cancerígeno

El riesgo del tabaco y sus más de 4.000 sustancias peligrosas para la salud

Fumar representa riesgos para la salud, no solamente para el fumador sino también para las personas que le rodean.

El cigarrillo es peligroso para el fumador y para sus allegados. Foto: UNsplash
El cigarrillo es peligroso para el fumador y para sus allegados. Foto: UNsplash

El fumar es una de las principales causas de muerte y enfermedad en todo el mundo. El tabaco contiene más de 4,000 sustancias químicas, muchas de las cuales son tóxicas y pueden causar daño a largo plazo en el cuerpo. Fumar puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades graves, como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades pulmonares y cáncer.

Una de las principales preocupaciones sobre el fumar es el riesgo de cáncer. Fumar puede aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, boca, laringe, vejiga, riñón y otros órganos. El humo del tabaco contiene sustancias químicas cancerígenas que pueden dañar el ADN de las células y provocar mutaciones que pueden llevar al desarrollo de células cancerosas.

Otro riesgo grave del fumar es la enfermedad cardíaca. El tabaco aumenta la presión arterial y el ritmo cardíaco, lo que puede provocar un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular. Fumar también puede provocar enfermedades vasculares que, si se complican, podrían derivar en la muerte.

Dejar de fumar tiene beneficios inmediatos

Si dejas de fumar, tu cuerpo comenzará a sanar de inmediato y puedes experimentar numerosos beneficios a corto y largo plazo. En general, después de dejar de fumar, la circulación sanguínea mejora y el riesgo de enfermedades cardiovasculares disminuye. También puedes experimentar una mejora en la salud de tus pulmones y una disminución del riesgo de padecer enfermedades respiratorias.

En cuanto a los tiempos concretos, puede haber diferencias entre personas, pero en general, después de dejar de fumar, se pueden experimentar algunos de los siguientes cambios en un plazo de tiempo determinado:

  • 20 minutos después: La presión arterial y la frecuencia cardíaca vuelven a la normalidad.
  • 8 horas después: La concentración de monóxido de carbono en la sangre vuelve a la normalidad.
  • 24 horas después: El riesgo de sufrir un infarto de miocardio disminuye.
  • 48 horas después: Se desaparece el olor y el gusto a humo en la boca. Los sentidos del gusto y del olfato comienzan a mejorar.
  • Con el pasar de las semanas, y si combinas tu proceso de abandono del cigarrillo con ejercicio y una dieta saludable, en cuestión de meses puedes volver a tener una buena salud.

Dejar de fumar no solo es saludable para vos, sino también para tu familia, porque si fumas en tu casa o en presencia de tus seres queridos, los estás exponiendo al humo de segunda mano, que es tanto o más peligrosos para quienes lo inhalan que para el propio fumador.

 

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