En Uruguay mueren 2 personas por semana por el cáncer de piel

Nuestra piel está constantemente expuesta por los rayos del sol y, entre más tiempo pasemos debajo de estos, más posibilidades de daño hay por lo que usar protección es imprescindible tanto en días despejados como los nublados.

Los hábitos que debemos adquirir si nos vamos a exponer al sol son, por ejemplo, la exposición recreativa al sol en lugar de buscar el bronceado y disfrutar unos pocos minutos como experiencia placentera. En lo posible, realizar actividades y tareas a la sombra, y usar siempre elementos de protección como ropa que cubra suficiente, sombrillas, lentes de sol con protección UV correcta, sombrero y obviamente protección solar.

En la playa es recomendable siempre la sombrilla, especialmente en el Uruguay, cuyas playas no tienen vegetación que genere sombra como sí hay en otras partes del mundo. Ojalá, que las telas de estas sean oscuras porque protegen mejor de los rayos ultravioleta.

En el caso del protector solar, este debe ser colocado unos 20 minutos previo a la exposición y debe usarse de forma abundante. Los expertos recomiendan usar la denominada ‘regla de la cucharadita del té':

• 2 cucharaditas para cara y cuello
• 2 para la parte anterior del tórax
• 2 para la parte posterior del tórax
• 1 para cada brazo
• 2 para cada pierna

En total son 10 cucharaditas por aplicada. 

En nuestro país, mueren 2 personas por semana como consecuencia del cáncer de piel y las dos principales causas de la aparición de esta enfermedad son la exposición a los rayos ultravioleta del sol y el uso de camas solares.

Es importante tener en cuenta que la exposición al sol es acumulativa y que los rayos ultravioleta tienen energía que modifica y dañan el ADN, por lo que las células más expuestas -las de la piel- son las más susceptibles. Este daño en el material genético muchas veces puede ser reparado por enzimas que se producen naturalmente en el organismo, pero cuando el daño es demasiado grande no les da tiempo de restaurar la salud de la dermis y la acumulación del daño deriva en cáncer.

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