China despliega todo su poderío bélico a 70 años de su victoria sobre Japón pero anuncia baja a medio millón de militares

Más de 10.000 soldados del Ejército Popular de Liberación, acompañados por 1.000 militares de 17 países, desfilaron ante el retrato de Mao Tse Tung, en la plaza de Tiananmen, donde se había ubicado la cúpula directriz de la nación, junto a invitados internacionales, incluido el presidente ruso Vladimir Putin.

Bajo más de 200 aviones realizando distintas formaciones en vuelo, el desfile ha sido catalogado como sin precedentes en el país, según los observadores. La fuerza aérea ha hecho aparecen los bombarderos de largo alcance, y aviones de combate renovados para optimizar el sistema de alerta temprana. La Armada ha hecho volar sus nuevos aviones de transporte antimisilísticos.

Medio millar de piezas de artillería y cohetería de última generación, de las cuales más de 80% aparecen por primera vez en un acto público, componen de entre lo mejor de la industria militar del país.

El espeluznante recuerdo de 14 millones de víctimas

Sin embargo desde el Gobierno se ha advertido que “china no quiere enviar ningún mensaje a ningún país” y que la movilización de gala tiene por único cometido recordar la muerte de 14 millones de víctimas china, durante la Segunda Guerra Mundial, en una de las masacres más terribles, producto del afán imperialista japonés de la época.

China desea además que se reconozca por el mundo su aporte a la derrota del eje Berlín-Tokyo, que para los chinos había comenzado bastante antes de 1939 cuando estalló la guerra, en tanto llevaban ya ocho años combatiendo a los nipones. La historia contada por Pekin afirma que de los dos millones de soldados japoneses muertos en la Segunda Guerra, el 70% fueron muertos en suelo chino.

El despliegue militar ha generado también resistencia a que los mandatarios occidentales asistieran a los actos, máxime teniendo en cuenta que el armamento ha sido duramente fustigado por Washington.