el gran escéptico

Murió James Randi, el desenmascarador de psíquicos, curanderos y mentalistas

Randi inició como mago y llegó a romper récords de Houdini, pero se convirtió en lo que posteriormente sería su más grande legado: desenmascarar farsantes.

James Randi en la CSICon 2018. Foto: Wikimedia Commons
James Randi en la CSICon 2018. Foto: Wikimedia Commons

El pasado 20 de octubre falleció el mago y científico escéptico James Randi a sus 92 años, hecho que se dio a conocer por una publicación de la Fundación Educativa James Randi. «Estamos muy tristes de decir que James Randi falleció ayer, por causas relacionadas con la edad . Tuvo una vida increíble. Lo extrañaremos», se leyó en el comunicado.

Nacido como Randall James Hamilton Zwinge el 7 de agosto de 1928, Randi se convirtió por primera vez en mago con el nombre de The Amazing Randi. Realizó magia escénica y actos de escape en todo el mundo, llegando a romper uno de los récords de Harry Houdini en la televisión en vivo al permanecer en un ataúd de metal sellado sumergido en una piscina durante 104 minutos.

Después de una prolífica carrera en la magia, Randi se reenfocó en lo que se convertiría en su legado de toda la vida: desacreditar estafadores, ya fueran psíquicos, curanderos, mentalistas o cualquier que asegurara tener fórmulas mágicas para curar, y hasta escribió un libro sobre el «psíquico» Uri Geller, quien aseguraba que podía cucharas con la mente cuando en realidad eran simples trucos de magia.

En una aparición en el programa The Tonight Show con Johnny Carson, el presentador le pidió a Randy que escogiera las cucharas y otros objetos que Geller tendría que doblar. La entrevista fue un desastre para el fraudulento mentalista ya que no había tenido acceso a ninguno de los objetos previamente: tras una serie de excusas, como que no se sentía «fuerte» o que estaba experimentando «demasiada presión» de Carson, no dobló ninguno de los artículos.

Recompensas y otros retos

Tras el episodio con Geller, Randi empezó a ofrecer públicamente una recompensa de US$10.000 a cualquier persona que pudiera comprobar ante él que efectivamente tenía poderes mentales sobrenaturales.

Uno de los que aceptó el reto fue el ilusionista James Hydrick, quien afirmaba que podía mover objetos solo con la mente, un supuesto poder conocido como telequinesia. En otro programa de televisión, el falso mentalista se encontró cara a cara con Randi quien le ofreció la recompensa después de haber realizado el truco de mover las hojas y un lápiz, supuestamente solo con la mente.

The Amazin Randi salió al escenario y, frente a su cara, le dijo que lo que recién había hecho era un acto de ilusionismo. De hecho, el escéptico replicó los actos y explicó que la forma en Hydrick había colocado el lápiz, balanceándose en el borde de la mesa había que el objeto reaccionara fácilmente a corrientes de aire.

Randi le pidió que realizara el acto de mover las hojas de una guía telefónica de nuevo, pero con una condición: alrededor del libro habría pequeños trozos de estereofón (conocido como espumaplast o telgopor) ligero que, en caso de que Hydrick soplara, se moverían. Tras varios intentos de realizar su acto telequinético, no tuvo éxito y lanzó un manojo de excusas: aseguró que el estereofón y las luces del escenario creaban un campo electroestática que empujaban las hojas y las hacían más pesadas.

Con los años, Randi fue aumentando poco a poco su recompensa hasta alcanzar la friolera suma de US$1 millón que, hasta el día de su muerte, nadie pudo reclamar porque todos, absolutamente todos los que pasaron frente a su inclemente escepticismo, salieron derrotados.

Contra curanderos y televangelistas

Randi no solo iba contra los falsos mentalistas sino que también buscaba quitarle la impunidad a los curanderos que aseguraban tener remedios milagrosos mágicos o tener poderes sanadores ultra naturales.

Un de los casos más famosos fue cuando desacreditó a un mediático curandero y televangelista estadounidense llamado Peter Popoff. En un documental, Randi mostró como el predicador hacía su acto en el supuestamente demostraba sus poderes frente a una iglesia repleta de feligreses. Más adelante en el video se escucha el audio de una grabación que el mago había obtenido en el momento usando un escáner de radio: en dicho audio se escuchaba a la esposa de Popoff darle instrucciones por medio de un pequeño auricular que llevaba muy bien camuflado en el interior de su oído.

En el pico máximo de su carrera, Popoff llegó a recolectar hasta US$4 millones al año en donaciones para su ministerio evangelístico.

También contra la homeopatía

Más adelante, el blanco obvio para Randi fue la homeopatía, un controvertido tratamiento alternativo que no es considerado una ciencia en la mayoría del mundo. En una aparición en TED, antes de su discurso, ingirió una caja completa con lo que parecían ser decenas de pastillas de algún medicamento.

Dichas pastillas eran comprimidos homeopáticos supuestamente recetados para dormir: la dosis que había ingerido era para más de una semana y él no lo reveló a la audiencia sino hasta que se había tragado el contenido entero de la caja. Ante los murmullos y las risas nerviosas del público, disparó: Quédense en sus asientos, todo estará bien. Realmente no necesito [atención médica] porque he estado haciendo este truco para audiencias de todo el mundo durante los últimos ocho o 10 años, tomando dosis fatales de somníferos homeopáticos».

«¿Qué es la homeopatía?» le explica a su audiencia. «Es tomar un medicamento que realmente funciona y diluirlo mucho más allá del límite de Avogadro (una relación de un átomo en seiscientos mil trillones de átomos). Diluirlo hasta el punto en que no queda nada.

«Amigos, esto no es solo una metáfora que les voy a dar ahora, es cierta. Es exactamente equivalente a tomar una tableta de aspirina de 325 miligramos, arrojarla al medio del lago Tahoe (que tiene un volumen de 150.7 km³) y luego revolverla, obviamente con un palo muy grande y esperar dos años más o menos hasta que la solución sea homogénea. Luego, cuando te duele la cabeza, tomas un sorbo de esta agua y, ¡voilá! – se ha ido. Eso es cierto. Eso es lo que la homeopatía se trata».

«Y otra afirmación que hacen -les encantará esta- es que cuanto más diluido es el preparado, dicen ellos, más poderoso es», añadió.

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