Llamó a "no escandalizarse" porque un sector del EP-FA exprese sus matices en el debate interno

Vázquez reafirmó dichos sobre "default"

Vázquez reafirmó, ayer en su audición semanal de CX 36, su dichos de la semana pasada, cuando afirmó que el país estaba en default y que el canje «amistoso» de la deuda pública con los tenedores de bonos, no es solución suficiente para los problemas del Uruguay.

El presidente del EP-FA se refirió a las críticas contra su discurso, calificándolas de un bombardeo similar al que sufre Irak. Tras afirmar que «sabíamos lo que estábamos haciendo y éramos conscientes de la repercusión que tendría tanto lo que dijéramos como lo que no dijéramos (…) Fuimos a decir lo que la ciudadanía necesita saber o, mejor aún, necesita escuchar de quienes desempeñamos alguna tarea de responsabilidad política. Porque que el país anda mal nadie lo ignora; el asunto es que la gente percibe que hay dirigentes políticos que ante esta realidad eluden sus responsabilidades (las del pasado, las del presente y las del futuro)».

Vázquez aseguró que «las dificultades de la economía del país lejos de ser circunstanciales son profundas, lejos de ser coyunturales son estructurales. Dijimos que el Uruguay no solamente tiene problemas de liquidez para afrontar el cumplimiento de sus compromisos en materia de endeudamiento sino que además tiene problemas de solvencia. Dijimos que no compartimos ni la forma ni el contenido del «reperfilamiento voluntario y amistoso» (para decirlo con el eufemismo acuñado por el propio ministro de Economía) de la deuda en la que se ha embarcado un gobierno cuya política económica es por lo menos errática e inconsistente. Dijimos que el gobierno parece conformarse con «comprar tiempo» pero que aún esa compra es a un altísimo precio en términos de recesión, ajuste fiscal, caída de los ingresos de la población, reducción de la inversión pública y del gasto social, aumento de la presión tributaria y de las tarifas públicas por servicios básicos, agudización de la desocupación, la migración y la pobreza de los uruguayos. Dijimos también  más bien repetimos por enésima vez  que para que esta gravísima situación no empeore aún más es necesario un cambio sustancial en la orientación de la política económica y que en tal sentido estamos dispuestos a contribuir sobre bases serias, metas concretas y objetivos compartibles».

El líder de la izquierda señaló que su diagnóstico fue parte de la argumentación de otros sectores e incluso que la quita de capital y rebaja de intereses, formó parte de las decisiones económicas del primer mandato de Julio María Sanguinetti. «No se consideró «antipatriota» al gobierno nacional encabezado por el Dr. Sanguinetti que en 1989 inició el canje de la deuda externa en el marco del llamado Plan Brady ni al gobierno del Dr. Lacalle (que ahora los dos se rasgaron las vestiduras porque proponíamos esto) bueno, en estos gobiernos se continuó con ese programa que incluyó una quita de hasta el 25% en una deuda que era la mitad de la actual respecto al Producto Bruto Interno del país. Y de esto no dijeron nada, porque juegan con la memoria de la gente», sostuvo.

Dentro de los ejemplos de pronósticos similares recordó una nota de Michele Santo en Búsqueda, donde el economista del Partido Colorado, el 15 de agosto del 2002, expresó que «la profunda crisis por la que está atravesando el país, que para muchos es la más grande de toda su historia, está generando fuertes interrogantes respecto a la viabilidad del Uruguay como nación en el futuro (…) si se hicieran bien las cuentas, se llegaría rápidamente a la conclusión de que el Estado uruguayo está hoy casi quebrado…». Nadie, añadió Vázquez, lo calificó de antipatriota. Más adelante recordó que durante el «pachecato», Wilson Ferreira Aldunate fue acusado de «comprometer la estabilidad económica económica o financiera del país», por indicar la cruda crisis que padecía el país en los inicios de la década del 70″.

Ferreira Aldunate respondió a ello, evocó Vázquez, que el funcionamiento armonioso de la democracia «no se consigue sin gente informada que decida en conciencia», por lo cual se propuso entonces, «tratar de decir al país algunas cosas que creo debe saber y que, por otra parte, no constituyen secreto para una cantidad de uruguayos». Finalmente, en referencia a las diferencias sobre este tema con Asamblea Uruguay, dijo que no hay por qué» escandalizarse ni «dar manija» porque un sector del EP-FA exprese sus matices en el debate orgánico, los marque a la hora de adoptar las decisiones e incluso los manifieste públicamente». *

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