Piden la remoción del director nacional de Policía, Diego Fernández

El pasado jueves 18 de junio, el director de Policía, Diego Fernández, se refirió a la decisión de colocar la placa en homenaje a Castiglioni en la ex sede de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII).

“Yo no digo que Castiglioni no haya hecho nada indebido, nada más lejos de mí. Pero si el edificio de la Policía no tiene cimientos sólidos, no va a crecer. Y Castiglioni, con sus claroscuros, fue un referente de una época”, dijo Fernández en declaraciones a El Observador.

En tal sentido, la Mesa Ejecutiva de la Vertiente Artiguista, emitió un comunicado el jueves 18 a través del cual solicita al ministro del Interior, Jorge Larrañaga, la “inmediata remoción del director de la Policía Nacional, Diego Fernández”.

La Vertiente Artiguista asegura que sus palabras “justifican la realización de un ‘homenaje’ al tristemente célebre represor y torturador Castiglioni”, por lo cual debe ser apartado de su cargo por “no poseer convicciones republicanas ni ofrecer a la ciudadanía las más mínimas garantías de ecuanimidad y apego a los valores democráticos”.

“Castiglioni operó antes y durante la dictadura al frente de la temida Dirección Nacional de Inteligencia y Enlace aplicando métodos bárbaros e ilegales que determinaron la prisión ilegal y tortura de cientos de personas y la muerte violenta de varios compatriotas inermes. Reivindicar su figura es desconocer el reclamo de víctimas, familiares y de la sociedad toda por esclarecer los hechos y que nunca más se repitan”, expresó la Vertiente Artiguista.

En el mismo sentido, el diputado comunista, Gerardo Núñez dijo: «Es preocupante que el director de Policía pase por encima de una resolución ministerial del período pasado. Está rompiendo la cadena de mando. El policía debería dar un paso al costado».

Este viernes se conoció la decisión del ministro del Interior, Jorge Larrañaga, de quitar la placa de la sede de la ex DNII, determinación que generó el reconocimiento del Frente Amplio y organizaciones sociales.

“¡Chau, Fernández!

Por su parte, la asociación de ex presos políticos de Uruguay CRYSOL emitió un editorial titulado “¡Chau, Fernández! Torturas: Nunca Más”.

Sobre Castiglioni, CRYSOL recuerda que “como director de la DNII, fue el líder absoluto de la institucionalización formal, masiva y sistemática, de una manera salvaje, de las torturas, las violaciones y los malos tratos a todas y a todos los detenidos en dichas dependencias. También se lo supo involucrado en las actividades del Escuadrón de la Muerte, activo participante en la coordinación represiva en el Río de la Plata y participante activo en episodios represivos que culminaron con ejecuciones extrajudiciales de detenidos”.

“Pensar que Castiglioni pueda ser un modelo a perseguir por una dependencia policial supone una escala de valores errónea, inhabilitante para el ejercicio de un cargo de esa envergadura y una escala de valores incompatibles con el sistema democrático republicano de gobierno de nuestro país desde el 1° de marzo de 1985”, manifiesta CRYSOL.

La organización también remarca que la tortura, cualquiera sea su forma, su grado, su intensidad, su crueldad, es un acto aberrante que degrada a quienes la ordenan, la autorizan, la permiten, la silencian y, obviamente, a quiénes la ejecutan. “En la actualidad, solamente los integrantes de Cabildo Abierto y de los centros militares, la front face de los terroristas estatales, puede justificarla y defenderla públicamente”.

“El desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad. El inspector Víctor Castiglioni encarna lo peor de la Policía: la tortura y la brutalidad policial al límite. El Inspector Diego Fernández ha dado muestras fehacientes de absoluta incompetencia de juicio al pretender fortalecer la dependencia. La tortura es una práctica inaceptable e intolerable en una sociedad libre y democrática”, indica CRYSOL.

Por otro lado reconocen que la decisión del ministro Jorge Larrañaga de desautorizar al director Fernández es un gesto valioso, pero “el compromiso con las normas de derechos humanos de su director es muy dudoso y hasta cuestionable”.