SALUD MENTAL

La exclusión social alimenta el extremismo en hombres jóvenes, afirma estudio

Un estudio realizado en Barcelona encontró relaciones entre la exclusión social y el extremismo violento.

Foto de dominio público
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Un estudio realizado por investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Instituto de Investigación Médica del Hospital del Mar (IMIM), en colaboración con otras instituciones internacionales, exploró las relaciones neuronales y conductuales entre valores sagrados, extremismo violento y exclusión social en un grupo de jóvenes marroquíes que viven y estudian en Cataluña y son vulnerables a la radicalización religiosa violenta.

Los valores sagrados son aquellos percibidos como no negociables, aquellos que deben mantenerse a toda costa porque se tratan de mandatos divinos o emitidos por una entidad superior. También contienen un componente de identidad relacionado con la percepción de la persona como miembro de su grupo de referencia.

El estudio, publicado en Frontiers in Psychology, examinó el sustrato neural de los valores sagrados en relación con la adherencia ideológica, así como los relacionados con la identidad religiosa o nacional / grupal. Esta actividad neuronal asociada con la voluntad de luchar y morir defendiendo valores sagrados, así como los efectos que la exclusión social tiene sobre esta actividad, ocurre en la corteza frontal inferior izquierda, una región ya anteriormente asociada con valores sagrados y seguimiento de reglas.

El estudio usó neuroimágenes para confirmar la relación entre esta región del cerebro con la voluntad de individuo de luchar y morir por estos valores. «Junto con otros estudios, estos hallazgos sugieren que los valores sagrados se procesan a través de un razonamiento ético basado en el concepto de ‘lo que se debe hacer’, y no de una evaluación de costos y beneficios, mientras que los valores no sagrados son más flexibles y están sujetos a negociación», dice el coordinador de investigación e investigador de UAB e IMIM Óscar Vilarroya.

La radicalización

Si bien el estudio fue realizado en un grupo de jóvenes marroquíes, cuyo país tiene al islam como religión oficial y mayoritaria, pero Vilarroya dice que «los resultados podrán aplicarse a cualquier otro grupo de jóvenes vulnerables a la radicalización».

Podrían servir cuando se trata de grupos que defienden valores sagrados, indiferentemente de su ascendencia, nacionalidad o religión, dado que conocer estos valores y manejarlos como algo que no está sujeto a incentivos materiales puede ayudar a que un enfoque sea efectivo.

Tras los tiroteos de las últimas semanas en Estados Unidos, cuyos perpetradores tuvieron motivaciones raciales, la discusión sobre los orígenes de este tipo de violencia se encienden en distintas capas de la sociedad. El presidente Donald Trump, por ejemplo, le vuelve a echar la culpa a los videojuegos (a pesar de que eso es absolutamente falso) y ahora agregó que también es responsabilidad de la prensa.

El estudio

En estudio se hizo en dos partes. La primera consistió en un extenso trabajo de campo realizando unas 500 encuestas a jóvenes marroquíes en Barcelona y sus alrededores con la intención de detectar a aquellos con más posibilidades de radicalización o extremismo.

Se consideró que existía vulnerabilidad entre aquellos que expresaban su voluntad de defender los valores sagrados promovidos por los grupos terroristas yihadistas, ya sea participando en protestas y acciones violentas, apoyando financieramente a grupos militantes no estatales, uniéndose a un grupo militante no estatal o luchando y muriendo por su cuenta. En la mayoría se detectaron rasgos resultado de haber sido excluidos o rechazados de la sociedad por razones religiosas, étnicas o económicas, entre otras.

 

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