Cayendo a pedazos

Dura controversia entre ocupantes del Palacio Salvo y la Intendencia para reparar la fachada

Palacio SalvoLa Intendencia capitalina volvió a multar al Palacio Salvo por el mal estado de su fachada, y analiza llevar adelante un juicio contra sus “propietarios”, en tanto –afirma- le adeudan dos millones de dólares en contribución inmobiliaria a las arcas municipales.

El director de Espacios Públicos y Edificaciones de la comuna, Daniel Espósito, dijo que se ha llegado “a un límite ante el que debemos reaccionar”.

Por su parte la sociedad anónima a cuyo nombre están los derechos de propiedad del edificio (en definitiva los vecinos que allí viven) aseguran que es la Intendencia que les debe dinero, en tanto hay un acuerdo para que el monto de las contribuciones inmobiliarias sea destinado a la reparación del frente del emblemático edificio.

Ricardo Romero Curbelo, en representación de los vecinos, explicó que la Intendencia acordó “reintegrar” la contribución por el mantenimiento del edificio. “Hace meses terminamos las reformas sobre la fachada de la calle San José, presentamos las facturas en la Intendencia, pero alguien está mal informado, no se le ha dicho nada, o sea, lo que sea que pasó, no se ha reintegrado un peso”.

Fondo sin fondos

Al finalizar la administración pasada, en la Intendencia se creó un “Fondo de financiamiento y promoción de obras de interés departamental de construcción, rehabilitación y reciclaje”, destinados a tres edificios en concreto, representantivos de la ciudad. Eran: el edificio Ciudadela, el Palacio Díaz, y el Palacio Salvo.

La Intendencia informó que se comenzarían las refacciones de la fachada del Salvo con un aporte de entre medio millón y un millón de dólares, con gestiones incluso ante el BID y la Comunidad Europea para su financiación.

Los residentes del Salvo dicen que la recuperación integral anunciada nunca se hizo, “y ahora nos quieren cargar el pato”.
La intendencia dice que el fondo era utilizable en la medida que los propietarios estuvieran al día con sus obligaciones y que la administración del Salvo no está en regla desde hace más de cinco años.

Finalmente los ocupantes afirman que “cada día caen más trozos de mampostería sobre 18 de Julio: la intendencia ni siquiera nos hizo caso para comenzar el corso desde Andes. Solo de milagro no cayó un cascote sobre la cabeza de alguno en plena fiesta”.

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