ENTREVISTA

Juan Vaz, un referente de la legalización de la marihuana y la libertad

Juan Vaz es un profundo conocedor de la legislación, la química y la botánica del cannabis. LARED21 conversó con él sobre la perspectiva de la planta que tanto apasiona a muchos en Uruguay y el mundo.

Foto: LARED21
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Juan Vaz es un referente del movimiento por la legalización de la marihuana en Uruguay. Ha sido integrante de la Asociación de Estudios del Cannabis del Uruguay (AECU) y fue asesor para el Gobierno en la redacción de la legislación que regularizó el consumo y cultivo de la planta en el país.

Es dueño del Planeta Ganja Growshop, ubicado en la esquina Maldonado y Cassinoni, en Cordón, un lugar de ambiente amigable, amplio y con todo lo que un autocultivador necesita para plantar y consumir su propio cannabis. Emprendedor y apasionado de la planta, Juan peca de carecer de espíritu empresarial porque se toma demasiado tiempo para atender a los clientes y, a veces, les vende las opciones más económicas. Para él, el growshop no es un negocio, es la extensión de una faceta de su vida que tras la legalización, lo hace acercarse a la cuasi realización personal. A fin de cuentas, quienes llegan hasta la puerta de Planeta Ganja persiguen el mismo sueño que él: ser libres de fumarse un faso en total libertad, pues consideran que eso no violenta la libertad de los demás, mientras que la prohibición sí ocasionaba eso en los derechos de los ciudadanos.

– ¿Qué te trajo hasta el negocio de la marihuana?

Yo le quitaría la palabra «negocio», que si bien hoy tengo una tienda, lo mío con el cannabis viene desde más atrás. Yo empecé a cultivar cannabis hace unos 30 años para mi propio consumo pues la planta me cautivó desde el comienzo. Me di cuenta de que yo podía autoabastecerme y no depender del tráfico internacional de marihuana ilegal. No me gustaba tener que ir a buscar algo que me hacía bien hasta un lugar horrible que me hacía muy mal. En ese momento toda la marihuana que se conseguía provenía del tráfico ilegal.

«La planta del cannabis es botánica, química y psicodelia, todo junto. Esto me cautivó»

Cuando yo empecé a consumir marihuana estaba prohibida, no había un mercado, había que buscarla y era muy difícil de conseguir, había que mandar a un amigo a buscarla a Brasil. De hecho, no venía de Paraguay y la calidad era mejor, porque yo creo que quienes la empacaban en Brasil conocían un poquito más de la planta. En Paraguay capaz tienen una planta muy buena, pero la destruyen totalmente en el cultivo, la cosecha, el secado y el empaque, y termina siendo algo muy nocivo para la salud.

Y el «prensado paraguayo», ¿qué ingredientes peligrosos puede contener?

Bueno, en realidad estos agregados que vienen en el prensado son meramente circunstanciales. Pueden ser bichos que anden a la vuelta, basura del suelo, entre otras. Pero lo peor que tiene adentro es la descomposición de la misma planta. Desde el cultivo no separan los machos de las hembras, plantan variedades que no son totalmente estables, no lo dejan secar correctamente, lo empaquetan con semillas, palitos, hojas y otras partes de la planta. Todo eso abulta, pesa y no se fuma.

Entonces es peso que el consumidor está pagando y al final no se consume…

Bueno… se consume porque al final, aparte de la semilla y los palitos que se pueden sacar, hay un montón de hojas que carece de propiedades psicoativas que suman materia vegetal y clorofila y no se secan bien. El proceso de secado del paraguayo es en un plástico en el piso, mientras que el correcto secado es colgado o sobre una malla aireada, hasta que el cogollo está totalmente seco y pierda más del 70% de su peso en humedad.

«yo formo parte de un grupo que luchó para que esto sucediera, y me siento protagonista del proceso»

La descomposición anaeróbica del nitrógeno contenido en las hojas genera amoníaco, y eso es realmente lo más nocivo. Ese es el olor característico que tiene el prensado. Hay mitos que dicen se orinaban en la marihuana para la preservación, pero eso es mentira: el fuerte olor se debe a que no está lista para ser empacada cuando la envuelven en plástico film para su comercio.

¿Cuál fue tu primera motivación para entrar en la experimentación con marihuana?

Mi primera motivación fue la curiosidad. Por suerte, dentro del prensado paraguayo encontré semillas que estaban fértiles y, tras sembrarlas, me germinaron. En ese momento no había internet para conseguir toda la información que hay disponible hoy en día. Fue un aprendizaje lento de prueba y error.

Cuando entró el internet descubrí que habían muchísimas variedades de cannabis que difieren entre sí en el porcentaje de canabinoides, y que no todos juegan un papel en la psicoactividad. Algunos son terpenos con hidrocarburos que conforman los olores. Las frutas tienen terpenos, por ejemplo, algunas de las que más tienen son las uvas, y por eso diferenciamos tantos tipos de uvas que dan vinos de distintas calidades o sabores. Uno puede catar marihuana como cata el vino o la cerveza: todos los productos de la marihuana tienen distintas proporciones de los mismos ingredientes, y es ahí donde está la experticia. Pero lo más alucinante de todo, es que al ser una planta que tiene un macho y una hembra, podemos combinar distintas plantas de diferentes variedades y tener nuevas variedades y nuevos resultados.

La planta del cannabis es botánica, química y psicodelia, todo junto. Esto me cautivó.

Desde la legalización, ¿te sentís más libre?

Por supuesto. Yo diría que me siento cuasirealizado en lo que son mis aspiraciones de una libertad personal, en un punto que me toca mucho como lo es el consumo de marihuana. Capaz no es lo mismo, pero es como ser gay en el Uruguay y que te aprueben el matrimonio igualitario. O sea, uno siempre encuentra cosas para quejarse, ¿no? pero yo formo parte de un grupo que luchó para que esto sucediera, y me siento protagonista del proceso. No creo que el trabajo está terminado, creo que lo que logramos es perfectible y necesita mucho esfuerzo más para mantener el modelo. Lo que logramos fue una ley que nos permitiera hacer ciertas cosas, y después de ahí, lo que hagamos con esa ley por el bien de la convivencia depende de nosotros. Si queremos dejar una sociedad más abierta hacia estas cosas y queremos que el cannabis no solo sea usado por nosotros de forma recreativa, ya que tiene un montón de otros usos, como el industrial o el terapéutico, eso depende de continuar con la lucha de parte de todos.

En la tienda de Juan se pueden adquirir todos los insumos para el autocultivo.
En la tienda de Juan se pueden adquirir todos los insumos para el autocultivo.

¿Avanza la investigación de la marihuana para los usos medicinal e industrial en Uruguay?

Yo creo que aún hay muchos miedos. Si bien hay ganas de hacer cosas y los actores involucrados a nivel gubernamental siempre están apoyando iniciativas, yo creo que todavía nos falta un poco de tiempo. A mí me gusta que las cosas sean lentas y seguras, pero creo que deberíamos ir un poco más rápido, sobre todo si vamos al tema del cáñamo industrial y la investigación sobre los potenciales usos del cáñamo de bajo contenido de THC (tetrahidrocannabinol).

¿Cuál es la aplicación de estos cáñamos?

Hay cannabinoides que no son psicoactivos que se pueden aplicar en medicina, en veterinaria, como suplementos alimenticios, y que no conforman un peligro internacional, o sea, plantar mil hectáreas de cáñamo no es algo ilegal. Eso debería ir más rápido.

Como dije, hay miedo en el Gobierno y entre quienes regulan esto. Tienen miedo de hacer las cosas mal porque es algo que se hace por primera vez en el país, además de que ha sido criticado por la oposición y por la prensa de derecha, que en este país es mucha, y tienen un gran alcance. Hay diarios como El Observador que son acérrimos enemigos de todo esto, y casi todos los días tú vas a ver dentro del diario un artículo en contra del cannabis. Esas cosas van permeando poco a poco a la opinión pública.

¿Cómo ves el papel que juega la banca en la legalización?

Yo formé parte del grupo asesor que se juntó para orientar lo que después fue la redacción de la ley. Si bien sabíamos que esto de la banca podía pasar, iba a suceder recién cuando las empresas quisieran exportar. Ni siquiera lo habíamos pensado para la regulación de las farmacias. Pensamos que íbamos a tener problemas con los corresponsales extranjeros cuando las empresas que produjeran cáñamo o medicina con cannabis empezaran a exportar.

Pensamos que los inconvenientes para los propietarios de esas empresas recién iban a surgir a la hora de cobrar por los productos exportados. Hasta ahí había llegado nuestra previsión. Nunca pensamos que las casas matrices de los bancos iban a instalar tal miedo en las autoridades de los bancos locales de Uruguay, de tal manera que las farmacias, que forman parte de un negocio totalmente legal, empezaran a tener este tipo de problemas. Incluso con empresas que investigan con el cannabis medicinal están teniendo complicaciones. Nada de eso estaba dentro de las consideraciones que hizo la junta fiscalizadora de estupefacientes en la Asamblea de Viena, que es el convenio vigente que firman todos los países, y en el que se basan para no recibir dineros que puedan venir del narcotráfico.

¿Entonces están mezclando el narcotráfico y la marihuana legal en la misma categoría?

¡Ni siquiera están haciendo eso! Porque si hicieran eso uno tendría la posibilidad de apelar, pero dicen: «como no sabemos cómo ustedes pueden probar que la marihuana que venden es legal -y no nos interesa- ejercemos nuestro derecho de admisión».

Es como cuando tú quieres entrar a un bar o a una fiesta y el portero te dice «tengo derecho de admisión», y no te deja. Los bancos no tienen obligación de tomarle depósitos a todo el mundo. Entonces ejercen tal derecho que es irrefutable. Eso viene respaldado por autoridades bancarias, por la Reserva Federa del EE.UU., que es una derecha muy compacta que responde directamente al sector de Donald Trump.

Con Obama no nos hubiera pasado esto. Es más: antes de hacer todo esto, Mujica fue a hablar a Estados Unidos. Se asesoró con Obama, con Rockefeller, con Soros, para ver si podría haber problemas. Pero Rockefeller se murió, Soros se salió de esto, y Obama no es más presidente, entonces son imprevistos que eran difíciles de calcular.

Surgió una propuesta que plantea que hayan otros establecimientos con licencia para vender marihuana

Bueno, tendría que haber una modificación en la ley, pero eso no va a pasar, es muy complicado. Recordemos que hay varias categorías de farmacias, y todas tienen distintos requisitos de apertura.

Alguna categoría de farmacia fácil de acceder podría ser la opción para que, algún pequeño empresario que no es farmacéutico, pueda abrirse su farmacia de alguna categoría para vender cannabis.

Yo no pretendo que se venda marihuana aquí o en otros lugares alternativos a las farmacias, eso se determina en otras instancias. Y ojo que la asociación de farmacéuticos -que ahora cambió de autoridades- fue la que vino a unirse al proyecto en un momento, y ahora están enfrentando todos estos problemas que les complican la existencia.

Para mí, por ejemplo, sería menos complicado dejar este negocio (el growshop) como está que convertirlo en farmacia.

Para finalizar: ¿cuál es la perspectiva de negocio para la industria de los growshops a corto plazo?

Yo estoy acá, primero, porque soy un cultivador. Estoy vinculado con los otros autocultivadores y lo primero que hicimos fue activismo. Creamos un colectivo para obtener e intercambiar información para conseguir los materiales que necesitábamos para seguir nuestro cultivo de cannabis. Luego derivó en política, asesorías y demás, pero ese fue el principio, nunca dejé de hacer lo que yo hacía: juntarme con mis amigos cultivadores y tratar de mantener materiales necesarios. En un momento mis conocimientos avanzaron y el material que había teníamos que importarlo. Entonces nos dimos cuenta de que importar material para uno era mucho más caro que importar para diez, así que empecé a importar en mayor cantidad, y al año me di cuenta de que había mucha más gente que quería que yo les consiguiera materiales para el cultivo de cannabis…

Y todo esto era absolutamente legal, o sea fue antes de la legalización…

Absolutamente. Nada nunca fue al margen de la ley, porque eran los artículos para jardinería. Ahora, la semillas que cada uno use es responsabilidad personal.

Con el pasar de los días, la cantidad de autocultivadores crece exponencialmente, sobrepasa los 7 mil y pico registrados, pero creo que hay muchos en vías de registrarse, y que cada temporada de cultivo va a haber autocultivadores nuevos. ¿Qué techo tiene este? Algún techo tendrá, obviamente, pero hasta dónde vamos a llegar, cuán rápido va a crecer esto, todo eso no sabemos.

Yo a veces peco de mal comerciante. Porque a mí me gusta que el medio sea así, muchas tiendas pequeñas, en vez de una gran superficie. Me gusta la atención personalizada y a veces me tomo demasiado tiempo explicando cada paso necesario a los clientes que entran a nuestra tienda.

Trabajar con plantas es muy gratificante. Aquí es como un consultorio, ponele, donde le vendes al cliente, la maceta, la tierra, el fertilizante, y viene periódicamente a mostrarte sus fotos, a pedir asesoramiento, a comprar insecticidas y demás, y tanto ellos como yo perseguimos lo mismo, que es la libertad de consumir la planta tranquilamente y en total libertad.

Como te digo, comercialmente no soy muy bueno, porque invierto mucho rato en hablar con los clientes como si fueran todos mis amigos y a veces les vendo cosas más baratas, con el fin de ayudar a que todos puedan cultivar. Pero por ahora, si uno lo trabaja bien, da para subsistir y que la tienda sea rentable. Es un negocio sustentable, y si a uno le gusta, mejor. Esa es la principal ganancia.

 

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