Pruebas a médicos cubanos «no arrojan dudas sobre su idoneidad», concluye la UDELAR

El Consejo de la Universidad de la República (UDELAR) declaró este miércoles que los médicos cubanos rindieron pruebas que concluyeron que «no hay dudas sobre su idoneidad» para desempeñar sus tareas en el Hospital de Ojos.

El pasado 7 de diciembre, el diario El País publicó un artículo titulado «La ‘operación milagro’ rodeada de dudas: médicos cubanos pierden prueba de la Udelar». En este cuestionaba la idoneidad de los galenos cubanos que trabajaban en el Hospital de Ojos asegurando que la Cátedra de Oftalmología de la UDELAR «reprobó un grupo de médicos cubanos» que opera en el centro médico.

Defendiendo la Operación Milagro

Para la UdelaR «los resultados de las pruebas no arrojan dudas sobre la idoneidad de los profesionales evaluados». La casa de estudios señala la «capacidad técnica» demostrada por estos profesionales en las «miles de intervenciones sin complicaciones que han realizado en Uruguay».

«La Universidad de la República no acepta que las reválidas y reconocimientos se encuentren sujetos a presiones o lineamientos emergentes de corporaciones interesadas en limitar el ejercicio profesional de residentes titulados en el extranjero», continúa el texto.

«La Universidad valora altamente el aporte que los médicos cubanos han realizado al Uruguay a lo largo de estos años en el Hospital de Ojos. No sólo permitieron el acceso gratuito a intervenciones para más de 90.000 personas, sino que nos enseñaron una forma de ejercer la medicina que, combinando idoneidad técnica y eficiencia, articula equipos de salud interdisciplinarios con centro en el paciente. Valoramos especialmente la generosidad de los equipos profesionales cubanos y de su gobierno que han permitido un cambio sustantivo en la atención de salud oftalmológica en el Uruguay», finaliza el comunicado divulgado por la universidad.

La Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) también salió a defender las más de 95.000 operaciones que se realizaron a personas que, antes de la existencia del Hospital de Ojos, tenían larguísimas listas de espera o bien debían recurrir a clínicas privadas pagando varios miles de dólares.