NO ES UN JUEGO

¿Cómo es tener COVID-19? Una paciente recuperada cuenta su experiencia

Una periodista guatemalteca contó en una publicación viral cómo fue atravesar un cuadro bastante severo de coronavirus.

Foto: Twitter / Liss Estrada
Foto: Twitter / Liss Estrada

La periodista y escritora guatemalteca, Liss Estrada, contó en redes sociales cómo fue su experiencia con el COVID-19 después de que fuera diagnosticada positiva en diciembre de 2020.

«El 20 de diciembre fui diagnosticada con #COVID19 -una situación que no le deseo a nadie», inicia narrando Estrada. «Como todo diciembre, tenía varios planes, pero el 17 de diciembre, un día antes de mi cumpleaños, empecé con síntomas, según yo, de gripe. Me sentía muy cansada y creí que era por la carga laboral que había tenido. El 19 advertí que tenía fiebre y decidí hacerme la prueba», continúa.

«Leer el resultado positivo de #COVID19 fue un balde de agua fría. Lo primero que pensé fue en las personas con las que tuve contacto. Empecé con la terrible tarea de avisarles.
Los primeros días los viví como si fuera una gripe fuerte. El cansancio aumentó. Solo quería dormir», añade en otro tuit del hilo que se está haciendo viral.

Al día siguiente tuvo una cita médica por videollamada: «Controle que su oxígeno no baje de 94. Si pasa, pida una cita presencial. Si baja de 85, vaya a la emergencia», le dijo el médico que le atendió, y le recetó jarabe para la tos y antialérgicos. Esa misma noche empezó a experimentar dificultades respiratorias.

«Cambié de médico y me empezó a tratar una doctora muy dedicada. Me recetó algo para ayudarme y me ordenó varios exámenes de laboratorio y rayos X. Los resultados confirmaron infiltrados pulmonares intersticiales», recordó la periodista.

Casi no podía respirar

Estrada explicó que incluso las actividades más simples como dar unos pasos o ir al baño eran toda una hazaña porque no podía respirar correctamente. «Empecé a temerle a las noches porque siempre me sentía peor al terminar el día. Llegaron más malas noticias: mi mamá, hermana, sobrina y una tía dieron positivo. Sumé el sentimiento de culpa», se lamenta.

Cuando su cuadro respiratorio se había complicado mucho, la doctora llegó a su residencia a colocarle un tratamiento intravenoso y le ordenó usar oxígeno u hospitalizarse por el riesgo de un paro respiratorio. El 24 de diciembre a medianoche la paso luchando por respirar a causa del humo se infiltró en la casa desde el exterior, posiblemente de alguna fiesta de Navidad en los alrededores.

«Con el tratamiento empecé a sentirme mejor, igual que mi familia. Nuestros síntomas fueron diversos y todavía tenemos algunas secuelas. Aunque aún me sofoco con facilidad, el simple hecho de no depender del oxígeno, poder caminar y comer en paz, me hace sentir afortunada», concluye la escritora.

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