Científicos encuentran en Brasil un misterioso virus con casi ningún gen conocido

Un equipo internacional de investigadores encontraron un inesperado y extraño virus mientras indagaban en un lago artificial en Brasil.

Entre los virus gigantes que encontraron infectando la población de amebas del lago, encontraron un más bien pequeño: cuando analizaron su genoma se dieron cuenta de que el 90% de sus genes nunca habían sido registrados.

En enero, los investigadores publicaron un artículo en el portal de revisiones científicas bioRxiv que detalla su análisis del nuevo virus, al que llamaron Yaravirus en honor a Yara, la «madre de las aguas» en la mitología de las tribus indígenas Tupi-Guaraní en Brasil.

El equipo encontró el Yaravirus en el lago Pampulha en Belo Horizonte, y después de secuenciar su genoma, descubrieron que solo seis de sus genes se parecían un poco a los genes virales previamente registrados en bases de datos públicas; los otros 68 genes eran completamente nuevos para la ciencia.

¿Deberíamos preocuparnos?

La aparición de un virus del que no sabemos nada podría parecer particularmente preocupante en un momento en que el coronavirus COVID-19 se esparce por decenas de países, ha matado a cientos de personas e infectado a decenas de miles.

Sin embargo, no hay porqué alarmarse (tanto). De hecho, los científicos descubren nuevos virus todo el tiempo: solo entre 2016 y 2017 se registraron 15.222 nuevas variedades, aumentando el número conocido a 195.728 en todo el mundo.

Si bien los virus necesitan un anfitrión para replicarse y actuar, en la actualidad solamente unos 1.000 infectar contagiar a humanos.

Lo que saben los expertos hasta ahora es que el Yaravirus afecta a las amebas, y es poco probable que se traspase a humanos. Si esto pasara, eso no necesariamente significa que sea una nueva amenaza ya que algunos incluso nos ayudan a fortalecer el sistema inmunitario.

En última instancia, la importancia del descubrimiento de Yaravirus radica principalmente en el hecho de que expande la riqueza del conocimiento humano en los diminutos agentes infecciosos que juegan un papel importante en la salud de todo el ecosistema de la Tierra, para bien y para mal.