rendición de cuentas

La industria audiovisual preocupada por la desaparición del ICAU y la falta de precisiones en la nueva agencia audiovisual

Actores de la industria audiovisual uruguaya han expresado sus reservas sobre los cambios al sector planteados en la Rendición de Cuentas, que podría afectar al desarrollo de las actividades audiovisuales en el país.

Foto ilustrativa: UNSplash
Foto ilustrativa: UNSplash

El gobierno de Luis Lacalle Pou propuso en su más reciente Rendición de Cuentas (aún por votarse en el Parlamento) la creación de la Agencia Nacional Uruguay Audiovisual (ANUA), que operará bajo la órbita del Ministerio de Educación y Cultura, en coordinación con el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) y el de Economía y Finanzas (MEF).

Desde el momento en que empieza a existir esta entidad, toda referencia legal y reglamentaria al Instituto del Cine y el Audiovisual del Uruguay (ICAU) se entenderán, en lo pertinente, en dirección a la ANUA.

En la rendición se lee, en su artículo 389, que la agencia contará con un Consejo de Dirección integrado por un delegado del MIEM, uno del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y uno del de Economía y Finanzas (MEF), todos designados por el Poder Ejecutivo.

En el siguiente artículo establece que la ANUA será administrada por un secretario ejecutivo, de carácter rentado, que será designado por el Consejo de Dirección, entre personas “de notoria idoneidad y trayectoria destacable” para el cargo.

En los subsiguientes artículos recaen diversas atribuciones de la flamante ANUA, como promoción, coordinación y desarrollo de planes y programas de apoyo a las políticas de desarrollo de la industria audiovisual, fomentar e incentivar la producción, coproducción, distribución y exhibición de obras y proyectos audiovisuales, y demás tareas que, hasta ahora, tenía el ICAU.

Básicamente, la Rendición de Cuentas deroga casi todos los artículos de la Ley de Cine de 2008, que creó precisamente al ICAU, así como el Fondo de Fomento Cinematográfico del Uruguay, algo que ha despertado críticas, rechazo y dudas en actores de la industria.

Diego ‘Parker’ Fernández, director de cine, opina que el momento en el que está el sector es relativamente saludable, “hay que estar contentos porque hace 20 años no se estrenaba una película, y ahora hay una producción sostenida, propia, una cultura y muy diversa”.

“Otra pata que se ha movido bastante, gracias a la gestión y ciertos apoyos que se venían dando, que es una explosión de cierto tipo de trabajo; estamos en un buen momento y entendiendo que, sí, el diseño institucional que venía de 2008 estaba quedando medio anacrónico, y que sí estamos de acuerdo en que había que hacer modificaciones (…) pero hay que ver la forma” de esas modificaciones, comentó Fernández en una entrevista en Del Sol FM.

El productor Santiago López también opina que hubo un crecimiento sostenido de la producción, iniciada con los privados, pero que se logró que se convierta en una política de Estado al traspasar los esfuerzos institucionales de un gobierno al otro, con sus fortalecimientos sucesivos. Y que, en el entretanto, hubo atractivos para que vinieran a filmar en el Uruguay empresas del exterior, que tiene que ver, por ejemplo, con un mercado local con mano de obra de buen nivel, y con otros temas como los fondos para coproducciones y los incentivos para filmar acá con facilidades impositivas.

El año pasado, recuerda López, los contenidos que se rodaron en el Uruguay representaron una exportación de más de 60 millones de dólares, incluyendo series y películas tanto locales como extranjeras. 

‘Parker’ opina que “es cierto que la ley tiene más de 10 años” y que tiene que modernizarse para abarcar en su ecosistema, por ejemplo, la aparición de las plataformas de streaming -que no existían en 2008-, pero que “no es así” como se debe hacer, en alusión al cambio en la rendición. “Hay una visión casi que mercantilista, de producto, de exportación e industria que me asusta un poco. Se pueden cambiar y mejorar las cosas, pero no de esta forma. Falta la parte conceptual que es la cultura”, explicó Fernández.

La directora de Cinemateca Uruguaya, María José Santacreu, tiene dudas respecto a los motivos para la propuesta y sus implicaciones en el medio. “La desaparición del Instituto del Cine es a simple vista una mala señal, entre otras cosas, porque revela una concepción muy limitada del cine si se lo enmarca en una agencia de promoción a una industria”, dijo la profesional consultada por Montevideo Portal. Para ella, las señales de esto son “de alarma por la manera que se elaboró este articulado, sin contactar a muchos actores que hacen del cine un fenómeno vasto y complejo”.

“¿Dónde puede quedar, en este marco, por ejemplo, la atención de temas como la preservación del cine, la formación de espectadores, la distribución de un cine no industrial, la enseñanza, la historia del arte cinematográfico, la exhibición de un cine diferente al que se encuentra en el circuito comercial, los festivales, todos temas estos que le atañen a Cinemateca, si el interlocutor es una agencia vinculada a la promoción de una industria?”, cuestiona Santacreu.

La asociación Directoras, Directores y Guionistas del Uruguay (DGU), realizó una asamblea a inicios del mes de julio y surgió de esa instancia un documento en el cual rechazaron “enfáticamente los artículos de la Rendición de Cuentas relativos a la modificación de la actual Ley de Cine y Audiovisual, así como el proyecto de crear una nueva institucionalidad para el sector sin la participación ni el diálogo de todos los involucrados”. Afirman que la nueva normativa “no garantiza las definiciones, objetivos, derechos ni fondos que actualmente existen en la Ley de Cine y Audiovisual” y que aspiran a mantener, y aseguran que los cambios proyectados ponen “en riesgo la continuidad del cine nacional”.

Al eliminar casi todos los artículos de la Ley de Cine (votada por unanimidad por el Parlamento de ese entonces) “se modifica la finalidad del Fondo de Fomento Cinematográfico y Audiovisual” y se deroga la actualización anual de dicho Fondo, con la consecuencia de que “los magros fondos otorgados por la ley no solo tengan ahora un destino indefinido, sino que se deterioren año tras año”.

Remarcaron la ausencia en el articulado de conceptos como “obra”, “creadores”,  “cine”,  “cultura”, que quedan opacados por una frase más generalista que se repite varias veces, “lo audiovisual”, “Sin hacer referencias a los creadores ni autores de las obras”.

Entienden que esta forma de referirse a la materia como “lo audiovisual” expone “una concepción donde prima lo industrial por encima de lo cultural”.

Foto: UNsplash
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Un cambio positivo, una redacción insuficiente

La Asociación de Productores y Realizadores de Cine del Uruguay (ASOPROD) emitió este lunes un comunicado en el cual entienden que la creación de la ANUA puede ser “positiva”, y que puede ser una buena respuesta al crecimiento que ha tenido el sector nacional desde que existe el ICAU.

“Sin embargo, no se debe prescindir de conceptos, definiciones y garantías fundamentales que han permitido el desarrollo de una industria cinematográfica nacional y el crecimiento del sector y sus actores; que de no incorporarse será negativo este cambio para todo el sector y será un retroceso”, dice el comunicado.

La redacción de los artículos que crean la ANUA, prosigue ASOPROD, “tiene
definiciones muy poco precisas en cuanto a su alcance, sus responsabilidades y su
funcionamiento” al tiempo que “no contempla todas las fases de un proyecto audiovisual,
desde el desarrollo hasta la exhibición, internacionalización y conservación”.

Con todo este escenario, la ANUA no tendría una base de definiciones sobre qué es una obra nacional, quiénes son los creadores, cuáles son las etapas de un proyecto audiovisual, cuál es la soberanía de la cinematografía nacional y la responsabilidad del Estado en el desarrollo de esta actividad cultural.

Recuerdan que la Ley de Cine fue una base “fundamental de la política pública para la industria cinematográfica y audiovisual del país y es, en parte, la explicación del desarrollo que ha experimentado el sector”.

Por eso, ven como algo trascendental que se conserven elementos centrales, heredables del ICAU, para construir la nueva ANUA: que se mantenga la agencia en la órbita del MEC y que no pase a la sombrilla del MIEM, algo que fue confirmado en una entrevista con En Perspectiva a la directora nacional de Cultura, Mariana Weinstein. “Estoy en condiciones de decir que los tres ministerios se pusieron de acuerdo, y que se mantendrá en la órbita del MEC”, comentó la jerarca, quien señaló que la redacción no es precisa en esto. “Donde dice ‘Ministerio de Industria’ debería decir ‘Ministerio de Educación y Cultura’”, prosiguió.

Para ella, los cambios a la institucionalidad son necesarios “para coordinar mejor el ecosistema del cine y del audiovisual (…) y el hecho de que haya entrado en la rendición de cuentas es una oportunidad para avanzar”. “Los cambios generan resistencias, pero hay que ver la oportunidad que esto representa”, agregó.

En resumen, Weinstein cree que la ANUA centraliza la industria audiovisual y es un lugar para la comunicación interministerial entre el MEC, el MEF y el MIEM, para un mejor desarrollo de las actividades comprendidas.

En el nombre de ANUA desaparece la palabra “cine”, algo que Weinstein justifica con el refuerzo del concepto de “Uruguay Audiovisual”, que busca simplificar el nombre de la agencia, “por el cine está comprendido en la actividad audiovisual”.

Ideas para mejorar

La propuesta de ASOPROD, para mejorar la creación de la ANUA y su respectivo articulado, contiene los siguientes puntos:

1 – Incorporar los objetivos, cometidos y definiciones que figuran en la Ley 18.284, en particular los artículos 2 y 10, y aquellos del decreto que la reglamenta (Decreto N° 473/008).

2 – Mantener la definición de obra cinematográfica y audiovisual tal cual se encuentra en el Artículo 10 de la Ley 18.284: “Se entenderá por actividades cinematográficas y audiovisuales aquellas que se expresen en un proceso creativo y productivo de imágenes en movimiento sobre cualquier soporte y de cualquier duración, destinadas a ser difundidas y comunicadas por cualquier medio conocido o que pueda ser creado en el futuro”.

3 – Que el Consejo de Dirección de la Agencia se integre con dos representantes de las asociaciones más representativas de los productores y realizadores de la industria cinematográfica.

4 – Mantener el Fondo de Fomento Cinematográfico y su funcionamiento, tal y como existe al día de hoy, garantizando su partida anual, su mecanismo de ajuste por indexación, su porcentaje máximo de gasto de funcionamiento de la ANUA, tal y como está establecido en la Ley 18.284, Art.7, Inciso A.

5 – Garantizar la universalidad en el acceso a los fondos, así como la libertad de expresión y la diversidad cultural. En el mismo sentido, asegurar las políticas necesarias para que este acceso sea equitativo.

6 – Mantener los vínculos institucionales actuales del INCAU en lo que concierne a sus compromisos internacionales como Ibermedia y otros organismos e instituciones del sector.

7 – Priorizar la creación de obra nacional por su carácter cultural y potencial exportador de propiedad intelectual, generando las condiciones adecuadas para que realizadores, guionistas y productores desempeñen su actividad.

Propuesta de ASOPROD para la creación de la ANUA by LARED21 on Scribd

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