Marihuana: Estado descarta producir y registrará productores pero no adictos
Desde filas frenteamplistas se procura afinar al máximo el proyecto de regularización para cultivo de marihuana, en tanto la falta del voto del diputado por Maldonado, Darío Pérez, y las críticas con voto negativo de la oposición amenazan hacer naufragar la aprobación del proyecto de ley, en la Cámara Baja.
El presidente José Mujica había planteado desde un comienzo que el Estado se haría cargo de producir la marihuana que se piensa distribuir entre los consumidores problemáticos de otras drogas, con el fin de desarticular al narcotráfico, pero las distintas posturas incluso en la interna frenteamplista obligan a cambiar algunos aspectos –incluido el de la voluntad del mandatario- para que el plan siga adelante.
Además del diputado Darío Pérez, otros como Lacalle Pou (Aire Fresco) y Fernando Amado (Vamos Uruguay), entienden que podrían llegar a votar el proyecto pero si se tienen en cuenta diferentes correcciones, referidas al autocultivo, internación de infractores, y otros puntos, lo que permitiría llegar al mínimo de los votos necesarios para aprobar el proyecto y remitirlo a la Cámara de Senadores.
El definitivo rol del Estado es la determinante
El Estado pasaría ahora solamente a fiscalizar y controlar el mercado de la marihuana, dejando atrás la idea de una producción estatal de cannabis, acorde a lo decidido por la bancada oficialista. Cuatro legisladores del FA fueron designados para negociar con la restantes fuerzas políticas en la Cámara Baja, a fin de alcanzar la mayor parte de adhesiones posible.
“Hubo una comisión de trabajo del FA tratando de ultimar los detalles y viendo la necesidad de que haya una redacción que haga un consenso, a los efectos de que algunos legisladores tienen algunas objeciones con respecto al proyecto. En función de esta discusión interna buscamos lograr una redacción definitiva”, dijo el diputado frenteamplista, Luis Gallo, de la Comisión de Salud, en declaraciones que publica el diario El Observador. “Lo que estamos ahora discutiendo es el objetivo final de esto. Hay una cosa que estamos todos de acuerdo y es que el Estado no debe integrarse a lo que significa la producción”, agregó.
Paralelamente el texto permitirá el autocultivo, la producción en clubes y el uso medicinal de cannabis, además de llevar un registro de productores pero no de consumidores de “hierba”.
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