Cientos de rabinos estadounidenses se oponen al nuevo gobierno sionista de Netanyahu

 

Una carta abierta firmada por más de 330 rabinos estadounidenses, incluyendo a algunos de los cargos más importantes de las principales ciudades, ha comprometido a impedir que los miembros del bloque sionista religioso tengan acceso a sus sinagogas y a cabildear para evitar que hablen en sus comunidades.

Esta carta, organizada por David Teutsch, rabino reconstruccionista de Filadelfia, y John Rosove, rabino emérito del Templo de Israel en Los Ángeles, describe cinco propuestas religiosas sionistas que, según ellos, «causarán un daño irreparable a la relación entre Israel y la diáspora judía». Estas propuestas incluyen cambiar la Ley del Retorno para excluir a los conversos no ortodoxos y sus descendientes, erosionar los derechos LGBTQ, permitir que la Knesset anule los fallos de la Corte Suprema, anexionar Cisjordania y expulsar a los ciudadanos árabes que se oponen al gobierno de Israel.

La carta ha sido firmada por miembros actuales y anteriores de las juntas de rabinos en Chicago y Los Ángeles, rabinos que dirigen las congregaciones conservadoras y reformistas más grandes del área de Washington DC, ex líderes de los principales cuerpos de los movimientos reformistas y conservadores, el actual líder del movimiento Reconstruccionista y el rector de la Universidad Judía Estadounidense con sede en Los Ángeles. No hay signatarios ortodoxos entre los firmantes.

Rabinos contra el sionismo

La postura de estos rabinos se suma a la de varios grupos judíos estadounidenses que se han pronunciado en contra de la inclusión del bloque sionista religioso en el gobierno de Benjamin Netanyahu mientras se negociaba su formación.

Estos grupos incluyen la Liga Anti-Difamación, los principales movimientos no ortodoxos, el Foro de Política de Israel, J Street y Americans for Peace Now. Además, Abe Foxman, director jubilado de la ADL y referente del apoyo judío establecido a Israel, ha expresado su esperanza de que Netanyahu pueda contener a los extremistas, pero ha añadido que «si Israel deja de ser una democracia abierta, ganaré. No podré soportarlo».