Los niños religiosos juzgan más y comparten menos que los no creyentes

Un estudio hecho en seis países concluyó que los niños criados en familias religiosas son menos adeptos a ser altruistas y compasivos con los demás.

Foto: Pixabay
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Muchas familias creen que las enseñanzas religiosas enseñan a los niños a ser mejores seres humanos, pero una reciente investigación encontró que los menores criados en familias religiosas son menos adeptos al altruismo.

De acuerdo al paper científico publicado por la Universidad de Chicago en la revista Current Biology, los niños religiosos comparten menos y juzgan más en comparación a los criados en núcleos familiares ateos, agnósticos o no creyentes.

Un equipo de psicólogos del desarrollo dirigido por el profesor Jean Decety examinó las percepciones y el comportamiento de los niños en seis países. El estudio evaluó la tendencia de los niños a compartir, una medida de su altruismo, y su inclinación a juzgar y castigar a los demás por su mal comportamiento.

Los niños de familias religiosas tenían menos probabilidades de compartir con otros que los niños de familias no religiosas. Una educación religiosa también se asoció con tendencias más punitivas en respuesta al comportamiento antisocial.

¿Es la religión la mejor educación?

Los resultados de esta investigación estuvieron en discordancia con el sentir popular de que los niños de hogares religiosos son más altruistas y amables con los demás.

El estudio incluyó a niños de entre 5 y 12 años de seis países: China, Jordania, Sudáfrica, Turquía y los Estados Unidos.

Para probar el altruismo, los niños participaron en una versión del «Juego del dictador», en la que se les entregaron 10 adhesivos y se les brindó la oportunidad de compartirlas con otro niño invisible. El altruismo se midió por el número promedio de pegatinas compartidas.

Para la tarea de sensibilidad moral, los niños vieron animaciones cortas en las que un personaje empuja o golpea a otro, ya sea accidental o intencionalmente. Después de ver cada situación, a los niños se les preguntó qué tan malo era el comportamiento y la severidad de castigo que el personaje merecía.

Los padres completaron cuestionarios sobre sus creencias y prácticas religiosas y las percepciones de la empatía de sus hijos y su sensibilidad a la justicia. A partir de los cuestionarios, se establecieron tres grandes grupos: cristianos, musulmanes y no religiosos. (Los niños de otros hogares religiosos no alcanzaron un tamaño de muestra lo suficientemente grande como para ser incluidos en análisis adicionales).

Los niños de hogares religiosos propinaron castigos más fuertes por el comportamiento que consideraban incorrecto y juzgaban más severamente en comparación con los no religiosos.

El estudio «La asociación negativa entre la religiosidad y el altruismo infantil en todo el mundo» se puede leer acá.

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