MEDIDA DE SEGURIDAD

No hay evidencia de que el uso de tapabocas desincentive otras medidas de higiene durante la pandemia

Un nuevo estudio encontró que la gente no se crea una falsa sensación de seguridad al usar mascarilla.

Foto: UNsplash / Habib Dadkhah
Foto: UNsplash / Habib Dadkhah

Una revisión científica, recientemente publicada, hecha por tres investigadores de la Universidad de Cambridge y el King’s College de Londres, concluyó que no hay evidencia que sugiera que la gente que usa mascarilla o tapabocas sienta una falsa seguridad y dejen de cumplir con otras medidas sanitarias durante la pandemia del COVID-19.

En síntesis, las personas que usan tapabocas no necesariamente dejan de tener otras prácticas, como el distanciamiento social de más de 1.5 metros con otras personas en lugares públicos o el lavado constante de manos. Otras medidas que se han vuelto comunes en estos momentos es el lavado de frutas y verduras recién compradas antes de ponerlas en la heladera y de los alimentos empacados antes de que vayan a la alacena.

Podría decirse que las máscaras faciales se han convertido en el tema más divisivo en esta pandemia de COVID-19 en curso. A pesar de que más de 100 países instauraron algún tipo de política obligatoria de uso de máscaras, todavía hay un debate álgido sobre el tema, alimentado por un lado por la comunidad científica y, por otro, por conspiracionistas y negacionistas que esgrimen todo tipo de argumentos sobre supuesta violación de las libertades individuales y hasta simbólica dominación sobre el individuo.

Una de las preocupaciones fundamentales que a menudo surgen sobre las órdenes de uso obligatorio de mascarillas es que pueden infundir una falsa sensación de seguridad en el usuario. Esto hipotéticamente podría hacer que las personas se sientan sobreprotegidas y, posteriormente, que se laven menos las manos o que estén menos atentas en las prácticas de distanciamiento social.

Incluso la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de esta posibilidad «que puede conducir a una menor adherencia a medidas preventivas bien reconocidas, como el distanciamiento físico y la higiene de las manos».

El tapabocas como complemento

Lo cierto es que los investigadores británicos encontraron en su relevamiento que las personas que usaron mascarillas, más bien, siguieron en gran medida las prácticas sanitarias. No hay evidencia que muestre que un comportamiento preventivo reduce la adherencia a otros comportamientos relacionados.

El nuevo estudio comienza investigando los fundamentos de una teoría psicológica común conocida como «compensación de riesgos». Esta es la idea de que las personas tienden a aumentar las conductas de riesgo en relación con las medidas de seguridad que se imponen. Por ejemplo, hacer que los cascos de bicicleta sean obligatorios podría considerarse contraproducente si las personas responden intrínsecamente conduciendo sus bicicletas a velocidades más altas.

El nuevo estudio examina la historia de varias intervenciones importantes de salud pública (incluidas por ejemplo, las medidas de prevención del VIH y las vacunas contra el VPH) y encontró que falta evidencia para sugerir que cualquiera de estos casos resultó en un comportamiento compensatorio que condujo a peores resultados.

«En cada caso, el beneficio para la población superó enormemente la compensación de riesgo adicional y muy modesta que se produjo en algunas personas», dice David Strain de la Universidad de Exeter, que no trabajó en este nuevo estudio. «De hecho, en el esquí alpino y el snowboarding, por ejemplo, el uso de un casco generalmente se asociaba con un comportamiento orientado a la reducción del riesgo, lo que sugiere que los dispositivos de seguridad son compatibles y tal vez fomentan el comportamiento orientado a la seguridad, reduciendo las lesiones en la cabeza más de lo que puede ser explicado por el casco solo», concluyó.

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