero, en algunos casos son estructuras criminales que llegan a superar a las bandas constituidas alrededor del expendio de drogas, a veces tienen una estructura más compleja y con mayor cantidad de individuos, podemos catalogarlas seguramente como bandas criminales, porque dentro de esa barra brava, se genera una organización, una estructura destinada a la concreción de varios delitos, entre ellos la venta de drogas. Todo lo que se da en las bandas de narcotráfico, se da en las barras bravas del fútbol. Lamentablemente la violencia que pone como excusa el deporte, termina siendo el caldo de cultivo para la construcción de otras estructuras criminales que después terminan en la cárcel, y se sigue reproduciendo y generando violencia de adentro de la cárcel hacia afuera. La cárcel es otro elemento que no se puede soslayar, porque no termina siendo la solución del problema, sino que es parte del problema, parte del problema es la cárcel y la sobrepoblación carcelaria. 

Estamos en un momento donde hay un sector del sistema político, vinculado con el partido gobernante, que cuestiona la actuación del Fiscal de Corte (Juan Gómez). Ustedes cómo parte de la estructura de la Fiscalía ¿cuándo les afecta estar en el ojo de la tormenta? 

Desde que se instaló el sistema penal acusatorio, nosotros sabíamos perfectamente y sabíamos también por la experiencia de los países vecinos, que iba a suceder que los fiscales iban a estar en la primera plana de los medios de comunicación. Hoy pones los informativos y tenés “jugadores de fútbol, políticos y fiscales”, y eso no sucedía antes de 2017, pero sabíamos que iba a pasar, quién tiene la noticia en el sistema penal acusatorio es el fiscal, antes recaía en un juez, hoy en los fiscales, por tanto, sabíamos que teníamos que estar preparados para esa exposición mediática. En la medida que los medios “golpean la puerta”, llegan a la fiscalía, ingresan y ven el sistema de la justicia a través de la fiscalía, nuestra obligación pública es rendir cuentas y compartir la información. Eso nos legitima como funcionarios públicos encargados de la tarea, esa exposición la tenemos que manejar y acostumbrarnos a que se nos cuestione y se nos critique. A mí no me afecta que se pueda criticar a la fiscalía, podemos cometer errores como cualquier organismo del país. La efectividad del sistema está demostrada en las cifras, eso es incuestionable, la Fiscalía funciona y lo hace bien, debemos seguir trabajando para mejorar el sistema, los errores que se cometen que no se cometan, seguir en la misma senda, estamos en el buen camino de la profesionalización y de la eficacia. 

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