entrevista

Chasquetti: “Fernando Pereira es un buen nombre para presidir el FA”

Para el politólogo, el actual presidente del PIT CNT es una persona muy experimentada. “Los sindicalistas, si por algo los reconocemos, es por su capacidad de negociación. La presidencia del FA necesita alguien que sea capaz de negociar con los distintos sectores” subrayó Chasquetti.

 

¿Una reflexión general de cómo ves la situación política del país y del gobierno de coalición en particular?

 

Estamos entrando en una nueva etapa, el fin de la Pandemia, a la que aún no llegamos pero estamos iniciando ese camino. Durante un año y medio se estuvo con un único tema la Pandemia, que a la vez condicionaba los juicios de los ciudadanos y los movimientos de los actores políticos. Ahora está retornando la política, el natural juego entre gobierno y oposición, y también “la vida callejera” de las organizaciones sociales. Es un escenario bastante distinto del que vimos hasta ahora. Durante la Pandemia, si bien el gobierno enfrentó un desafío inesperado y lo resolvió bastante bien, aunque hubo muchos fallecimientos, se logró controlar los contagios y vacunar a la mayor parte de la población, la propia Pandemia funcionó como un “escudo” para el gobierno. Otras demandas y otros problemas que tenía la sociedad, quedaban en un segundo plano, porque el primer problema era sanitario. Una vez que esto comienza a resolverse, es como correr un “velo” y aparece todo lo otro, una agenda más socioeconómica, que en la “jerga de las ciencias sociales”, le llamamos “pugna distributiva”. La lucha de los sindicatos por el salario, discusiones fuertes en torno a las políticas presupuestales, económicas, etc. Será una agenda bastante distinta, a lo que se le suma la concreción de un referéndum, que a priori nadie pensaba que podía concretarse y que va a condicionar las estrategias de los próximos 6 meses. Van a estar todos en campaña, eso va a afectar las conductas, los posicionamientos, y la coalición, en la medida que se acerque el referéndum, irá cerrando filas. Hoy lo que se ve es la coalición en estado puro, es decir, una alianza de partidos con un programa común limitado, son partidos distintos, tienen conflictos, competencias internas y muchos de esos problemas surgen a la luz. Se puede pensar ¿esto está muy mal? En verdad no, así son las coaliciones y no es igual que cuando gobierna un partido. Durante 15 años gobernó un partido mayoritario (FA), que tenía otra forma de resolver sus problemas internos. Las coaliciones quedan más expuestas, porque  hay diferencias que tienen que ver con las trayectorias. Son partidos que convergen en el gobierno y muchas de esas dificultades, quedan expuestas y más aún pasada la Pandemia. 

Donde mejor funciona la coalición es en el Parlamento, allí los coordinadores se reúnen semanalmente y lograron “arrancarle” al Ejecutivo la idea de crear una instancia donde los coordinadores de la bancada se reúnan regularmente con el Secretario de la Presidencia (Álvaro Delgado), pero aún falta una mesa de líderes, un centro de decisión donde estén Sanguinetti y Manini Ríos, que son las dos figuras de contrapeso de la coalición.

Desde el Partido Colorado y Cabildo Abierto, se le reclamaba al Presidente (Lacalle Pou) una coordinación. El Presidente ha manejado la relación de forma bilateral. A la vez, con la salida del ex Ministro de Turismo Germán Cardozo y la llegada del actual senador Tabaré Viera a la cartera de Turismo, el ex presidente Sanguinetti muestra su fortaleza dentro de la coalición ¿lo ves así?

Me pasé 15 años estudiando coaliciones en gobiernos presidenciales y unas de las conclusiones de estudiar coaliciones bajo sistemas presidenciales es que las presidenciales son distintas de las que ocurren en sistemas parlamentaristas, los sistemas presidenciales tienen en el presidente una figura predominante. En los sistemas parlamentarios las cosas son distintas, el primer ministro es importante, y el público está habituado a que funcionen estos gobiernos de coalición. Normalmente en los sistemas presidenciales, cuando las cosas van bien, los beneficios los capta el presidente y su partido, cuando van mal los costos se distribuyen entre todos aquellos que ingresaron al gobierno, en ese sentido el presidencialismo no es tan “amable” con las coaliciones. Aun así se forman, los presidentes necesitan gobernar y conformar mayorías en el Poder Legislativo. Algunos de los problemas que vemos actualmente, tienen que ver con ese tema, el gobierno ha sido exitoso en controlar la Pandemia. Todos los beneficios los capta el Presidente y su partido. Incluso el Canciller de la República (Francisco Bustillo), dijo en una entrevista, que este era el gobierno del Partido Nacional. Lo que observamos es que los colorados y también Cabildo, están buscando protagonismo, no es un protagonismo que busque votos explícitamente, quieren buscarlo porque se sienten parte del gobierno, y con sus votos, han ido aprobando la legislación que impulsa el Ejecutivo en el Parlamento. Esa legislación no pasaría sin los votos de los colorados y de Cabildo. El Partido Colorado tiene 3 ministros y Cabildo 2, uno de ellos el Ministro de Salud Pública (Daniel Salinas), obvio que ellos van a reclamar el crédito por la marcha del gobierno y quieren ser parte de los procesos decisorios. Lacalle Pou lo sabe, él armó lo que en ciencias políticas denominamos una “coalición de pivot”, el centro es el Presidente y él se vincula con cada uno de los líderes, al mismo tiempo “juega en un segundo tiempo” que es el Consejo de Ministros, pero no tiene una frecuencia de reunión como ocurría en el gobierno del FA. Esta forma lleva a procesos decisorios que no son lineales, son más complejos. Donde mejor funciona la coalición es en el Parlamento, allí los coordinadores se reúnen semanalmente y lograron “arrancarle” al Ejecutivo la idea de crear una instancia donde los coordinadores de la bancada se reúnan regularmente con el Secretario de la Presidencia (Álvaro Delgado), pero aún falta una mesa de líderes, un centro de decisión donde estén Sanguinetti y Manini Ríos, que son las dos figuras de contrapeso de la coalición. Crear este ámbito es una “carta” que puede crear el Presidente en cualquier momento, lo que ocurre es que hasta ahora las cosas no han llegado a un nivel donde el Presidente tenga que jugarla. Me imagino que en el futuro la podrá jugar para evitar una ruptura, o para poder disciplinar a las bancadas en torno a una ley relevante que tenga que pasar por el Poder Legislativo. Ese es el estado de situación, una coalición en permanente cambio y ebullición, buscando sus formas y donde los socios menores tratan de no pasar desapercibidos frente a esa figura potente que es el Presidente de la República.

El referéndum si se hace en marzo va a generar una discusión sobre los 135 artículos de la LUC y también sobre los temas nacionales, es inevitable que ello ocurra. Y los distintos “actores” van a cerrar filas, por un lado el FA y las organizaciones sociales, y por otro, la coalición de gobierno y los actores que han sido beneficiados por la LUC. Será una contienda “fuerte” parecida a la segunda vuelta electoral de noviembre de 2019, con dos bloques muy parejos y con una elección reñida.

¿La campaña en favor de la LUC va a unir a la coalición?

Sí, va a funcionar como una elección de “medio término”. Las elecciones de medio término, están compuestas por tres tipos de elecciones, una cuando se renuevan de forma parcial los parlamentos, el segundo es cuando se hace elección de autoridades locales, elegimos gobernadores, intendentes, alcaldes, etc., y el tercer tipo es la convocatoria a plebiscitos y referéndum, es decir, mecanismos de democracia directa. Estas elecciones en todas partes tienden a nacionalizarse, a no quedar encapsuladas en la temática de la convocatoria, es decir, lo vemos en Argentina, hay elección de medio periodo en noviembre y la discusión no es quién representa mejor a su distrito ya que se renueva la mitad de la Cámara de Representantes y un tercio de la de Senadores, la discusión es sobre temas nacionales. El referéndum si se hace en marzo va a generar una discusión sobre los 135 artículos de la LUC y también sobre los temas nacionales, es inevitable que ello ocurra. Y los distintos “actores” van a cerrar filas, por un lado el FA y las organizaciones sociales, y por otro, la coalición de gobierno y los actores que han sido beneficiados por la LUC. Será una contienda “fuerte” parecida a la segunda vuelta electoral de noviembre de 2019, con dos bloques muy parejos y con una elección reñida.

Las encuestas muestran un descenso de la aprobación del Presidente (Lacalle Pou), sin embargo los guarismos siguen siendo altos, cuando se desagregan los porcentajes hay focos de disconformidad principalmente en lo que refiere a los asuntos sociales y económicos ¿es así?

Es así, hay áreas donde el gobierno está bien evaluado, las cuestiones sanitarias y la Pandemia está bien evaluada, la seguridad también, allí hay una discusión si la baja de los delitos es producto de la Pandemia o si en realidad son éxitos de la nueva gestión. Lo cierto es que sea por una cosa u otra, la gente se está sintiendo más segura. Es un área para investigar, las encuestas lo muestran. Cuando nos movemos al terreno económico y social, es donde el apoyo al gobierno desciende, cuando vemos la política salarial, y el problema del empleo y el desempleo, cuando vemos la opinión sobre educación, ahí el rendimiento del gobierno baja. Naturalmente si el tema sanitario es el más importante de la agenda, al gobierno le iba bien, cuando el tema sanitario pase a segundo y tercer lugar y lo económico pase al primer lugar, lo que deberíamos esperar es que el descenso de la popularidad del gobierno continúe, no a los niveles de 2002, que Jorge Batlle (extinto ex presidente) culminó con un 8% de respaldo. Nadie puede esperar eso, pero sí que esos números que están muy por encima de su votación de segunda vuelta, recordemos que obtuvo un 49% y ahora está por debajo y probablemente siga bajando. Estamos en una “luna de miel” extensísima, cuando en el mundo en realidad se vienen acortando, en Uruguay se dio un fenómeno ilógico que tiene que ver con la Pandemia y con la forma en cómo los uruguayos nos sentimos frente a este problema mundial.

El 2020 fue bastante malo para el FA, principalmente en relación a la Pandemia, donde hubo muchas voces que decían cosas distintas. En cambio este año, en relación a la recolección de las firmas, empezó a actuar de manera más consistente, recuperando la unidad de acción y la unidad política, que significó que todos los sectores que lo integran y sus bases, actuarán en un mismo sentido.

¿Cómo viste al FA en las últimas horas? Cobró fuerza el nombre del actual presidente del PITCNT Fernando Pereira para presidir a la fuerza política

El FA, luego de tener un 2020 complicado, pasar a ser oposición es difícil, en 2005 observamos el mismo problema en los partidos tradicionales, cuando estás durante mucho tiempo cumpliendo una función, si nos cambian, construir los hábitos y cambiar la cabeza lleva mucho tiempo. El 2020 fue bastante malo para el FA, principalmente en relación a la Pandemia, donde hubo muchas voces que decían cosas distintas. En cambio este año, a partir de la recolección de las firmas, empezó a actuar de manera más consistente, recuperando la unidad de acción y la unidad política, que significó que todos los sectores que lo integran y sus bases, actuarán en un mismo sentido. Cuando hablo de unidad política, me refiero a que no haya múltiples estrategias. Las firmas facilitan el tramo de aquí al referéndum. Tiene pendientes, uno de ellos es la elección de autoridades que es un desafío que tiene que resolver y son cuestiones que no son fáciles, la presidencia no era tan importante cuando estaba en el gobierno, el centro de gravedad estaba en el Poder Ejecutivo, pero al estar en la oposición, la presidencia de la fuerza política se vuelve importante, hay que hacer un trabajo de coordinación y negociación de las distintas perspectivas que hay, en el FA conviven distintas perspectivas y distintas formas de cómo enfrentar al gobierno. No es lo mismo como lo ve el Partido Socialista, el Partido Comunista, MPP o Fuerza Renovadora que encabeza Mario Bergara (senador) hay distintas lecturas. Se necesita tener un centro y esa labor la tiene que cumplir la presidencia de la fuerza política. Eso es lo que hicieron en su momento Tabaré Vázquez y Líber Seregni. El nombre de Fernando Pereira parece un buen nombre ¿Por qué? porque no hay muchas alternativas dentro del FA, porque no hay demasiadas personas que gocen de un prestigio tan amplio, y tal vez al PIT CNT le resulte más fácil conseguir un presidente que al FA. Tal vez estén dadas las condiciones para que Fernando Pereira de el “salto” de la conducción sindical a la partidaria. Puede ser un buen nombre, es una persona muy experimentada, los sindicalistas si por algo los reconocemos es por su capacidad de negociación, la presidencia del FA necesita alguien que sea capaz de negociar con los distintos sectores


 

20 años del atentado a las Torres Gemelas

El 11 de setiembre de 2001 Daniel Chasquetti se encontraba en Nueva York cuando ocurrió el atentado terrorista contra las Torres Gemelas.

Estabas en Nueva York, el día del atentado terrorista contra las Torres Gemelas y el Pentágono ¿Cómo recordás aquel  fatídico día?

 

Es increíble que hayan pasado 20 años. Efectivamente había ido a un Congreso en Washington, una vez finalizado decidimos con mi amigo Daniel Buquet (politólogo) viajar a Nueva York a pasar 4 días. Lo primero que recuerdo es que en los días del Congreso, antes del atentado, la figura del (ex presidente de EEUU) George Bush estaba desprestigiada, hablaba con mis colegas estadounidenses y decían que era muy difícil que él pudiera ganar la reelección en la siguiente elección. Circulaban fotos trucadas donde aparecía en un jardín de infantes leyendo a los niños con el libro al revés. Todos se burlaban de él, sin embargo, luego del atentado su popularidad crecería hasta un 72%. Se produce el fenómeno de que cuando una sociedad se siente amenazada, todos tratamos de unirnos en torno a la figura de los líderes, en Uruguay pasó eso en 2020 a raíz de la Pandemia. Nosotros en Nueva York no entendíamos nada, nos alojamos en un lugar cercano a las Torres Gemelas, pero no tanto para escuchar la explosión, y cuando nos levantamos, nos enteramos por lo que decía la televisión. Fue duro porque lo primero que nos enteramos es que cerraban los aeropuertos y nosotros nos íbamos ese día, volvíamos a Montevideo. Los aeropuertos cerraron y no había noticias de cuando iban a salir los vuelos, debimos resolver qué hacer y como solventar la estadía, teníamos los pesos contados. Era martes y al final nos quedamos hasta el domingo siguiente.

Todos los días caminábamos hacia la zona Cero, estaba acordonada pero podías acercarte. El primer día que fuimos presenciamos el derrumbe de un edificio lindero. Por las noches, nos impresionó mucho la aparición de los familiares, era una  imagen bastante dramática, los familiares de los desaparecidos en el ataque a las Torres comenzaban a ir al límite de la zona Cero con fotos y con velas, nos hacía recordar a los tiempos de la dictadura uruguaya, pero en EEUU. Lentamente empiezan a aparecer en los balcones, en las ventanas, banderas de EEUU. Empezaba a aflorar un sentimiento nacionalista. Esa sensación de ser agredidos, la primera y única vez que a EEUU lo atacaron en territorio propio, eso despertó un sentimiento  nacionalista muy fuerte, eso le hizo las cosas muy fáciles a Bush, que decidió contraatacar, invadiendo primero Irak y más tarde Afganistan. Los familiares, la gente que lloraba por lo que se preveía que iban a ser cientos de muertos, la emergencia de ese nacionalismo y una ciudad que hasta ese día era una explosión de luces y de alegría, y a partir de ese momento una ciudad fantasma con muy poca gente en las calles, con pocos lugares abiertos, quedaban los bares abiertos, pero cine y espectáculos estaban cerrados. Ese fue mi derrotero hasta que nos avisaron que había abierto el aeropuerto y regresamos a Montevideo.

Lo que es claro, es que uno cree que tiene conquistada la democracia, la convivencia, el buen relacionamiento con sus semejantes, pero eso no es para siempre, hay que cuidarlo, y no sabemos si cosas semejantes no las volveremos a vivir.

¿Qué pensas 20 años después? 

En determinado momento, el problema del terrorismo, principalmente el de origen islámico, parecía controlado. Con las noticias recientes, parece que no está claro. EEUU fue uno mientras gobernó Obama y luego durante la administración Trump ocurrieron muchas cosas, la historia no tiene fin, siempre pueden cambiar. Lo que es claro, es que uno cree que tiene conquistada la democracia, la convivencia, el buen relacionamiento con sus semejantes, pero eso no es para siempre, hay que cuidarlo, y no sabemos si cosas semejantes no las volveremos a vivir. Sería deseable que no y seguir hablando de estas cosas. La agenda es un “botín” en disputa y muchas veces hablamos de cuestiones que no son tan importantes, pero este tipo de asuntos sí porque tienen que ver con el futuro de la humanidad y la convivencia pacífica de las naciones

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