Osama Bin Laden no sólo tenía vínculos con la CIA, también era socio de Bush

La conexión Bush-Bin Laden

La nota, firmada por el periodista Walter Goobar, dice en sus pasajes fundamentales: «Un testaferro de Bin Laden fue socio de George W. Bush. Si no fuera por su trágico final, la historia que sigue puede ser otro reflejo patético de las metidas de pata de la CIA. Algunos millonarios invierten su dinero en apadrinar instituciones de beneficencia o clubes deportivos, el saudita Osama Bin Laden ha adoptado los conceptos de la globalización y la privatización de la economía y los ha trasladado al mundo del terror: no necesita el apoyo de gobiernos, sino que una fortuna de 300 millones de dólares y miles de discípulos lo han convertido en un cuentapropista del terror. En un refugio secreto excavado en una montaña afgana, Bin Laden tiene una oficina con computadoras, teléfonos satelitales y el fusil kalashnikov con que combatió a los «ateos comunistas». Desde allí, maneja sus exportaciones de cuero a Italia, sus ventas de semillas y aceite de girasol a Túnez y Marruecos, la construcción de una autopista en Sudán, y financia los grupos fundamentalistas más sanguinarios para concretar un único objetivo: la Guerra Santa contra su antiguo patrón, Estados Unidos. La figura de este hombre alto, delgado, de mirada fúnebre, nariz aguileña y barba negra que ha comenzado a encanecer, parece arrancada de una vieja versión de Las mil y una noches, pero a los 44 años Osama Bin Laden no se conforma con ser el banquero de Alá, sino que también se reivindica su profeta y estratega. Washington tiene razones de sobra para querer la cabeza de este ex aliado devenido hoy en el «terrorista más peligroso del mundo». Una de las facetas más silenciadas de este cuentapropista del terror llamado Osama Bin Laden es su antigua sociedad con el actual presidente George Bush y los nexos de ambos con el escándalo del BCCI, el banco que protagonizó uno de los mayores desfalcos financieros de la historia. La trama secreta de las relaciones de Bin Laden con el clan Bush aporta claves para entender porqué a EEUU le ocurre una vez más lo mismo que al doctor Frankenstein: está horrorizado por la criatura que ha creado.

Bush, Bin Laden y el BCCI

En junio de 1977 George W. Bush formó en Texas su propia compañía petrolera, Arbusto Energy, cuyo nombre es la traducción al español de su apellido. Uno de los principales inversores era el empresario James R. Bath que se dedicaba al transporte aéreo. En 1991 la revista Time describió a Bath como «un lobbista cuyas vinculaciones iban desde la CIA hasta los socios mayoritarios y directivos del Bank of Credit & Commerce». Además de estar involucrado en el lavado de dinero, el tráfico de armas, canalizar los fondos para las operaciones encubiertas de la CIA, las coimas a gobiernos y manejar los depósitos de varios grupos terroristas, el BCCI protagonizó una multimillonaria defraudación que llevó a su clausura en julio de 1991.

Según los periodistas Jonathan Beaty y S.C. Gwynne, autores del libro Banco Bandido, Bath «hizo su fortuna inicial invirtiendo el dinero del jeque Kalid Bin Mahfouz y otros sauditas conectados al BCCI como el jeque Bin Laden», que es el padre de Osama Bin Laden. Según los autores de Banco Bandido, los 50.000 dólares que Bath invirtió en Arbusto Energy de Bush pertenecerían a los sauditas porque el texano «no tenía dinero propio en ese momento». De esta manera, el dinero de Bin Laden padre contribuyó a sentar las bases para la primera empresa exitosa y la fortuna de Bush hijo. Más tarde, el FBI y el organismo antilavado Financial Crimes Enforcement Network investigaron a Bath cuando uno de sus socios norteamericano denunció que los sauditas estaban utilizando a Bath y al BCCI para realizar tráfico de influencias en los EEUU.

En declaraciones judiciales, Bath admitió que era el apoderado de cuatro prominentes y acaudalados ciudadanos sauditas que usaban su nombre para invertir en los EEUU. Aunque no dio sus nombres, en el libro Guerras Non Sanctas, John Cooley aporta evidencias irrefutable indicando que uno de esos magnates era el traficante de armas Adnan Kashoggi quien, además, tenía tratos con el padre de Bin Laden y con el jefe de la CIA, William Casey. Así, el testaferro de Bin Laden padre recibía un 5 por ciento de comisión de los negocios que concretaba y en 1977 adquirió y operó por cuenta de Bin Laden el aeropuerto Houston Gulf.

Muerte en Texas

Salem Bin Laden, murió en 1988 en un misterioso accidente aéreo ocurrido en Texas, el estado de donde proviene la familia Bush. Salem volaba en un BAC 1-11 que había sido comprado en julio de 1977 al entonces príncipe y actual monarca de Arabia Saudita. El plan de vuelo de ese avión ha sido el centro de numerosas investigaciones. De acuerdo a uno de sus pilotos norteamericanos, el avión había sido utilizado para las negociaciones secretas que en octubre de 1980 mantuvieron emisarios norteamericanos e iraníes. A instancias de la CIA y de George Bush padre, los iraníes demoraron hasta después de las elecciones estadounidenses la liberación de los rehenes en Teherán para así derrotar en las urnas al demócrata Jimmy Carter. Salem también había participado activamente en el escándalo Irán-Contras. Su muerte en Texas abrió especulaciones de que habría sido eliminado por ser un testigo comprometedor para la familia Bush.

Primero la familia

Tras la muerte de Salem, Bakr junto a trece de los 54 hermanos tomó las riendas del emporio familiar. La mayoría de los hermanos son hijos de madres distintas y poseen nacionalidades distintas. Bakr y Yehia son los representantes del «Grupo Sirio»; Yeslam, del «Grupo Libanés». También hay un «Grupo Jordano», mientras que Abdul Aziz, uno de los hermanos menores representa al «Grupo Egipcio».

Osama Bin Laden es el único miembro del clan que tiene madre saudita. A través del complejo entramado familiar el empresario del terror posee vasos comunicantes con los principales contratistas del Pentágono y la CIA.

La familia Bin Laden es accionista de la empresa de telefonía satelital Iridium conformada por un consorcio de 19 empresas entre las que se cuentan tres punteros del complejo militar estadounidense: Martín Marrieta, Lockheed y Raytheon. Las acciones de estas tres empresas fueron las que más aumentaron después de los atentados. Un hermano de Osama, Hassan Bin Laden, es además miembro del directorio de la filial Medio Oriente de Iridium. La empresa ha sido acusada por miembros del Congreso estadounidense de vender a China información clasificada sobre el sistema misilístico norteamericano. El otro beneficiado fue el propio Bin Laden quien realizó operaciones de compra-venta de acciones en varias bolsas del mundo que le habrían redituado 250 millones de dólares a la causa fundamentalista.

En la entrevista que Said Bin Laden –primo del célebre terrorista– concedió al canal de televisión Al J’azira, hubo un momento excepcional. Fue cuando el banquero extrajo del bolsillo el diploma que obtuvo Osama, al graduarse en la Universidad de J’edda. «No sólo la familia, sino también la casa real saudita tenía sus expectativas cifradas en él», dijo el primo.

Pero Osama Bin Laden, alias Mohamed Alk Wahad, alias Abdala Atia, rechazó la oferta que en 1981 le hizo Turki Ibn Aziz Bin Saud (hermano de Fahd, el actual monarca saudita) de convertirse en el ministro del Petróleo, porque ya había elegido el Camino de la Iluminación. Arabia Saudita perdió a un administrador de primera línea pero el terrorismo islámico ganó a una figura que combinan un fanatismo ciego con una brillante capacidad administrativa y financiera.

El imperio de Al Qaeda

«Cada vez que se vende una gaseosa de cualquier marca y en cualquier parte del planeta, la fortuna de Osama Bin Laden aumenta y con ello crec
e también la capacidad de su organización terrorista para librar la Guerra Santa contra Occidente», afirma el periodista británico Simon Reeve, autor de Los nuevos chacales, un reciente libro sobre Al Qaeda (La Base, en árabe) la gigantesca empresa bélica-financiera que dirige el magnate saudita. La mayoría de las gaseosas contiene goma arábiga, una sustancia que evita la decantación en el fondo de la botella o de la lata. La Gum Arabic Company de Sudán, que provee el grueso de la goma arábiga utilizada también en la fabricación de medicamentos y cosméticos es una de las muchas propiedades de Osama Bin Laden.

«Bin Laden tiene más recursos que muchos gobiernos nacionales», afirma Daniel Benjamín, un experto del Centro de Estudios Estratégicos de Washington. Según la revista británica Jane’s Intelligence Review el imperio de Bin Laden consta de los siguientes bienes reconocidos: barcos pesqueros y frigoríficos en Mombasa (Africa); la empresa de transportes marítimos Zirkani & Laden International, con sede en Sudán; el Banco de Recursos Botánicos de Jartum, dedicado a la exportación de frutos tratados genéticamente; talleres de pulido de diamantes y lapisázuli en Tajikistán; minas de diamantes en Uganda; empresas madereras en Turquía, y empresas exportadoras de frutas en diversos puntos de Africa y de Asia.

La pista financiera de Bin Laden arranca en Sudán, los Emiratos Arabes Unidos y Dubai y ayuda a sostener a los grupos fundamentalistas en Ginebra, Londres y Chicago.

Durante una entrevista que concedió en 1996 Bin Laden explicó: «Para decirlo de manera sencilla, nuestra ayuda llega a 13 países entre los que se cuentan Albania, Malasia, Pakistán, Holanda, Gran Bretaña, Rumania, Rusia, Turquía, Líbano, Irak y algunos países del Golfo…»

Los fondos de inversión Ladin International y Taba Inversiones, una empresa constructora y la empresa de transportes Qudurat Transport Company ayudan a canalizar las inversiones y proporcionan cobertura para la compra de armas, explosivos e insumos químicos. Algunas fuentes sostienen que Bin Laden ha asumido administración de buena parte de los fondos del gobierno Talibán.

Diversas instituciones bancarias británicas –como el Barklays y el national Westminster Bank (transformado ahora en el Royal Bank of Scotland)– han prestado sus nombres a Bin Laden para adquirir uranio de Sudáfrica o pertrechos que llevan incorporadas altas tecnologías estadounidenses e israelíes, como por ejemplo aparatos de visión nocturna y miras infrarrojas diseñados por ELTA (empresa de óptica y computación de Tel Aviv) y aparatos de navegación guiados por satélite.

En la cúspide del aparato financiero se encuentra el propio Osama, pero de las transferencias del dinero se ocupa su cuñado, Muhamad J’Amal Kalifa, un ingeniero graduado en la Universidad de Harvard. Del manejo de las donaciones provenientes de instituciones caritativas islámicas, con sede en Estados Unidos, son responsables el jeque Muhamad Al Amadi, que reside en Etiopía, y un tal Abu Zubayda, administrador de origen palestino que reside la mayor parte del tiempo en Europa.

Según fuentes coincidentes de servicios de inteligencia occidentales, la mayoría de las donaciones estimadas en 300-350 millones de dólares anuales descansan en una cuenta del Banco Islámico en Kuwait. El arrepentido Jamal Ahmed al-Fadl, que durante una época se desempeñó como cajero del financista ha permitido conocer algunos detalles de la estructura financiera de La Base. Al-Fadl abandonó Al Qaeda en 1996 cuando se descubrió que se había apropiado de las comisiones provenientes de las operaciones del grupo. El desertor reveló que, además del Barcklays Bank de Londres, Bin Laden también tiene dinero en una cuenta del banco Giro Credit de Viena, hoy llamado Erste Bank. Por su parte, el diario suizo Blick publica que una sociedad financiera denominada Taqwa (en árabe, temor a Dios) tiene sede en Panamá y en Lugano (Suiza) pudo servir para las operaciones financieras del terrorista saudita». *

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