¡Cuidado con el exceso de sal! Te contamos cómo regular su consumo por el bien de tu salud

La sal es un ingrediente común en muchas comidas y es importante para el sabor y la conservación de alimentos. Sin embargo, comer una dieta alta en sal puede aumentar el riesgo de hipertensión, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Por esta razón, es fundamental reducir la ingesta de sal en nuestras comidas para mantener una buena salud.

Hay varias maneras de reducir la cantidad de sal que consumimos en nuestras comidas. Una de ellas es evitar añadir sal adicional a los alimentos mientras cocinamos o en la mesa. En su lugar, podemos usar hierbas y especias para dar sabor a nuestras comidas. También podemos optar por alimentos frescos en lugar de procesados, porque estos no solo contienen exceso de sal, sino que además tiene exceso de azúcar y grasas saturadas.

No olvides siempre leer las etiquetas de los alimentos antes de comprarlos: incluso algunos supermercados han empezado a agregar lupas para poder leer mejor la lista de ingredientes y las tablas nutricionales. Por supuesto, lo recomendable es elegir aquellos con menos sodio. Muchos productos procesados, como la comida rápida, los embutidos y los alimentos en conserva, pueden ser altos en sal. Al elegir alimentos frescos y preparar nuestras propias comidas en casa, podemos controlar mejor la cantidad de sal que consumimos.

Debes saber también que no sólo la sal añadida a los alimentos es un problema. El sodio también se encuentra naturalmente en alimentos como la leche, el queso y los vegetales en conserva. Por lo tanto, es crucial controlar la cantidad total de sodio que consumimos en un día y tratar de mantenerla por debajo de los 2.300 mg recomendados por el Instituto de Medicina de Estados Unidos.

Más condimentos, menos sal

Hay muchas opciones de condimentos que puedes usar para sustituir la sal y añadir sabor a tus alimentos. Algunas opciones populares incluyen:

1. Hierbas frescas o secas: como el orégano, el tomillo, la albahaca, el romero, la menta, el cilantro, la tomillo, el tomillo, el perejil y el cebollino.
2. Ajo: puedes usar ajo en polvo, ajo picado o ajo en aceite para añadir sabor a tus platos.
3. Cebolla: puedes usar cebolla en polvo o cebolla picada para añadir sabor a tus alimentos.
4. Especias: como el comino, la cúrcuma, el cardamomo, la canela, el clavo y la pimienta negra.
5. Salsas: como la salsa de soja, la salsa de chile, la salsa Worcestershire y la salsa tártara. Cuidado con estas salsas, porque pueden contener sodio. Busca las opciones bajas en sodio o libres de ello, si las hay.
6. Vinagre: puedes emplear vinagre de manzana, vinagre de vino tinto o vinagre balsámico para dar sabor a tus platos.
7. Limón o lima: el jugo de limón o lima puede añadir sabor cítrico y acidez a tus alimentos.
8. Aceite de oliva: el aceite de oliva puede añadir sabor y untuosidad a tus platos.