efectos secundario

Descubren el detonante de los trombos tras la vacuna de AstraZeneca

Científicos británicos y estadounidenses encontraron lo que causa los contados casos de trombos que han acaecido en personas inoculadas con la vacuna de Oxford-AstraZeneca.

Foto: UNsplash / Mufid Majnun.
Foto: UNsplash / Mufid Majnun.

Un equipo de científicos del Reino Unido y Estados Unidos encontraron lo que sería el detonante de los casos aislados de trombos en algunos pacientes que recibieron la vacuna contra el COVID-19 desarrollada por la Universidad de Oxford (Reino Unido) y la farmacéutica AstraZeneca.

Es un efecto raro y poco usual, y se dio apenas en un pequeñísimo porcentaje de personas en el mundo; se trata de un coágulo sanguíneo que se forma en un vaso y se estaciona en un lugar. El trombo, o embolia, puede producirse en distintas partes del cuerpo y llegar a cortar el flujo sanguíneo a los tejidos circundantes. Esto puede ocasionar un daño o destrucción (infarto) e incluso la muerte o necrosis de tejidos que se encuentran en el área si no se trata rápidamente.

Lo que provocó los trombos en la vacuna de Oxford-AstraZeneca fue una proteína de la sangre que se ve atraída hacia un componente clave de la vacuna, lo que provoca una reacción autoinmune que se combina con otros factores que aún están por determinar. Todo esto es un cóctel de hechos que desencadena la llamada trombocitopenia inmune (TPI).

Esta vacuna está compuesta por un adenovirus, extraído de un virus del resfriado común de chimpancés, lo cual la hace diferente de otros preparados como el de Pfizer/BioNTech o Moderna, que trabajan por medio de ARN mensajero (material genético del virus desactivado, que no contagia, pero que prepara al sistema inmune).

“En este mecanismo potencial, pequeñas cantidades de ChAdOx1 —adenovirus base de la vacuna de AstraZeneca— ingresan a la sangre a través de lesiones capilares menores causadas por la inyección intramuscular. Y, de ahí, podría formarse un complejo ChAdOx1 / PF4″, describieron los autores en el estudio publicado en la revista científica Science Advances.

Según Allan Parker, uno de los investigadores de la Universidad de Cardiff, que estuvo involucrada en el estudio, los trombos suceden porque el adenovirus tiene una superficie de carga negativa, mientras que la proteína PF4 tiene una superficie extremadamente negativa por lo que se atraen mutuamente encajando a la perfección. “Lo que tenemos es el detonante, pero hay muchos pasos que deben suceder a continuación”, aclaró.

 

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