Repercusión. La opinión pública reaccionó contra el genocidio de EEUU

El estallido que despertó al mundo

Del joven vietnamita fusilado no puede encontrar su nombre. Sí el de su asesino: el general Ngoc Loan, entonces jefe nacional de Policía de Vietnam del Sur.

La foto, de la que hoy se cumple el cuadragésimo aniversario, volcó entonces a la opinión pública mundial contra el genocidio norteamericano. Fue tomada por el reportero Eddie Adams de Associated Press en una calle de Saigón y mereció el consiguiente premio Pulitzer de 1969. El examen ampliado de la foto permite apreciar el proyectil en el instante que sale del cerebro de Nguyen, llamémosle así, como representación del pueblo vietnamita, donde la mayoría usa ese nombre.

La mueca de dolor de Nguyen congeló para la posteridad todo el horror de aquella ominosa guerra imperialista que continuaría siete años más, hasta la huída del último invasor norteamericano en 1975.

La foto de esta ejecución sucedió a otra que también llenó de espanto al mundo: la imagen de una niña de 9 años desnuda, gritando, a lo largo de un camino quemado luego de un ataque con napalm en Vietnam del Sur.

Podría decirse que son fotos que cambiaron el mundo.

También cambió la vida del asesino de Nguyen, el general Loan, después de aquella foto. La brutalidad característica del jefe de Policía Loan era conocida por los fotógrafos corresponsales de guerra en Saigón. Algunos de ellos, incluso, conjeturan que montó aquella terrible escena a propósito para la foto.

Loan difundió la versión de que Nguyen era el jefe de una escuadra terrorista, cuya falsedad quedó después establecida.

Tres meses después el general Loan resultó herido por la explosión de una mina y fue llevado para operarse a un hospital de Australia, donde la magnitud de la protesta popular obligó a trasladarlo a un hospital del Ejército en Washington, Estados Unidos.

Una vez curado regresó a Vietnam, donde sus súplicas al Ejército nortemericano para que lo llevaran consigo en su huída de Saigón no fueron oídas. Logró fugar por sus medios a Estados Unidos, donde se produjo un gran movimiento social por deportarlo como criminal de guerra. Puso una pizzería en Virginia, que se fundió porque no iba nadie; en un baño quedó la inscripción «Nosotros sabemos quién es usted».

De Eddie Adams, el fotógrafo que inmortalizó la histórica foto, sabemos que se convirtió en un tenaz activista en contra de la guerra.

De Nguyen sólo sabemos que sigue vivo en las conquistas de su heroico pueblo.

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