Las mil y una vidas de Javi Comas
Recostado en su cama cómodamente mientras miraba alguna película en su apartamento en Buenos Aires, el 11 de enero de 2015, un ser extraordinario y sin igual partió de este mundo a los 50 años de edad.
Fue un 3 de febrero de 1964 en un hospital de París, cuando un vientre fecundo parió su sonrisa conquistadora. Javier Comas Pittaluga, niño eterno, niño curioso, niño travieso y fatal, niño rebelde contra un mundo injusto y violento, que supo a su manera mantenerse al margen y construir su pequeño paraíso.
Su padre Rodolfo Comas, embajador uruguayo, le mostró desde temprana edad que el mundo era un pañuelo y lo instruyó muy bien en el arte del buen vivir. Francia, Uruguay y el Líbano lo albergaron con algunas ostentaciones y le brindaron educación privilegiada.
A temprana edad sus ojos vivieron la exuberancia, la belleza y la riqueza del mundo, pero también se imprimieron en su retina la injusticia, la miseria y la guerra del Líbano donde vivió mas de siete años, y fue tal vez esta contradicción del mundo la que llevó a Javi a mantenerse alejado del sistema y buscar un camino distinto.
Javi Comas, caballero andante, Don Quijote Soñador, temible guerrero de envoltorio frágil y flacucho que a diestra y siniestra blandía su conquistadora sonrisa enamorando centenares de corazones bajo el encanto de un humor muy especial.
Imposible imaginar a Javi sin su humor, sin su sonrisa encantadora, sin su carcajada contagiosa. Javi irradiaba felicidad a quién se cruzara con él, fue un experto en hacer reir, y quienes tuvimos el privilegio de conocerlo sabemos que compartir una tarde o un día con Javi siempre era una fiesta exclusiva y explosiva, “Partyyyyy” solía decir a sus amigos desde el primer abrazo.
Consumidor de adicciones, Javi fue un adicto a las drogas y al alcohol, pero también fue un adicto al amor, a la buena música, a la belleza femenina, a los amigos, a la aventura constante y a sus propios sueños y convicciones.
Sin miedo a ningún peligro, Javi era un experto en el arte del Aquí y el Ahora, no conocía el ahorro y en su paso por este mundo fue un niño audáz que entregaba todo lo que tenía para compartirlo con quien sea en busca de un momento inolvidable.
Un sobreviviente entrenado que siempre salía victorioso en sus alocadas andanzas, y en múltiples ocasiones se burló del Más Allá yendo y viniendo varias veces.
Se podría decir que Javi vivió varias vidas llevando al límite cada una de ellas, se cayó y se levantó infinidad de veces, se enfermó y curó otras tantas, y se quebró hasta la cadera y siguió caminando gracias a su rigor, su humor, su bondad, su “ñaca ñaca” y sus valores que fueron inquebrantables.
Inquebrantable también fue su amor por su mujer, por su familia, por sus amigos, y su TRIP NATURAL fomentando la unión de personas para construir un mundo mas sano y sustentable, proyecto que a pesar de sus vaivenes jamás abandonó y que luego de casi 20 años de esfuerzo comenzó a tener reconocimiento y a dar sus frutos.
Hace algunos años Javi se enfermó de tuberculosis y estuvo muy mal. Fue un momento muy difícil y los médicos no daban buenas señales, pero a pesar de ello se curó, e hizo un cambio de vida radical en su casita de Portezuelo frente al mar.
Así vivió sus últimos días el niño Javi inquieto, salvaje, indomable y encontró el camino. Se encontró con su destino. Un niño viejo hecho hombre.
Un hombre que descansa apasible en su cama con los pies descalzos y que partió de este mundo viajando con alguna película.
Despedida en Buenos Aires y Montevideo
En la tarde de este viernes 16 de enero, en el Cementerio de Boulogne de Buenos Aires se realizará el sepelio de Javier Comas Pittaluga, y a las 19.30hs se hará una misa en la capilla del Espíritu Santo de San Isidro.
Sus restos serán cremados y enviados a Montevideo en los próximos días. Sus amigos y familiares aguardan el traslado para homenajearlo en Tierra Oriental.
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