Auge y caída del poderoso Grupo Velox

El poderoso Grupo Velox, de la familia uruguaya Peirano, vio caer en pocos meses, en el marco de una prolongada crisis financiera, a cada una de sus ramificaciones en Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay e islas Caimán.

El 20 de junio pasado fue intervenido el Banco Montevideo en Uruguay, el 23 corrió la misma suerte el Banco Alemán de Paraguay y el 28 las autoridades argentinas suspendieron el banco Velox.

En julio entró en etapa de disolución el Trade Commerce Bank (TCB) en islas Caimán, y en esos días el grupo se retiró de Santa Isabel, segunda cadena de supermercados de Chile, con 76 locales. El grupo participaba también, hasta el 16 de julio cuando se desprendió de sus acciones, en la Disco Ahold International Holding –en alianza con la holandesa Royald Ahold– que controla supermercados en Chile (Santa Isabel), Argentina (Disco), Perú (Santa Isabel) y Paraguay (Stock).

El «corralito» argentino y la crisis de confianza en los bancos de Uruguay movió al grupo desde inicios de año a persuadir a sus clientes a transferir sus cuentas al TCB –con mayores rendimientos– y muchas fueron trasladadas sin consentimiento y hasta sin la documentación apropiada.

Esa maniobra generó un desvío, considerado fraudulento por la Justicia, de 350 millones de dólares del Banco Montevideo y de 100 millones de dólares del Banco Alemán de Paraguay.

La intervención de ambas instituciones y la inmediatas acciones penales y civiles de autoridades y ahorristas en los dos países, más la fuga de Juan y José Peirano, principales del grupo y requeridos por la Justicia paraguaya, provocó su estrepitoso derrumbe, igual a un castillo de naipes.

La caída tornó imparable la sangría de depósitos bancarios (-45% en siete meses) y de activos de reservas (-80%) en Uruguay y dejó la plaza financiera al borde del colapso.

En Argentina, Velox poseía el banco del mismo nombre (36 en el ranking según depósitos), la empresa financiera Vic, y participaba en los supermercados Disco. En Uruguay, el Banco Montevideo, que en 2001 estaba entre los primeros, se asoció este año al Caja Obrera, y los Peirano tienen además intereses en empresas de transporte, agropecuarias y shoppings.

En Paraguay poseían el Banco Alemán, que esta semana deberá decidir su quiebra o su disolución después de pasar parte de su operativa a otros bancos, y vender la financiera Parapití y sus acciones del shopping Del Sol. *

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