El poeta argentino Juan Gelman entregó una completa lista de represores uruguayos. LA REPUBLICA elaboró el organigrama del terror

43 represores uruguayos bajo la lupa de Garzón

El poeta argentino entregó además a Garzón un listado de represores argentinos que estuvieron vinculados o tuvieron conocimiento sobre el asesinato de su hijo y el secuestro y posterior desaparición de su nuera y su nieta.

Como el mismo Gelman aclaró, la presentación de la lista es fruto de «una larga, paciente y minuciosa investigación» que el mismo realizó junto a La Madrid. Un primer objetivo se cumplió cuando luego de 24 años de búsqueda encontró a su nieta desaparecida en nuestro país. El segundo objetivo, que es saber lo que le pasó a su nuera es el que sigue en pie y la comparecencia ante Garzón se inscribe en ese proceso.

Para conformar la lista y el organigrama de la represión en nuestro país, Gelman recibió datos de sobrevientes de los centros de tortura y detención clandestina, recopiló información de la que disponían organismos defensores de DDHH, fuentes militares también aportaron datos y contribuyó la continuación de la investigación sobre el caso realizada por LA REPUBLICA.

Los nombres y el organigrama del terror

En base a todas la fuentes citadas, Juan Gelman entregó al magistrado español 43 nombres de represores uruguayos. Como se aprecia en la infografía solamente se menciona a miembros de la estructura del Ejército y de la Policía, ello es así porque en el caso de la nuera y la nieta de Gelman los servicios de la Armada y la Fuerza Aérea no tuvieron participación alguna.

Es necesario realizar dos puntualizaciones previas más: los nombres que se mencionan tienen que ver con los años 1975 y 1976 y no se mencionan todos sino solamente los de aquellos que directa o indirectamente participaron o tuvieron conocimiento del secuestro y desaparición de la nuera y la nieta de Gelman.

En la estructura responsable de la represión, es decir: los secuestros, las torturas, los asesinatos y las desapariciones había básicamente tres grandes vertientes.

Un primer núcleo de conducción era el Servicio de Información de Defensa (SID) dependiente del Ministerio de Defensa Nacional, cuyas cabezas visibles eran el general Amauri Prant, el coronel Fernán Amado (luego comandante en Jefe del Ejército, durante el gobierno de Julio María Sanguinetti, y protector de varios de sus «hombres» de entonces) y el capitán Mattos alias «El Burro».

Este núcleo se subdividía en el Departamento II Informaciones donde se agrupaban los más conocidos de los represores bajo la coordinación de José Nino Gavazzo (ver infografía) y en el Departamento III Operaciones que comandaban entre otros el coronel León Pérez y el coronel Eduardo Ferro.

De este servicio dependían cuatro bases de operaciones de tortura y detención clandestina: 1) ubicada en Punta Gorda, una casa casi lindera con la boite New York-New York que hoy no existe más; 2) ubicada en la que fue la Cárcel del Pueblo del MLN, en Juan Paullier y Canelones, 3) la Base «Valparaíso» ubicada en la zona de Villa Dolores, allí coordinaban una flota de ocho taxis que operaban para los servicios y comúnmente llevaban a los detenidos que iban a desaparecer y 4) la propia sede del SID en Bulevar Artigas y Palmar.

Un segundo nucleamiento de los servicios represores dependía directamente del Comando General del Ejército. En esa época, al frente de esta vertiente estuvieron los generales Vadora y Queirolo y el coronel Regino Burgueño, un personaje que pasó hasta cierto punto desapercibido pero que era uno de los «duros» y que tuvo bajo su mando directo la denominada «Operación Morgan» que desatara la represión básicamente contra el Partido Comunista, los Grupos de Acción Unificadora (GAU) y el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), además de la estructura clandestina de los movimientos sindical y estudiantil desde 1975.

En el Departamento II Informaciones de esta estructura revistaban los coroneles Calixto De Armas, José Baudean (actualmente directivo del Centro Militar) y el coronel Rodríguez Buratti. En los hechos, en esta estructura, el Departamento III Operaciones quedaba «operativamente» bajo el mando del Departamento II.

Aquí también funcionaba la Compañía de Contrainformaciones en la que estaban entre otros: el coronel Tomás Casella y el mayor Radaelli (ambos vinculados luego al caso del científico y ex agente de la DINA chilena, Eugenio Berríos, secuestrado y asesinado en Uruguay) y el coronel Alfredo Lamy (en la actualidad uno de los referentes de la denominada «Logia del Aquelarre»).

En esta estructura funcionaba también el Organismo Coordinadora de Operaciones Antisubversivas (OCOA) que en esa época comandaba el coronel Ernesto Ramas, alias «Tordillo», como jefe operativo.

En el OCOA revistaban efectivos de todas las otras reparticiones y por lo tanto se mezclaban las dependencias, inclusive había efectivos del Ministerio del Interior. Allí operaban Gavazzo, el «Pajarito» Silveira, Cordero, Lamy, Regino Burgueño, Menotti Ortiz, Arab y Rodríguez Buratti.

La OCOA dirigía el centro de torturas más grande del país, el denominado «Infierno Grande», que funcionaba en los fondos del Batallón de Infantería Nº13.

El tercer nucleamiento de operaciones represivas dependía del Ministerio del Interior y era la Dirección Nacional de Inteligencia y Enlace, que tenía entre sus figuras emblemáticas al comisario Campos Hermida, el capitán Medina y el comisario Boris Torres (Ver infografía).

El modus operandi

Este organigrama representa la dependencia funcional, pero no la modalidad operativa de la represión.

En los operativos, permanentemente se mezclaban servicios y se diluían las reparticiones.

Una fuente militar que colaboró en la investigación explicó la operativa de la siguiente manera: «el organigrama muestra las personas que ocupaban los cargos de responsabilidad en esa época. Gavazzo y ‘Pajarito’ Silveira eran los que coordinaban todas las acciones; entiéndase que coordinaban y no ordenaban, pero participaban también en la ejecución de las acciones. El secuestro de la nieta y la nuera de Gelman se inicia operativamente en el Departamento II del SID, dependiendo del Ministerio de Defensa, con Gavazzo en la coordinación. Rodríguez Buratti tiene conocimiento de este caso porque era el jefe del Departamento II que dependía del Comando General del Ejército, como todas las operaciones se coordindaban, su enlace en el SID, Ricardo Arab, lo mantenía al tanto». «Es muy importante entender –agregó– que este esquema es funcional y técnico, las acciones hacían borrar la separación y las líneas».

Algunos datos sobre el caso de la nuera y la nieta de Gelman

Como ya ha publicado LA REPUBLICA y otros medios, la nuera de Gelman fue traída desde el campo de concentración argentino de Automotores Orletti en los primeros días de octubre de 1976. En el traslado participó directamenta José Nino Gavazzo. Fue alojada junto a otros detenidos uruguayos en la sede del SID en Bulevar Artigas y Palmar, hay testimonios de ex presos y de militares que avalan este hecho. Menotti Ortiz tenía directa responsabilidad sobre los detenidos en esa dependencia.

Entre fines de noviembre y los primeros días de diciembre, María Claudia con 19 años y embarazada a término fue trasladada al Hospital Militar donde dio a luz, el traslado se realizó en un taxi de la Base «Valparaíso» y es posible que haya estado en esa base antes o después de dar a luz. En diciembre retornó al SID desde donde «pocos días antes de navidad» fue vista salir acompañada de Rodríguez Buratti y Arab con la bebé recién nacida en un canasto. Rodríguez Buratti era el jefe del Departamento II del Comando del Ejército y Arab era su enlace con el mismo departamento del SID.

El
14 de enero de 1977 la bebé es dejada en la puerta de la casa de sus padres adoptivos por Silveira y el capitán de Policía, Ricardo Medina, luego secretario privado de Pablo Millor. La pequeña niña estaba en un canasto, quizás el mismo en el que la sacaron del SID. De su madre nunca se supo más nada.

Gelman arriesgó ante Garzón una tesis: «Yo me imagino que si a mi nuera, que era argentina, la trasladaron con 8 meses de embarazo, la usaron como un envase para entregar el producto». En estos 43 nombres que entregó el poeta argentino, están los que saben qué pasó con la joven nuera de Gelman.

Son los mismos que se negaron a decir qué había pasado con su nieta.

Te recomendamos

Publicá tu comentario

Compartí tu opinión con toda la comunidad

chat_bubble
Si no puedes comentar, envianos un mensaje