Por primera vez en 175 años, revista Scientific American respalda a un candidato a la presidencia de EE.UU.

Scientific American nunca ha respaldado a un candidato presidencial en sus 175 años de historia. Este año se sintieron obligados a hacerlo y no fue una decisión tomada a la ligera.

En un comunicado publicado en su web, «la evidencia y la ciencia muestran que Donald Trump ha dañado gravemente a los EE.UU. y a su gente, porque rechaza toda evidencia científica. El ejemplo más devastador es su respuesta deshonesta e inepta a la pandemia del COVID-19, que ha costado la vida a más de 190.000 estadounidenses hasta octubre».

Scientific American considera además que ha atacado las protecciones ambientales, la atención médica y los investigadores y agencias de ciencia pública que ayudan a este Estados Unidos a prepararse para sus mayores desafíos. «Es por eso que instamos a todos a votar por Joe Biden, quien ofrece planes basados ​​en hechos para proteger nuestra salud, nuestra economía y el medio ambiente. Estas y otras propuestas que ha presentado pueden encaminar al país hacia un futuro más seguro, próspero y equitativo«, agrega el comunicado.

La posición pseudo y anticientífica de Trump, continúan, ha sido catastrófica para el país a pesar de que la comunidad científica le advirtió al mandatario en repetidas ocasiones desde enero que debería reforzar las acciones del gobierno federal para frenar el avance de la pandemia.

Scientific American: «Trump miente»

Respecto a la estrategia que debería seguir la administración Trump, los científico de la revista recomiendan realizar masivamente tests a las personas para detectar el virus y rastrear a terceros que los positivos pudiesen haber infectado. «Es la forma en que los países de Europa y Asia han ganado el control sobre sus brotes, han salvado vidas y han reabierto con éxito negocios y escuelas», explica, y añaden. «Trump afirmó, falsamente, que en EE.UU. ‘cualquiera que quiera una prueba puede hacérsela’. Eso no fue cierto en marzo y siguió siendo falso durante el verano. Trump se opuso a liberar US$25 mil millones para el aumento en el número de pruebas y el rastreo que estaba en un proyecto de ley de ayuda pandémica hasta julio. Estos lapsos aceleraron la propagación de enfermedades por todo el país, particularmente en comunidades altamente vulnerables que incluyen personas afroamericanas, donde las muertes aumentaron desproporcionadamente a las del resto de la población».

También criticaron que Trump inste constantemente a la población a romper las cuarentenas y a no usar mascarillas, ya que se le ve constantemente en aglomeraciones de personas y sin tapabocas: «Si se usaran mascarillas en todo el país, podrían salvarse hasta 66.000 vidas, según proyecciones de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington».

El presidente también afirmó en abril y sin evidencia en mano que «los peores días de la pandemia han quedado atrás», ignorando a los expertos en enfermedades infecciosas que advirtieron en ese momento de un repunte peligroso si se flexibilizaban las medidas de seguridad.

Las medidas, efectivamente, se fueron flexibilizando y el repunte de contagios se produjo: los casos en todo el país aumentaron un 46% y las muertes aumentaron un 21% en junio. Los estados que siguieron la retórica de Trump registraron nuevos máximos diarios y porcentajes más altos de positivos que los que no lo hicieron.

A principios de julio, varios hospitales de Texas se vieron colapsados de pacientes con COVID-19. Los estados tuvieron que cerrar de nuevo, a un costo económico tremendo. Alrededor del 31% de los trabajadores fueron despedidos por segunda vez, luego de la ola gigante de desempleo que ha provocado la pandemia desde inicios de año: más de 30 millones de personas e innumerables negocios cerrados.

«En cada etapa, Trump ha rechazado la lección inconfundible de que controlar la enfermedad, no restarle importancia, es el camino hacia la reapertura y la recuperación económicas», remató Scientific American en su extenso comunicado disponible en su página web oficial.