CONMEMORACIÓN

Esperan masiva concurrencia en aniversario del fallecimiento de Artigas

Diferentes actividades se desarrollarán, en Lavalleja, mañana martes con motivo de la conmemoración de un nuevo aniversario del fallecimiento del prócer José Gervasio Artigas. Las mismas son organizadas por la Intendencia municipal y el Comité Patriótico.

Gervasio Artigas, el prócer de la nacionalidad oriental, falleció repentinamente el 23 de septiembre de 1850 en Paraguay.

El acto principal se desarrollará a las 11 horas en el Cerro Artigas. En la oportunidad se entonarán las estrofas del Himno Nacional y palabras alusivas a la fecha, informó el presidente del Comité Patriótico. Graciano Erramut dijo que se “apunta a una concurrencia masiva de la población”. En ese sentido, informó que se cursaron invitaciones a diferentes representantes nacionales y de gobierno como así también a centros educativos y público en general. El presidente de Comité Patriótico lamento que “se ha perdido la referencia al prócer y es un cambio que deberemos analizar” ya que “hemos tenido una merma importante de presentes en los actos  conmemorativos”.

Un momento en la historia del Prócer

José Gervasio Artigas, el prócer de la nacionalidad oriental, falleció repentinamente el 23 de septiembre de 1850 en Paraguay -país al que había llegado 30 años atrás- en su residencia en el barrio Trinidad, de la capital Asunción.

En aquel amanecer, las últimas palabras del Karay Guazú, como le llamaban los guaraníes, fueron “¡Mi caballo! ¡Tráiganme mi caballo!”

Los restos del general recibieron sepultura en el Cementerio de la Recoleta , en el sector denominado “Campo Santo de los Insolventes”, a poca distancia de la quinta en la que entonces vivía.

Poco tiempo antes, el ingeniero Mayor Enrique de Beaurepaire Rohan relató así su encuentro con el anciano caudillo oriental: “No me cansaba de estar frente a frente con este hombre temido, de cuyas hazañas había oído hablar desde mi infancia, y que mucho tiempo creía muerto. Por su parte, no se manifestó menos satisfecho el viejo, al saber que me conducía a su morada la fama de sus hazañas. Entonces, me preguntó risueñamente, ¿mi nombre suena todavía en su país de usted? Y habiéndole contestado afirmativamente, dijo, después de una pequeña pausa: “Es lo que queda de tantos trabajos: hoy vivo de limosnas”

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