PRESERVACIÓN

La preferencia de las abejas por flores tratadas con algunos pesticidas sería la causa de la masiva mortandad

Los científicos advierten con cada vez mayor preocupación la masiva desaparición de las abejas, en prácticamente todos los países, algo que podría alterar los ecosistemas y la reproducción vegetal a niveles de catástrofe.

Los pesticidas, que actúan sobre el sistema nervioso central, fueron diluidos en varias muestras azucaradas, y se colocaron otras similares, también con azúcar, a disposición de las abejas y abejorros. Foto: Morgan Glines.

Aunque los insecticidas en las plantaciones fueron acusados en primer término, los laboratorios mostraron que los productos usados no podían ser acusados como responsables directos de la mortandad. Sin embargo ahora los científicos descubren que los insecticidas neonicotinoides, actúan de igual modo en el cerebro de las abejas como el tabaco y la nicotina en el de los fumadores.

El estudio, publicado en la revista Science, muetra que ni las abejas ni los abejorros, son capaces de distinguir por el sabor los tres insecticidas neonicotinoides más empleados, por lo que no tienen forma de evitarlos, con lo que tienen peligro constante de envenenarse cuando recolectan el polen contaminado.

Experimentos ratifican los primeros supuestos

Los pesticidas, que actúan sobre el sistema nervioso central, fueron diluidos en varias muestras azucaradas, y se colocaron otras similares, también con azúcar, a disposición de las abejas y abejorros. Los que contenían pesticidas, fueron preferidos por las abejas en todos los casos. Los autores del estudio están convencidos que los receptores de los neonicotinoides actúan en el cerebro de las abejas del mismo modo que la nicotina lo hace en el de los fumadores.

En el artículo en Science, parte del cual reproduce ABC de Madrid,  Geraldine Wrighy, que dirigió el estudio afirma que “las abejas tengan preferencia por la comida que contiene estos insecticidas sugiere que, como en el caso de la nicotina, que los neonicotinoides podrían actuar como una droga que hace al néctar y polen que los contiene, más recompensantes”.

El trabajo pone especial énfasis en que las concentraciones de insecticidas que se ofrecieron a las abejas, en laboratorio, fueron similares a las que existen porcentualmente en los cultivos tratados con este tipo de insecticidas. Las empresas que los venden habían alegado en su defensa, en estudios anteriores, que las concentraciones con que se realizaban las experiencias en laboratorio eran muy superiores a las que podrían recibir las abejas en la vida al aire libre.

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