Uruguay es líder internacional conservacionista de ballenas

El director nacional de Turismo (MINTURD), Benjamín Liberoff, el presidente del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), Javier Salsamendi y el director adjunto de Medio Ambiente de Cancillería, Carlos Rodríguez Brianza, fueron los oradores principales del lanzamiento de la temporada 2012 de avistamiento de las ballenas australes francas (Eubalaena australis).

También asistieron niños y adolescentes del INAU, quienes al término del evento partieron junto a educadores en un ómnibus, con destino a la costa del departamento de Maldonado, para compartir la experiencia de observar estos cetáceos que llegan a las costas uruguayas entre los meses de agosto y noviembre.

Salsamendi valoró la posibilidad de que los internos de la institución a su cargo puedan participar, como en años anteriores, de un viaje de estas características, lo que consideró, fortalece el concepto de que los uruguayos gozamos de los mismos derechos y debemos continuar trabajar para que también tengamos las mismas oportunidades.

Rodríguez Brianza, quien tuvo participación en la 64ª Reunión de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), que se desarrolló recientemente en Panamá, mencionó que nuestro país no participó durante algunos años de ese ámbito de regulación de la actividad ballenera.

Liberoff recordó que Uruguay no participaba en esta y otras instancias internacionales como la Organización Mundial del Turismo (OMT), porque no pagaba la cuota que deben abonar los países miembros. Según indicó, la situación se regularizó en el transcurso de la pasada administración.

Recurso sustentable

Rodríguez Brianza destacó que, respecto al avistamiento de ballenas el país, fue muy proactiva la acción del ministerios de Turismo y Agricultura y Pesca. Desde hace varios años Uruguay tiene prohibida al caza de ballenas en aguas jurisdiccionales y, desde 2005, un decreto regula la actividad turística relativa al avistamiento para no atentar con el recurso.

“Desde la legislación nacional estamos suficientemente cubiertos y somos líderes en el ámbito internacional en la defensa de las ballenas”, apuntó el jerarca de Relaciones Exteriores.

En el mismo sentido agregó: “El turismo de avistamiento de ballenas se ha vuelto una forma no letal de aprovechar el recurso. En lugar de cazarlas y vender su carne las apreciamos desde la costa porque las ballenas para los seres humanos valen más vivas que muertas”.

Material de difusión elaborado por el MINTURD señala que las hembras de la especie alcanzan una dimensión de 18 metros y los machos, 15 metros y un peso de entre 45 a 80 toneladas.

Estudios sobre su comportamiento, realizados en las costas de Maldonado y Rocha entre 1995 y 2009 por la Organización para la Conservación de Cetáceos Uruguay (OCC), demuestran que un alto porcentaje de las ballenas no están de paso. La ballena franca utiliza nuestras costas para cortejar, aparearse y amamantar a sus ballenatos.