covid prolongado

Mayoría de sobrevivientes de las UCI de COVID-19 tienen secuelas un año después

Los pacientes reportan efectos a largo plazo como cansancio persistente, problemas de salud mental y deficiencias cognitivas.

Foto con fines meramente ilustrativos: UNsplash / Mufid Majnun
Foto con fines meramente ilustrativos: UNsplash / Mufid Majnun

Los esfuerzos para controlar la pandemia del COVID-19, al tiempo que se mantiene una relativa vida normal en todos los países del mundo, es un balance sumamente delicado y que se rompe cada vez que aparece una nueva variante, o que los gobiernos liberan demasiadas restricciones muy rápido, pensando en la economía.

También está el tema del regreso a la vida normal de todos los pacientes que tuvieron cuadros complicados, como los que cayeron en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), que requirieron tratamientos especiales para mantenerlos con vida.

Una nueva investigación sugiere que este último grupo en particular no han podido regresar a su vida normal hasta un año después de haber sido internados. La investigación remarca que se debe prestar más atención a los efectos a largo plazo del virus para aquellos pacientes que requirieron colocación en cuidados intensivos.

Un análisis de 246 pacientes ingresados ​​en cuidados intensivos en los Países Bajos mientras tenían COVID-19, con una edad promedio de 61 años, mostró que casi las tres cuartas partes (74,3%) todavía experimentaban problemas físicos 12 meses después de su internación en el hospital.

Este es otro recordatorio del riesgo de contagiarse de COVID-19 y sus efectos a largo plazo, llamado por los especialistas COVID prolongado. Esto quiere decir que se siguen teniendo síntomas o secuelas meses después de que haya pasado el cuadro. Según investigaciones anteriores , hay más de 200 síntomas asociados con la afección y muestra la importancia del seguimiento a largo plazo de los efectos de la COVID-19.

Efectos a largo plazo

“Este estudio muestra el impacto severo que tiene una admisión en la UCI en la vida de los ex pacientes que tuvieron COVID-19”, dice la investigadora principal Marieke Zegers, del Centro Médico de la Universidad de Radboud en los Países Bajos. “Incluso después de un año, la mitad de ellos están cansados ​​o experimentan falta de energía para reanudar completamente su trabajo”.

38,9% reportaron que se sentían débiles un año después de la UCI; 26,2% afirmaron tener problemas de salud mental; por su parte, el 16,2% mencionaron problemas cognitivos, como falta de memoria o dificultad para concentrarse.

Los problemas físicos mencionados por los participantes del estudio incluyeron dolor, debilidad muscular y dificultad para respirar. En cuanto a los problemas mentales, alrededor de uno de cada cinco informó sentimientos de ansiedad o estrés postraumático.

“Los síntomas posteriores a la UCI se pueden dividir en el dominio físico, mental y cognitivo y están asociados con una mayor mortalidad al año, mayores costos de atención médica y una menor calidad de vida”, escriben los investigadores en su artículo publicado.

 

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