Por iniciativa de los vecinos de la Zona 13 se deja constancia que allí funcionó un centro clandestino de torturas

Colocaron en la Casona de Millán placa recordatoria de Julio Castro

Una plaqueta recordatoria al maestro Julio Castro fue colocada ayer en Millán 4269, junto a la reja de hierro que sobrevive a una vieja casona, que funcionó como centro de torturas clandestino de la dictadura, donde hoy existe la Cooperativa de Viviendas de Empleados y Obreros de la Empresa Cutcsa.

En el acto, que contó con la participación del actor Ruben Yáñez, se leyeron fragmentos de un artículo que sobre Julio Castro escribió años atrás su amigo, el periodista Hugo Alfaro, con quien compartió tareas en el semanario Marcha.

En la ceremonia estuvieron presentes el hijo de Julio Castro, el dirigente sindical de magisterio Julio Brindisi, familiares de desaparecidos, Sara Méndez y el integrante de la Comisión de Derechos Humanos del PIT-CNT, Raúl Olivera, entre otros.

La plaqueta colocada sobre la avenida Millán reza: «Durante la dictadura funcionó en este predio un centro clandestino de detención y tortura (1977-79). Al lugar fueron trasladados opositores a la dictadura, entre ellos el maestro Julio Castro, torturado hasta la muerte en agosto de 1977. Hasta la fecha permanece desaparecidos. 1977- Agosto – 2002″.

Al acto invitaron especialmente las Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos-Desaparecidos, organización que destacó la iniciativa de los vecinos de la zona 13 y subrayaron una frase escrita por Carlos Quijano en México en 1980: «Un día nosotros le haremos justicia a Julio Castro y si el tiempo se nos va, otros lo harán por nosotros».

La Casona de Millán

La presencia del maestro Julio Castro en la casona de la calle Millán, fue denunciada por el ex agente del Servicio de Información y Defensa (SID), Julio César Barboza, quien explicó cómo en agosto de 1977 el oficial principal Zabala le ordenó acompañarle en el procedimiento de detención del maestro.

Barboza cuenta cómo en la esquina de las avenidas Rivera y Soca detuvieron a Julio Castro y se quedaron con su camioneta Indio, para trasladarlo al centro de reclusión de la calle Millán, también conocido como «Base Roberto», donde el maestro y periodista quedó en condición de desaparecido hasta la fecha.

En una investigación publicada el pasado 1º de junio en LA REPUBLICA se denunció que en los años en que operó como centro de torturas, la Casona de Millán estaba registrada como propiedad de Virgilio Emiliano Pomato Debron, que en realidad era un nombre ficticio.

La indagación pudo comprobar que la escribana Luisa Irma Puig Robaina de Warschum, que aparece dando fe de la compraventa de la propiedad en la que luego se pasarían a construir las viviendas cooperativas de los trabajadores de Cutcsa, es la esposa del mayor de Caballería Carlos A. Warshum, funcionario de los servicio de Inteligencia del Ejército.

Dos meses atrás, integrantes de la Comisión para la Paz y de la Comisión de Derechos Humanos del PIT-CNT, acompañados de personal del Ministerio del Interior, realizaron en el predio de Millán una excavación ante versiones de que allí podría encontrarse un cementerio clandestino.

En el lugar se encontró una importante cantidad de cal viva y restos de ropa que han sido enviados a analizar. Desde hace dos semanas, una reunión sobre el tema entre el PIT-CNT y la Comisión para la Paz se ha venido posponiendo.

La excavación en la calle Millán, con participación de autoridades del gobierno, puede considerarse la primera confirmación por parte del Estado, de que en Uruguay existe un cementerio clandestino donde se pueden encontrar restos de los desaparecidos durante la dictadura militar. *

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