ENTREVISTA EXCLUSIVA

Ferreri: Uruguay tiene grado inversor no porque alguien lo pida, sino porque goza de confianza

Entrevista de LARED21 al economista Pablo Ferreri, subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas, y uno de los referentes en economía del candidato presidencial por el Frente Amplio, Daniel Martínez.

Pablo Ferreri, subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas. Foto: Carlos Rizzardini. LARED21.
Pablo Ferreri, subsecretario del Ministerio de Economía y Finanzas. Foto: Carlos Rizzardini. LARED21.

-¿Cuáles son los lineamientos económicos que plantea el FA para el periodo 2020 – 2025 en caso de ganar las elecciones?

Llevamos el ciclo de crecimiento más largo de nuestra historia contemporánea

-Lo primero es mantener un proyecto nacional de desarrollo, que implica un rumbo estratégico determinado. Los pilares básicos que son crecimiento económico con inclusión, no entendemos el desarrollo si el crecimiento no va de la mano de mayores niveles de equidad, cohesión social, de la construcción de igualdad. Solo crecimiento del PIB no alcanza sino va de la mano de oportunidades para todos. Si la prosperidad no es compartida, no es desarrollo. Eso a la vez tiene que ir de la mano del ejercicio de más y mejores derechos, se trata que crezca el PIB de la economía y que sea per cápita cada vez mayor, pero que la desigualdad baje, y que haya más ejercicio de derechos. En estos años, el país ha sido exitoso. Llevamos el ciclo de crecimiento más  largo de nuestra historia contemporánea. Redujimos la desigualdad y somos el país más igualitario de América Latina. Al mismo tiempo, impulsamos una potente agenda de derechos, al mismo tiempo que crecía la economía y se reducía la desigualdad, aprobamos el matrimonio igualitario, la Ley de identidad de género, la protección de colectivos vulnerables, como la población trans. Se protegieron los derechos laborales de los trabajadores rurales y de las empleadas domésticas. Se reguló el consumo de marihuana. Es decir, hoy Uruguay es una sociedad que si comparamos con 2004, es más rica, más igualitaria y también más libre. Tenemos un rumbo claro, apuesta a la excelencia, la apertura al mundo, somos un país pequeño que apuesta a la calidad y no a la cantidad. Estos elementos se mantienen inalterados. Mantener el rumbo estratégico, no significa hacer más de lo mismo. Tenemos que tener presente que el mundo cambió, esos nuevos desafíos incluso amenazas del mundo actual, requieren nuevas ideas y también nuevas herramientas, nuevas estrategias y por lo tanto, hay que trabajar con esa mirada.

-Desde los partidos que hoy pueden ganar las elecciones, se habla de la reducción del gasto público como algo imprescindible, debido principalmente al déficit fiscal que tiene el país. Parecería que para el FA tanto el déficit fiscal como la disminución del gasto público no aparecen como temas centrales ¿Es así?

Tenemos “espalda financiera” y perspectiva de crecimiento que nos permite trabajar con tranquilidad, sin tener que tomar medidas a las apuradas, ni descargar brutales ajustes fiscales que recaigan en los más necesitados

-Uruguay tiene un problema con su déficit fiscal, que debe ser atendido y corregido. No es una buena cifra la que tenemos. Esto implica trabajar para reducirlo. Este desafío tiene que ser mirado junto con otros indicadores. El país tiene una enorme “espalda financiera”. Tenemos reservas por 25 puntos del PIB, líneas de crédito por contingencias por 2.200 millones de dólares, perspectivas de incrementar el crecimiento fruto de inversiones públicas y privadas. Hablamos de 2.000 millones de dólares por PPP (Participación público privada) y 3.000 millones de dólares en la inversión más grande en la historia del país, que es la de la empresa UPM. Estos indicadores nos permiten trabajar con cierta tranquilidad. Hay que encarar el desafío fiscal con reformas estructurales, que tendrán efectos en el mediano plazo, como es la Reforma de la Seguridad Social y también aspectos vinculados al corto plazo. Tenemos “espalda financiera” y perspectivas de crecimiento que nos permite trabajar con tranquilidad, sin tener que tomar medidas a las apuradas, ni descargar brutales ajustes fiscales que recaigan en los más necesitados. Las  cifras de recorte del gasto que se manejan solo son posibles si se “mutilan” servicios públicos esenciales como la salud, la seguridad o la enseñanza.  Hay que reducir el déficit fiscal, hay que tomar medidas estructurales como es el caso de la seguridad social. El crecimiento presupuestal tiene que estar por debajo del crecimiento de la economía y luego generar ahorros y mejoras pero con un enfoque gradual, que nos permita trabajar con tiempo y sin afectar los servicios esenciales del Estado.

-Uruguay goza de grado inversor ¿Como es la relación de estas calificadoras con los Partidos políticos uruguayos?

El grado inversor se tiene, porque aunque el país tiene desafíos en materia fiscal, goza de una enorme confianza y de “espalda” financiera

-Es habitual el contacto entre las agencias y los partidos políticos. Lo importante es como se forman la opinión las calificadoras de riesgo, que deriva en una calificación crediticia. Cuando se evalúa un país, estos organismos, que son profesionales e independientes, tienen entrevistas con actores de gobiernos, con actores relevantes de la sociedad, evalúan las políticas que se despliegan, a la vez evalúan la situación fiscal y financiera, las perspectivas de crecimiento, y un conjunto de indicadores de la economía y sus perspectivas, para formarse una opinión independiente, con rigor profesional, que deriva en una calificación. Es decir, no se otorgan o no se mantiene el grado inversor, porque alguien les pida que lo hagan. Ningún actor político, ni social, ni del gobierno, lo hace. El grado inversor se tiene, porque aunque el país tiene desafíos en materia fiscal, goza de una enorme confianza y de “espalda” financiera, también porque tenemos buenas perspectivas de crecimiento en el corto plazo. Por tanto, se confía en el país. No es una casualidad, que las cinco principales calificadoras de riesgo que hay en el mundo, le otorgan a Uruguay el grado inversor. Esto es una muestra de confianza, además, en varias calificadoras, el grado inversor está por encima del “escalón mínimo”. Hay otras muestras concretas de la confianza que se le tiene al país. Uruguay tiene un “riesgo país” bajo, estamos por debajo del promedio riesgo país de los países emergentes con grado inversor. Si lo comparamos con nuestros pares estamos por debajo. La agencia JP Morgan generó un índice de 72 países emergentes y Uruguay está ubicado en el primer lugar del ranking. Esto también es una muestra de confianza. Hace unos días, Uruguay hizo una Emisión de Bonos del Tesoro a 2055, con una tasa baja en dólares del 4.1% y al país le fue muy bien. Esto refleja la confianza que existe. En un contexto regional complicado, con incertidumbre y la volatilidad global, más la crisis de los países vecinos, emitimos deuda al 2055. Por cada bono de 100 dólares se  pagaron 116 dólares. Esto pauta que la expectativa era que los bonos se valorizaran. Tenemos múltiples expresiones de confianza en el país. Es decir, no paso porque alguien pida una cosa u otra.

-Hay quienes señalan, que las calificadoras le están dando plazo a Uruguay para que el nuevo gobierno que asuma en marzo 2020 empiece a hacer los “deberes” y baje el déficit fiscal que hoy se ubica en 4.8% ¿Han recibido ese mensaje?

-En la próxima administración Uruguay tendrá que tomar medidas, creemos que con la orientación que estamos manejando, de enfoque gradual y apostando al crecimiento y con reformas estructurales de mediano plazo y no con recortes salvajes.

-La estructura tributaria en caso de ganar el FA ¿Se mantendrá como está?

La idea es que el sistema tributario se mantenga dentro de los parámetros de lo que tenemos hoy

-Uruguay tiene un sistema tributario moderno, fruto de una reforma tributaria que comenzó en 2007. Hoy la carga que existe es la adecuada, para el nivel de desarrollo relativo del país. Entendemos que no debería ser aumentada. Más allá de mejoras puntuales, la idea es que el sistema tributario se mantenga dentro de los parámetros de lo que tenemos hoy.

-¿Las relaciones laborales deben ser modificadas para mejorar los números de empleo?

Hay que tener un enfoque multidimensional de la productividad, no el enfoque reduccionista de devaluar la moneda, bajar salarios y con impuestos bajos, ese modelo fracasó en Uruguay y ha fracasado en la región

-Uruguay tiene desafíos que son apostar a empleos de calidad y bien remunerados. En los gobiernos del FA se crearon 300 mil puestos de trabajo, pero ahora hemos perdido algo más de 50 mil. El saldo es positivo, pero tenemos problemas de empleo en el último tiempo. La apuesta nuevamente es apostar a inversiones de calidad, que generen puestos de trabajo bien remunerados con valor agregado. Esta es una de las formas más potentes de redistribución de la riqueza. Uruguay tiene que sofisticar su matriz productiva, insertándose en cadenas de valor y hay que tener un enfoque multidimensional de la productividad, no el enfoque reduccionista  de devaluar la moneda, bajar salarios, y con impuestos bajos, ese modelo fracasó en Uruguay y ha fracasado en la región. Hay que apostar a la productividad, tener un enfoque multidimensional y un nuevo plan más potente y “aggiornado” de ciencia, tecnología e innovación. La inserción internacional debe mejorar, para no tener desventajas competitivas en el acceso a mercados, con respecto a los otros productores que venden los mismos bienes que vende Uruguay. Hay que apostar a la capacitación constante, no solo de los que van a ingresar al mercado laboral, sino para aquellos que tienen trabajo, pero hoy están “amenazados” por la revolución tecnológica innovación tecnológica. Focalizar los incentivos, para aquellos sectores que puedan “derramar” en mayor medida al conjunto de la sociedad, focalizar en los sectores con mayor potencial. Un Estado más moderno y eficaz, que cumpla con los objetivos que se plantea. Para nosotros no es ni chico ni grande, sino un Estado inteligente que cumpla con sus cometidos. Eso implica mejorar la gobernanza de las empresas públicas y tener una lógica presupuestal donde se asignan recursos por resultados. Es decir, que se establezcan objetivos y luego se midan sus resultados.

-¿Necesita el país una Regla Fiscal?

Uruguay necesita tener conducta fiscal, pero las “reglas” muchas veces generan rigideces, que pueden no ser buenas para determinados momentos

-Necesita tener conducta fiscal, pero las “reglas” muchas veces generan rigideces, que pueden no ser buenas para determinados momentos, pero sí tiene que haber una orientación clara de reducir el déficit fiscal actual, como decíamos, con reformas estructurales de mediano y largo plazo. Que el gasto presupuestal sea menor que el crecimiento de la economía. Ir generando eficiencias, en una lógica más transversal del presupuesto, más por programas y no por “compartimientos estancos” en los ministerios. Eso va a redundar en mayores eficiencias presupuestales.

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-En la campaña electoral por iniciativa del Partido Nacional se plantea poner a ANCAP en condiciones y desmonopolizar los combustibles ¿Por qué el FA se opone?

(La desmonopolización de combustibles) no tiene efectos prácticos sobre el precio de los combustibles

-Hay razones que son de práctica y de realidad. Hoy ANCAP cuando para la Refinería, importa combustible refinado. Le sale más caro que refinar en el país. Incluso no tendría un beneficio concreto sobre el precio del combustible. Además ese combustible refinado, luego hay que distribuirlo y uno de los componentes más importantes del costo, no es solo la refinería sino la cadena de distribución que está en manos de privados. Por lo tanto, no tiene efectos prácticos sobre el precio de los combustibles.

-¿Es necesaria la reducción de la plantilla de funcionarios públicos?

Esas expresiones como las de que “trabajan únicamente el 20 o el 30% de los funcionarios públicos” es una falta de respeto. Quienes lo plantean tienen un enfoque reduccionista del Estado

-Esas expresiones como las de que “trabajan únicamente el 20 o el 30% de los funcionarios públicos” es una falta de respeto. Quienes lo plantean tienen un enfoque reduccionista. Desde la oposición, se ha dicho “la mano del mercado soluciona todo”. Nosotros no lo compartimos. El sector privado es generador de riqueza, y hay que generar los mecanismos necesarios para que pueda generar rentabilidad, riqueza y oportunidades, pero para eso se necesitan políticas públicas que orienten al mercado. En ese sentido, el rumbo estratégico es crecimiento con inclusión. No compartimos ese enfoque reduccionista del papel del Estado.

-Los sondeos de opinión pública señalan que en el interior del país, el FA perdió intención de voto ¿Falto construir una perspectiva diferente en el interior urbano y en el medio rural?

-En este periodo, hemos tenido varios sectores agropecuarios con dificultades, producto principalmente de la evolución de precios internacionales. Me refiero a la lechería o al arroz. Hay una conciencia clara de que el sector agroindustrial es la principal locomotora del Uruguay. Tenemos otros como el turismo, los servicios financieros globales, el software, pero la cadena agroindustrial tiene un peso superlativo y hay que atenderla. El FA ha tenido una política de cercanía y en esta recta final, intentaremos reafirmar este camino que da confianza frente a la oposición, que tiene muchas dificultades para generar confianza. La coalición opositora, tendría un presidente que sería votado por uno de cada cuatro uruguayos. Tendría como socio a la “derecha seudo militar” de Manini Ríos, con problemas de relacionamiento. Hemos visto al candidato a vice de Manini (G. Domenech) hablando de “cruceras” cuando se refería a Sanguinetti, a Talvi, con expresiones complicadas para con Manini, Pablo Mieres lo mismo, y todos a su vez también hablando mal de Juan Sartori. Eso no genera confianza en un escenario de gobernabilidad que permita una senda de progreso y prosperidad para el Uruguay.

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