En el sector creció el empleo informal y descendieron las condiciones laborales

La industria textil perdió en la década del 90 cerca de un 80% del personal

En el documento se señala que la década de los noventa puede caracterizarse como un década de estancamiento de la producción industrial. Sin embargo el estancamiento de la industria esconde situaciones muy diversas. Coexisten en el período dos industrias: una dinámica, que engloba los sectores relacionados con alimentos, químicos y papel, y otra en declive, donde se incluye la rama textil y la vestimenta.

Se agrega que todas las ramas de la textil-vestimenta reducen su producción drásticamente. Las más afectadas son las de hilandería y tejedurías de algodón y sintético, cuya producción decae casi un 90%, así como los tejidos de punto y medias, cuyo Indice Volumen Físico (IVF) desciende casi un 60%. La producción de las hilanderías y tejedurías de lana, así como la de ropa exterior e interior, cae más del 40%.

Entre 1991 y 1999 se evidencia una caída de las exportaciones del sector textil. Las cuales pierden peso dentro de la exportaciones totales, cayendo en un orden del 35%. Ante el deterioro del mercado interno, producto de la desleal competencia importada y la política cambiaria que hizo perder competitividad respecto al resto del mundo, las ventas tendieron a ser fuertemente dependientes de Argentina y Brasil. Un 60% en hilandería y tejidos de lana y un 90% en algodón y sintéticos.

Menos puestos

El informe sostiene que el personal ocupado cayó abruptamente en los 90. Siendo la reducción para estas ramas de entre un 75% y 80%, llegando a la suma de 10.000 contra más de 30.000 y de 5.000 en el caso de la vestimenta. Pero, al mismo tiempo creció la precariedad –18% del total de ocupados– y la informalidad visible cuando se miden los trabajadores no por la encuesta industrial sino por la encuesta de hogares.

El índice de horas trabajadas, además, en las ramas asociadas con la producción textil (lavadero, hilanderías y tejeduría y prendas de vestir, con excepción del calzado) muestran un comportamiento más desfavorable que el resto de la industrial, con un descenso del orden del 80%.

La tasa de desempleo para la rama textil está por encima del total de la industria y por ende del total de la economía. Como resultado de una caída mucho menor en la producción que en el empleo se constata un importante aumento en la productividad de la mano de obra en la industria de prendas de vestir.

Continúa indicando el informe que la mejora en la productividad, que surge de una menor cantidad de trabajo, no se reflejó como sostiene la teoría liberal en mejores salarios para los que quedaron trabajando. Ya que las remuneraciones presentan una caída significativa que en el caso de la vestimenta llega al orden de entre un 45% y 90% en términos reales. Estando los salarios promedio en niveles que no superan el 15% del costo de la canasta familiar.

Flexibilización

A todo esto se le debe agregar que desde 1992 no hay convenios salariales en el sector, tanto a nivel de rama como de empresa. Esto llevó a que la relación laboral se ha ido flexibilizando, desregulando e informalizándose en forma creciente. Hoy los niveles salariales son de bajos a muy bajos, en especial en la industria de la vestimenta, y los aumentos salariales son muy espaciados, cuando no inexistentes.

Subraya el informe que la política económica aplicada en el país por los gobiernos de la coalición incidieron notablemente para que la industria se encuentre en la situación actual. En especial las políticas que desprotegieron la producción nacional respecto a la importada, como han sido la política de apertura comercial con reducción indiscriminada de aranceles y la política cambiara que, a través del profundo atraso cambiario generado, encareció la producción nacional con respecto a la extranjera. *

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