Más de 74.000 familias reciben apoyo económico del Ministerio de Desarrollo Social

En total, 74.200 familias son asistidas con programas de transferencia monetaria en todo el país. Mayra Aldama, directora de Protección Integral en Situaciones de Vulneración, explicó a la Secretaría de Comunicación de Presidencia que la Tarjeta Uruguay Social trabaja con familias que se encuentran en situación de extrema pobreza y se les adjudica un monto de dinero determinado para adquirir productos básicos. Por ejemplo, si es una persona sola o con un hijo el crédito está alrededor de los 800 pesos y, si tiene más de cuatro menores en el hogar, es de 5.000 pesos.

Más de la mitad de las tarjetas asignadas cuentan con un monto simple, aunque las familias que están en peor situación reciben una tarjeta de monto doble. La Tarjeta Uruguay se otorga a los que la necesiten (incluyendo a familias afectadas ante situaciones climáticas, como las inundaciones) y la situación de las familias se verifica periódicamente a través de visitas que hace la Dirección de Evaluación y Monitoreo del MIDES. Cuando la situación mejora, la tarjeta se devuelve.

“El Estado no hace solamente transferencia de ingresos a las familias que viven en situación de pobreza extrema, sino que las familias que son de sectores medios y altos también reciben transferencia de ingresos en forma indirecta cuando se les devenga de sus aportes por diferentes razones o por la cantidad de hijos que tienen”, explicó Aldama.

Añadió que “cuando se piensa que se les da transferencia solamente a las familias pobres, no es así porque el Estado le da transferencia a muchas familias y una visión más integral de las transferencias monetarias nos hace ver una realidad que indica que tenemos mucho para avanzar en términos de equidad, pero se está en el camino”.

Asistencia a la Vejez

A través de este programa se transfieren 8.000 pesos a cada una de las 2.700 personas que participan en él, que se encuentran en estado de indigencia y tienen entre 65 y 70 años. “En determinadas condiciones, la situación de vulnerabilidad física y social llega antes de los 70 años”, explica Aldama.

Canasta energética

Luego de que los ciudadanos fueron parte de Mejoramiento de Barrios o Plan Juntos, el MIDES interviene para que la vivienda se mantenga. Así, este programa está destinado a atender a las familias que tienen una solución habitacional pero no pueden mantener el pago de servicios de forma regular.

“La canasta alivia la carga de las familias en cuanto al pago de las tarifas energéticas porque se les concede una tarifa diferencial con UTE, se cambia la matriz de gasto energético para hacerla más eficiente, y también se realiza una transferencia para que puedan comprar gas”, apuntó Aldama.