armas hasta el supermercado

Estados Unidos y su epidemia de tiroteos que parece no tener solución

Ningún otro país del mundo tiene tantos tiroteos perpetrados por civiles como Estados Unidos, cuya sociedad ama el liberalismo de armas.

Un hombre muestra un rifle de asalto a un niño pequeño (el rostro del menor ha sido difuminado para preservar su identidad), en un evento de la Asociación Nacional del Rifle de EE.UU. en 2021. Foto de archivo: Facebook / NRA
Un hombre muestra un rifle de asalto a un niño pequeño (el rostro del menor ha sido difuminado para preservar su identidad), en un evento de la Asociación Nacional del Rifle de EE.UU. en 2021. Foto de archivo: Facebook / NRA

En las primeras tres semanas de 2023, Estados Unidos ya registró 33 tiroteos masivos en diversos estados. Esta es la potencia económica mundial que no sabe cómo lidiar con la epidemia de tiroteos masivos que ha marcado su historia. Pero, de alguna forma, parece que no quieren enfrentar una de las razones de fondo: la Constitución de los Estados Unidos entiende la portación de armas como un derecho fundamental de la ciudadanía, pero no la educación ni la salud.

En Monterey Park, California, al menos 10 personas murieron y otras 10 resultaron heridas tras un tiroteo masivo el sábado por la noche, mientras la gran comunidad asiático-americana de la ciudad celebraba el fin de semana del Año Nuevo Lunar. Aún hay mucho por conocer, pero las escenas de agonía e horror son cada vez más familiares en Estados Unidos. De hecho, el tiroteo masivo del sábado se une a los impresionantes 32 otros de solo las primeras tres semanas de 2023, según el Archivo de la Violencia con Armas de Fuego.

Las comunidades de Goshen, California, a Baltimore, Maryland, están sufriendo mientras otras se preparan para la posibilidad de violencia en sus propios vecindarios.

“Un momento de celebración cultural… y otra comunidad ha sido destrozada por la violencia armada sin sentido”, dijo la vicepresidenta Kamala Harris a una multitud en Tallahassee, Florida, el domingo. “Todos nosotros en esta sala y en nuestro país entendemos que esta violencia debe detenerse”.

Pero, como siempre sucede, en Congreso dividido entre los ultraconservadores del Partido Republicano y los progresistas del Partido Demócrata, las recetas políticas diferentes y una cultura de armas profundamente arraigada siguen sin responder a la demanda de la ciudadanía: que las armas dejen de ser un riesgo público.

En algunos estados de EE.UU. se pueden comprar armas hasta en supermercados de la talla de Walmart. En algunos otros se ha regulado, pero laxamente.

Los datos desalentadores: Es malo sea cual sea la forma en que se mire

Las lesiones por armas de fuego son ahora la principal causa de muerte entre personas menores de 24 años en Estados Unidos, según un estudio publicado en la edición de diciembre de 2022 de Pediatrics, la revista de la Academia Americana de Pediatría.

De 2015 a 2020, hubo al menos 2.070 disparos accidentales por niños menores de 18 años en Estados Unidos, según un informe de Everytown. Esos disparos resultaron en 765 muertes y 1.366 lesiones.

Una carga desigual. Un estudio publicado a finales del año pasado en JAMA Network Open analizó las muertes por armas de fuego durante las últimas tres décadas, un total de más de 1 millón de vidas perdidas desde 1990.

Los investigadores encontraron que las tasas de mortalidad por armas de fuego aumentaron para la mayoría de los grupos demográficos en los últimos años, especialmente durante la pandemia de Covid-19, pero las desigualdades persisten. La tasa de homicidio entre jóvenes hombres afroamericanos es mucho más alta que la de los blancos, ya que las poblaciones afro viven en barrios estadísticamente más peligrosos y tienden a caer en la pobreza más fácilmente, como consecuencia de un racismo que tarda en desconectarse de la sociedad estadounidense.

EE.UU., el país que no hace nada contra la violencia armada

A diferencia de la desidia con que EE.UU. aborda su crisis de violencia con armas, otros países han tomado medidas efectivas para reducir las muertes relacionadas con armas de fuego. Naciones como Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Gran Bretaña han logrado cambios significativos en sus leyes de armas y han visto una reducción en las muertes relacionadas con armas de fuego.

Australia fue uno de los primeros países en tomar medidas drásticas después de un tiroteo masivo en 1996. El gobierno federal implementó un programa que prohibió los rifles y escopetas de tiro rápido, y unificó las licencias y registros de propietarios de armas en todo el país. Como resultado, las muertes por armas de fuego en Australia se redujeron en más del 50% en los siguientes 10 años.

Sudáfrica también ha sido exitosa en la reducción de muertes relacionadas con armas de fuego gracias a la nueva legislación sobre armas, la Ley de Control de Armas de Fuego del año 2000. Esta ley dificulta mucho más la obtención de un arma de fuego, lo que ha llevado a una reducción en las muertes relacionadas con armas de casi la mitad en un período de 10 años.

Nueva Zelanda también ha tomado medidas rápidas después de un tiroteo masivo en 2019, en el que murieron 51 personas. El parlamento de Nueva Zelanda votó casi unánimemente para cambiar las leyes de armas del país menos de un mes después, prohibiendo todas las armas semiautomáticas de estilo militar.

Gran Bretaña también endureció sus leyes sobre armas y prohibió la propiedad privada de armas de fuego después de un tiroteo masivo en 1996, lo que llevó a una reducción en las muertes por armas de fuego en casi una cuarta parte en una década.

Sin embargo, la cultura de las armas de Estados Unidos es única y compleja, y cambiar la situación actual parece un desafío difícil.

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